Manuel Díaz, director general de la Vivienda, habla de la nueva legislación
100 DE LA DEMANDA
"El crédito de acceso a la propiedad se concederá ahora en razón del ádquirente y no de la calificación
subjetiva"
Ala pregunta de que sino creía que con las nuevas modificaciones introducidas en el decreto-ley
Regulador de Viviendas Sociales no se había olvidado ya la filosofía de «social, para centrar la oferta
sobre posibles beneficiarios, cuyas rentas de trabajo se sitúan ya en porcentajes bastantes superiores,
contestó casi con enojo: «¿Y no cree usted que en estos momentos no es más interesante.tratar de
reactivar un sector que puede dar trabajo de inmediato a casi 100.000 parados, y conseguir así que estas
familias accedan ya a esos niveles de renta a que usted se refiere y que son los que todos los españoles, en
justicia, debíamos de poseer? Además, tenga usted en cuenta que la nueva legislación va a cubrir la
demanda de hogares del 80 por 100 de la población. De eso que se llama oíase media.»
Manuel Díaz y Diez de Ulzurrum, de cuarenta y cuatro años, es el nuevo director general de la Vivienda.
Todo un cargo, dado el actual momento. Se está autocalificando constantemente como políticamente
independiente («mi único partido son mis seis hijos»). También dice que quiere dar verdadera
transparencia y agilidad a su labor De esto último, por lo menos, sí podemos dar constancia. Por lo
pronto, en las escasas semanas que lleva de titular, ha visitado ya cuatro barrios madrileños y ha
mantenido más contactos con la Prensa que el anterior director general en todo un año. Las cosas, como
son.
—Señor Díaz, supongo, sin embargo, que la buena acogida que las citadas modificaciones parecen haber
tenido entre financieras y constructoras tendrá su razón. ¿Qué ventajas concretas ha facilitado en este
sentido el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo?
—Efectivamente, la positiva aceptación que estas modificaciones espero que tengan entre los
constructores —que, por otra parte, han nacido después de múltiples entrevistas con sus representantes—,
se deben a dos motivos fundamentales. Por un lado, a una agilización de todo el sistema de tramitación,
ya que si el anterior decreto, ley fijaba hasta cinco sistemas de crédito, el actual sólo recoge uno, que
también cuenta con el atractivo de que el crédito se concede en razón del adquirente y no como antes, en
razón de la calificación objetiva del proyecto como vivienda de tipo social. Por otro. lado, ha influido
también la posibilidad de revisión de precios de la vivienda por parte del constructor. Antes, el precio se
fijaba en el momento de firmar la cédula de calificación y ya no había modo de calificarlo. Ahora, por el
contrario, cabe la salida de acoplarlo de acuerdo con el proceso inflacionario por un plazo máximo de dos
años, para cuya diferencia el decreto fija también que el beneficiario pueda conseguir un crédito
complementario, sólo que ya sin el apoyo del INV.
EL MINISTERIO NO HA CEDIDO
—¿Quiere ello decir que el Ministerio, para que no se viniera abajo todo el plan, ha tenido que hacer el
«caldo gordo- a los constructores?
—Lo único que hemos hecho ha sido racionalizar la legislación a las necesidades del momento.
—¿Pero los futuros posibles beneficiarios de viviendas van a salir perdiendo o ganando con el nuevo
sistema?
—El nuevo decreto va a hacer posible que se construyan viviendas» que creo que es, al fin y al cabo, lo
qué más se necesita.
—En lo que sí supongo que estará usted de acuerdo, señor Díaz, es en que la nueva legislación va a dejar
desamparados a los verdaderos destinatarios de eso que se entiende por auténtica vivienda social.
-^En este punto creo que existe un error de interpretación y la culpa es sólo nuestra. El nuevo plan de
vivienda pretende ser un plan amplio y acorde con las necesidades de un porcentaje de la sociedad
española, que se sitúa en unos ingresos medios anuales entre trescientas mil y quinientas mil pesetas.
Paralelamente a ello, sin embargo, se va a poner en rodaje una serie de promociones directas, las cuales si
irán ya dirigidas de un modo concreto ´a esas familias que ,por su precaria situación económica sí que
necesitan una vivienda social. Y estoy hablando de los que ganan menos de doscientas mil pesetas
anuales, de los chabolistas, de los que por ningún procedimiento podrían acceder nunca a un hogar digno.
Estas promociones, que realizará directamente el INV sobre terrenos de su propiedad o paulatinamente
adquiridos, permitirá que los que de verdad lo necesitan, consigan una casa por una entrada de unas
cincuenta mil pesetas y unas amortizaciones mensuales oscila, bles entre dos mil quinientas y cuatro mil
pesetas.
—O sea, que van a ser algo así como las hermanas pobres del programa...
—Ni mucho menos. En la actualidad, la calidad de la vivienda no viene, en la mayoría de los casos, nada
más que determinada por el lugar donde se localice la misma. Los propios promotores privados se nos
quejan en ocasiones.de que nuestros pisos tienen mejor calidad que los suyos.
—Lo que usted dice´, sin embargo, va a chocar en la práctica con el problema de que los habitantes de
esos núcleos chabolistas se van a oponer a abandonarlas para irse a vivir a zonas alejadas, e incluso otras
localidades.
—Es algo que el Ministerio va a tener muy en cuenta, desde luego. Inicialmente intentaremos facilitarles
vivienda cerca de dónde ahora se asientan, aunque también seamos conscientes de que esto puede dar pie
a múltiples picarescas. Nuestra esperanza, una vez más, está en que las asociaciones de vecinos nos
ayuden. Y personalmente, en cada barrio que he visitado siempre pido a su asociación que me facilite un
rápido censo de sus habitantes. Es el mejor modo de tener en todo momento evaluada la situación.
—Para finalizar, otro tema interesante es el relativo a cómo se van a resolver los problemas en aquellas
zonas sujetas a futuros planes de remodelación, como el caso de San Blas y Orcasitas, en los que sus
representantes se han opuesto ya al sistema de pago que recoge el nuevo decreto-ley. ¿Qué va a ocurrir en
estos casos?
—Eso es algo que todavía no tenemos concretado. A la hora de hacerlo, habrá que tener muy en cuenta la
circunstancia de que esas familias ya han pagado buena parte de su vivienda y que si ahora tienen que
cambiarla es porque se les cae, y no precisamente por culpa suya.