¿INTERFERENCIAS INTERNACIONALES?
Por Abel HERNÁNDEZ
EN relación con los últimos sucesos de Madrid han sido detenidos numerosos extranjeros. Esto quiere
decir que se sospecha, cuando menos, de ellos. Se da el caso de que ultraderechistas del mundo entero han
encontrado en los últimos tiempos acogedora posada en España: croatas y otro- anticomunistas del Este
europeo, fascistas italianos, «pides» portugueses, «lopezreguistas» argentinos, anticastristas cubanos,
trujillistas, O. A. S. francesa, etc. España, donde se les ha recibido con los brazos abiertos, ha sido hasta
ahora su paraíso: paraíso que, con el avance de la democracia, pueden estar a punto de perder.
Hay, por tanto, razones lógicas para sospechar de ellos. Nadie se resigna de buen grado a perder su par-
ticular paraíso, en el que se mueven también sus abundantes camáradas españoles. Algunos, como los
coatas, deben de estar especialmente nerviosos con el anuncio de inminentes relaciones diplomáticas
plenas entre Madrid y Belgrado.
Sin embargo, echar la culpa de antemano a fantasmales conjuras extranjeras ha sido una costumbre de-
masiado arraigada durante el último medio siglo en este país nuestro. Aquí también hay gentes que no se
resignan con la democracia.* Así que no conviene precipitarse en echar balones fuera.
Está, no obstante, cundiendo la impresión de que poderosas organizaciones internacionales pudieran estar
implicadas en la cadena de violencias que estamos padeciendo. Anoche, el señor Fraga, hasta hace pocos
meses ministro de la Gobernación, opinaba públicamente que, por la forma como se están desarrollando
los tristes acontecimientos, puede estar detrás la mano negra de «servicios internacionales que se sirven
de profesionales del crimen». Estos servicios Internacionales no pueden ser más que la C.I.A. americana o
la K.G.B. soviética.
¿Qué interés puede tener la Agencia Central de Inteligencia norteamericana en frenar el proceso político
español hacia la democracia? Quizá impedir la apertura al Este, reactivada de nuevo en Madrid, y, sobre
todo, prevenir el peligro de que un próximo Estado plenamente democrático cuestione las bases militares
norteamericanas en nuestro suelo y ponga en riesgo algunos de los importantes negocios EE. CU. en
España.
¿Cuál puede ser el objetivo de la K. G. B. rusa? Entorpecer el ingreso de España, como miembro de pleno
derecho, en la O.T.A.N. Nuestro país tiene las puertas de la Alianza Atlántica abiertas de par en par tan
pronto como se consolide la democracia. España ocupa Una posición estratégica clave en el sur de
Europa. La K. G. B., con sus miles de agentes infiltrados en todo el mundo, tiene como principal misión,
según los expertos, impedir que prospere la O.T.A.N.
¿Todo muy truculento? Si, pero a veces con truculencias mayores se escribe la historia de los pueblos.