Ingreso en la CEE: Europa insiste en las pegas
Fernando JÁUREGUI
Escasos «concesiones» europeas ante las peticiones españolas
Las «jornadas de discusión» sobre el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, entre el
Parlamento Europeo y las Cortes españolas, concluyen hoy sin que se hayan registrado grandes avances:
la Comunidad insiste en las dificultades técnicas. La única «concesión» europea consistirá,
previsiblemente, en permitir que expertos españoles asistan ocasionalmente a reuniones específicas de la
Comunidad. Pero ni el calendario ni el estado real de las negociaciones han quedado aclarados.
Madrid - Los parlamentarios españoles propusieron ayer diversos «avances técnico-políticos» para
impulsar las negociaciones Espa-ña-Comunidad Económica Europea. Pero parece poco probable que el
Parlamento Europeo acepte adoptar medidas concretas por el momento.
Tras dos días de discusiones a puerta cerrada, el comité mixto Parlamento Europeo-Cortés españolas dará
a conocer hoy un comunicado conjunto, fruto de sus conversaciones sobre el tema España-CEE. Aunque
la declaración no tendrá valor ejecutivo, la parte española pretendió introducir en el escrito la mayor
cantidad posible de «avances», consciente del valor moral de las recomendaciones del Parlamento
Europeo sobre los Gobiernos de los diez países de la Comunidad.
La declaración, cuyos
toques finales serán dados esta misma mañana, será el compendio de dos «informes previos» presentados
ayer al comité mixto por la parte española (ponente, el comunista Jaime Ballesteros, diputado por
Granada) y por parte del Parlamento Europeo (ponente, el demo cristiano alemán Lucker).
El «informe .Ballesteros» pedía, en síntesis, la participación de España en las reuniones en las que la
CEE estudia la política agrícola común, con voz y sin voto. También, el mantenimiento de las
negociaciones bilate rales, aunque la Comunidad estudie por su cuenta la nueva política agrícola. Otras
peticiones eran la participación de España en las reuniones en las que se estudie la política comunitaria de
pesca, la fijación de un calendario «a respetar» y el estudio de la participación de parlamentarios
españoles en ciertas actividades del Parlamento Europeo, con voz pero sin voto. Según algunas fuentes,
tal cúmulo de peticiones fue considerado «excesivo» por los parlamentarios europeos —o, al menos, por
cierto sec-tor de los mismos— y el documento final, que será hecho público hoy, incorporará tan solo
ciertas «concesiones», como la participación ocasional, con voz pero sin voto, de expertos españoles en
temas específicos que discuta la Comunidad. El «informe Lucker», mucho más vago e impreciso que el
español, sugería que la Comunidad elabore un «plan mediterráneo» para un mejor equilibrio político y
social en el seno de la Comunidad Europea. También sugería, cosa insólita en los tratados de la CEE, que,
en el caso español, se incorpore una cláusula según la cual los miembros de la CEE se comprometen a
respetar la «democracia pluralista», de manera que su violación «comprometa su condición de miembro
de la Comunidad».
Aunque el informe afirma que «el ingreso de España en la CEE no plantea realmente ningún problema
especial a la Comunidad», unos párrafos después subraya que «la industria española esta enfrentada a
difíciles problemas que amenazan con obstaculizar una integración provechosa». Las dificultades en el
sector agrícola y pesquero, sin duda las más graves en la negociación hispano-cómunilaria, son citadas
casi de pasada.
En cualquier caso, tras estas jornadas de discusión, que han registrado ciertos momentos tensos,
especialmente entre el ministro de Exteriores, Pérez-Llorca, y el vicepresidente de la Comisión de la
CEE, Natali, se aceleran los contactos oficiales España-CEE: la visita de] «número dos» del Gobierno
alemán, el ministro de Exteriores, Hans Die-trich Genscher, se considera «muy importante» en este
sentido. Por su parte, Pérez-Llorca reanudará, este mismo mes, su serie de visitas a países de la
Comunidad, con un viaje a Dinamarca.