RTVE vulneró la normativa electoral
PUDIERA INVALIDAR EL REFERENDUM
LOS más elementales requisitos de la democracia fueron vulnerados durante la
víspera de referéndum y la jornada de las votaciones. Ningún respeto ha existido
en la radio y la televisión oficiales hacia lo que es principio insustituible
para la libertad del voto y está descrito con precisión en el reglamento
electoral. La campaña en favor del «Si» se mantuvo en la radio y la televisión
oficiales hasta el último minuto. La presión sobre las conciencias se practicó
sin recato y sin respeto alguno a los principios democráticos. No sólo la moral
política y la ética democrática fueron desconocidas. Fue burlada también la
norma que debía ser garantía de la validez del referéndum.
Hora tras hora, con machaconería insultante, con descaro ofensivo, con altanería
humillante, los mecanismos informativos de RTVE se pusieron al servicio de la
antidemocracia y del más brutal de los sectarismos. Hora tras hora, durante dos
jornadas interminables, los micrófonos y las cámaras de RTVE volcaron sobre los
españoles un caudal inaudito de recursos de la más variada naturaleza, incluso
los llamados subliminales, para estimular al voto y al voto afirmativo. Las
reglas del juego fueron rotas y envilecidas. Ningún principio democrático se
respetó. Los amos del poder utilizaron con descaro inaudito unos recursos
técnicos que debieran estar al servicio de la comunidad nacional y no de sus
intereses sectarios.
Fue un espectáculo nauseabundo el ofrecido por RTVE, haciendo desfilar ante la
mirada atónita de los españoles una caterva interminable de personajes de
melodrama que cacareaban la lección vulgar contra el pasado y en favor de un
futuro cuya inviabilidad hoy más que nunca ha estado clara. Mientras los datos
de la votación alertaban a los ciudadanos y al poder sobre la restricción
popular y el alto nivel de la abstención, RTVE realizaba un esfuerzo exasperado
por invitar al voto afirmativo y mover a unas gentes carentes de convicción y da
adhesión.
Sean cuales sean las cifras que arrojen finalmente las computadoras, el
referéndum está invalidado en su propia consumación. Cuando las reglas del juego
democrático se incumplen y este incumplimiento adquiere los términos de
desvergüenza e impudicia evidenciados por la radio y la televisión oficiales, la
consulta electoral resulta nula. La veracidad democrática del referéndum queda
irremediablemente destruida cuando las exigencias últimas de la libertad son
vulneradas. Podremos tener una Constitución aprobada por un voto escuálido. Pero
su fuerza moral aparece de antemano aniquilada. A las razones anteriores de
invalidez o ilegitimidad, se añade esta última de corrupción de los fundamentos
mismos del voto, sustancia de la democracia inorgánica.