XII-1978
EDITORI
La Constitución de todos los españoles
A la vista de los datos de que disponemos en el momento de cerrar
nuestra edición podemos decir que España tiene Constitución; lo decimos con la
satisfacción de quien constata que el pueblo español ha dado un paso decisivo.
Queda claro, no obstante, que lo primero que todos deben hacer es convencerse de
que la Constitución no les va a resolver todos sus problemas concretos; no es
ese su cometido.
Nadie se haga en ese sentido falsas ilusiones. Por el contrarío, los grandes
problemas (el paro, la inflación, el orden público) siguen ahí inaplazables,
amenazadores, y junto a ellos, las grandes cuestiones conflictivas (la
enseñanza, el divorcio, el aborto), que la Constitución no podía abordar o que
sólo podía tratar en líneas generales, y en torno a las cuales habrá que
movílizarse en defensa de unos principios tan trascendentales como la libertad o
la defensa de la vida humana.
El gran servicio que la Constitución presta al país es que ha trazado un marco
para Ias futuras confrontaciones, gracias al cual tendremos la garantía, en
primor lugar, de que ninguna opción política podrá salirse del marco ni hacia la
derecha ni hacia la izquierda; en segundo lugar, de que siempre se respetarán
los derechos de las minorías; en tercer lugar, de que ningún cambio será
irreversible.
Para medir lo que esto significa no hay más que compararlo con lo que han sido
los dos últimos siglos de nuestra historia; precisamente lo contrario: una
continua guerra civil.
LAS fuerzas políticas que han elaborado la Constitución y que representan por
abrumadora mayoría al país han tenido la inteligencia y la generosidad de ceder
en sus ideologías respectivas lo que hacía falta para lograr un texto que
pudiese ser suscrito por todos. Los votantes de ayer han tenido la inteligencia
y la generosidad que eran indispensables para ratificar la Constitución.
SI esas virtudes se mantienen, la Constitución de 1978, primera de las
Constituciones españolas que inicialmente ha contado con e| asentimiento
mayoritarío de las fuerzas políticas, primera también que ha sido sometida a
referendum, puede ser el principio de una era histórica mejor que las
precedentes.
Cuando conozcamos todos los detalles de la votación podremos analizarla como un
valiosísimo sondeo político de cara al futuro. Por hoy quede únicamente
constancia de nuestro saludo, con esperanza, a la Constitución de todos los
españoles.