ANÁLISIS
Presiones al presidente
Manuel Soriano
El sector democristiano-conservador de UCD trata de forzar a Leopoldo Calvo-Sotelo a que tome la
decisión de desembarcar en las filas centristas como presidente del partido. En este contexto, según
diversas fuentes, se enmarcan las recientes maniobras parlamentarias protagonizadas por los
democristianos-conservadores, ayudados por dirigentes de Coalición Democrática.
Tratan de crear una situación límite, denunciando indisciplina interna y fraude al electorado, para
transmitir la imagen de que la actual dirección está desbordada, y presentar a Calvo-Sotelo como el único
salvador del partido.
Olvidándose de que hace escasos meses defendieron la separación de los cargos de presidente del partido
y presidente del Gobierno, confían en que Calvo-Sotelo, por su talante personal más conservador, se
incline a favor del proyecto de formar la gran derecha, deshaciéndose del sector progresista o reduciendo
su actual protagonismo.
El sector democristiano-conservador está inquieto y alarmado ante la posible revitalización política de
Adolfo Suárez. Empiezan a comprobar en las asambleas locales y provinciales de UCD que el «aparato»
suarista, implantado por Arias-Salgado y Calvo Ortega desde la secretaría general, está sólidamente
implantado y se impone a las candidaturas conservadoras y liberales.
El presidente Calvo-Sotelo no está dispuesto a participar en una operación que ahogue la voluntad de las
bases centristas. Tampoco se muestra favorable a impulsar una «gran derecha» con Coalición
Democrática, a pesar de que Osorio diga lo contrario.
Según fuentes fiables de la Moncloa, Calvo-Sotelo se inclina probablemente por lo más difícil: defender
la UCD, con su ala progresista y conservadora, pero también por el objetivo de transcendencia histórica:
evitar la polarización del espectro político con la consiguiente radicalización de la derecha y la izquierda.