Retrato de una ascensión
Adolfo Suárez González, cuarenta y tres ´- años, de Cebreros (Ávila), hijo de Hipólito y de Herminia, cree
"profundamente en nuestro Estado de Derecho". Joven, tenaz, dúctil, simpático, con grandes dotes de
adaptación, brillante dentro de lo que el orden burgués entiende por tal, cosechador de cargos y
condecoraciones, con buenas notas escolares..., inicia su carrera política en realidad hace ya veintiséis
años, si bien su irresistible ascensión a los cargos de poder no se acelera hasta iu llegada de su gran
protector, Fernando Herrero Tejedor, a Madrid. Tenía dieciocho años cuando se convirtió en presidente
del Consejo Diocesano de Acción Católica de Ávila; al unísono, funda una asociación con inquietudes
sociales que llamará de jóvenes a jóvenes". En 1950, los jóvenes españoles solían tener tres alternativas:
ser de Acción Católica, apuntarse al Frente de Juventudes o quedarse en casa sin ser de nada.
La pugna entre Acción Católica y Falange se hizo proverbial. Esta rivalidad solía llegar al desprecio
recíproco, y no faltaron entonces enfrentamientos físicos y algún que otro atentado a hogares juveniles
como resultado de esta aversión mutua. Es un dato muy revelador de la habilidad personal de Adolfo
Suárez el que siendo un joven de Acción Católica, con cargo y aspiración, llegara con el tiempo a
secretario general del Movimiento.
Cuando Herrero Tejedor se hace cargo del Gobierno Civil de Ávila, él, que ya sabia de las virtudes de
entrega, capacidad de trabajo y simpatía del joven Adolfo, le llama a su lado para nombrarle jefe de la
Sección Primera del Gobierno Civil y delegado gubernativo en toda la provincia. Después de su marcha a
Madrid, con un paréntesis de supervivencia a través de diversos trabajos —Adolfo Suárez ya era
licenciado en Derecho—, vuelve al pupilaje de Herrero Tejedor en 1958, siendo éste delegado nacional de
Provincias. Suárez seria su secretario particular y, además, jefe de la Asesoría Política de la misma
delegación. Contaba entonces Adolfo veintiséis años. Y treinta cuando es nombrado jefe de la Asesoría
Política de la Vicesecretaria —Herrero era vicesecretario general del Movimiento—, al tiempo que
compartía este cargo con el de jefe de la Inspección Central de Planes Provinciales de la Presidencia del
Gobierno (con López Rodó).
Tres años más tarde es director de programas de TVE y director de la Primera Cadena poco después. Es
elegido por esas fechas procurador en Cortes de representación familiar por Avila, y en 1968, nombrado
gobernador civil de Segovia. Sánchez Bella le encarga la Dirección General de Radiodifusión y
Televisión (tiempos en que se beneficiaba de la protección especial de Carrero Blanco); de ahí pasa a la
Vicesecretaría General del Movimiento (ministro: Herrero Tejedor, quien poco después moriría en la
carretera). Automáticamente, se convierte en miembro de la Comisión Permanente del Consejo y
consejero de Estado. Desde diciembre pasado era ministro del Movimiento y sus dos triunfos
espectaculares habían sido su discurso en defensa de la Ley de Asociaciones en las Cortes y haber
derrotado al marqués de Villaverde para cubrir la vacante dejada por Elola en los "cuarenta de Ayete".
El tercero lo acaba de obtener la semana pasada.
Adolfo Suárez es un hombre muy ligado a ciertos movimientos de signo cristiano, como YMCA,
organización universalista de la que fue presidente, y el Opus Dei, donde tiene grandes amigos. Sus
cuatro hijos estudian en Retamar, un centro docente de ¡a Obra. Gentes cercanas a él son Sánchez Asiain
(Banco de Bilbao), Ignacio López (vicesecretario general del Movimiento), Luis Jáudenes (director
general de Relaciones Institucionales) y Eduardo Navarro (la eminencia gris de Secretaría General y
posible "escribiente" del célebre discurso de Suárez en las Cortes)..., entre otras. Fue presidente de UDPE
(Unión del Pueblo Español), que ahora preside Martínez Esteruelas, y en la que se dan cita gentes tan
características del Régimen como Emilio Romero, Avella, Solís Ruiz, Javier Carvajal, Noel Zapico o
García Ramal.
El pensamiento de UDPE acerca de grupos de la oposición tan significados e importantes como el Partido
Comunista, parece claro. Carvajal acababa de declarar en el diario "Informaciones" el pasado sábado que
"no tiene demasiado sentido la legalización del Partido Comunista", y Martínez Esteruelas le ha dicho a
"El Pais", el domingo, que esa legalización la ve "problemática". Y, sin embargo, Adolfo Suárez, en las
Cortes, había pronunciado que negarse a ver el pluralismo es empeñarse en una ceguera absurda.
Pero el que ha sido llamado "presidente más joven de Europa", el que ha declarado "ser y poder ser
demócrata", también había dicho:
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Sábado 10 de julio de 1976