NACIONAL
DOMINGO 3-5-81
Rodríguez Sahagún defiende la concertación
«No tiene sentido demorar la entrada en la OTAN»
MADRID. La posible integración de España en la OTAN, la política de concertación, las propuestas
socialistas de formar parte del Gobierno, la situación interna de UCD y la postura de las Fuerzas Armadas
tras el golpe del 23 de febrero, son algunos ternas abordados por el ex ministro de Defensa y actual
presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún, en una entrevista concedida a Europa Press.
En la entrevista, tal y como se ha desarrollado, dice entre otras cosas:
—¿Cuáles son las razones para lo que podría calificarse como aceleración del Gobierno en la
incorporación de España a la Alianza Atlántica?
—No creo que pueda hablarse de aceleración. La posición del Gobierno de UCD y de nuestro partido en
relación con la Alianza ha sido reiteradamente expuesta. Lo habían hecho los Gobiernos anteriores y lo
hizo Calvo-Sotelo en su sesión de investidura. Demorar una decisión de este tipo en el momento en que
vence el actual tratado con los Estados Unidos no tiene sentido, pues cualquier negociación bilateral con
los americanos debe hacerse teniendo en cuenta el proceso de incorporación a la Alianza Atlántica.
Integrarse en la Alianza, de otro lado, permitiría a España participar en decisiones que hoy escapan a
nuestra influencia, aunque indirectamente nos comprometan. En el aspecto militar nos fortalecería
facilitando que nuestras Fuerzas Armadas mejorarán sus doctrinas y su adiestramiento, avanzando en su
proceso de permanente modernización.
—Vistas las reacciones de la oposición, ¿puede este tema dificultar la política de concertación?
—Sinceramente, no lo creo, ni resultaría lógico. La decisión de incorporarnos a la Alianza Atlántica es un
acto de coherencia con nuestra pertenencia al mundo occidental que, como he dicho antes, fue ya
anunciada por Calvo-Sotelo en la sesión de su investidura, donde al mismo tiempo brindaba a la
oposición el diálogo abierto para la vertebración automática del Estado y defensa del orden
constitucional. En esa línea se está actuando, al tiempo que en los temas económicos y sociales el
Gobierno trata de avanzar con los agentes sociales en el compromiso de una política que fomente el
empleo. Hay, evidentemente, otros temas importantes con el fin de asegurar la funcionalidad del Estado
en el nuevo modelo. Así, por ejemplo, la reforma del reglamento de las Cámaras legislativas para dar
mayor operatividad y eficacia al sistema elegido.
—¿A qué atribuye usted la reiteración de la posición socialista de Gobierno de coalición?
— Lo vienen haciendo, de forma casi constante, desde poco después de las elecciones del 79 con uno u
otro pretexto. UCD ya manifestó su posición al respecto. Un sistema democrático exige la posibilidad de
la alternativa de Poder y esta desaparecería con el planteamiento de un Gobierno de coalición. Este
confundiría además al electorado de uno y otro partido y resultaría difícilmente viable y operativo dadas
las diferencias existentes entre los programas de los dos partidos. Como mejor se defiende el sistema
democrático es ratificando la normalidad de su propia dinámica y ello implica diferenciar bien las ofertas
de cada partido.
— ¿La ley de armonización puede suponer un recorte de las cotas autonómicas de los Estatutos?
—En absoluto; los Estatutos son piezas fundamentales de la constitución del Estado autonómico. Con la
ley de Armonización no se pretende recortar nada, sino una adecuada ordenación del diseño total y su
funcionalidad. De lo que se trata es de que dispongamos de un Estado fuerte y eficaz, lo que quiere decir
también autonomías fuertes y eficaces, pues las Comunidades autónomas son Estado. Y en esta tarea
debemos colaborar las principales fuerzas políticas con un espíritu de diálogo abierto y anteponiendo el
sentido de Estado a cualquier otro planteamiento.
—¿En qué forma cree que han afectado a la situación política los acontecimientos del 23 de febrero?
¿Cree usted que estamos en una democracia vigilada?
— No, no creo que estemos en situación de «democracia vigilada». A los españoles nos gusta poner
adjetivos a las cosas, cuando lo que deberíamos hacer —cada uno desde nuestro nivel de
responsabilidad— es dar plenitud al sustantivo —democracia—, colaborando todos al fortalecimiento del
sistema y a la consolidación del modelo de convivencia que hemos elegido libremente.