XII-1972
INFORMACION NACIONAL
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Ver, oir y... contarlo
Precios máximos y precios reales
O. de N. dice en "Pueblo": "Apenas publicada la nota del gobernador civil de
Madrid, don Jesús López Canelo, sobre loa precios máximos de los alimentos en
los comercios madrileños, se produjo un curioso efecto de subida en algunos
mercados madrileños. Los precios que estaban más bajos han subido. En algunos
casos se han superado las cotas establecidas—bien ampliamente, por cierto—por el
propio gobernador civil. Desconocemos cuáles han sido las sanciones que han
caído sobre los comerciantes afectados. Pero los precios han rebasado los to-.
pes máximos establecidos en varias ocasiones, cosa que está probada
documentalmente.
El Ayuntamiento de Madrid realiza un Informe diario de laa cotizaciones en cinco
mercados municipales de distrito: Torrijos, Olavide, Vallehermoso, Tirso de
Molina y Ballesta. En este Informe se dan los precios máximos y mínimos a que se
han " cotizado los alimentos. Como la lista del Gobierno Civil habla de precios
máximos, sólo hay que comparar la lista municipal de los precios existentes con
los precios fijados como máximos, Y se han producido ya-los siguientes
desajustes: De los obreros y de los profesionales puede venir el cambio de
sociedad
Don Amando de Miguel, sociólogo, es entrevistado en la revista "Hechos y Dichos"
por Francisco García de Paso.
A nivel de sectores entonces, ó de dónde puede venir un cambio social? ¿La clase
obrera, los colegios profesionales...? .—Esos serían dos sectores clave, los
obreros y loa profesionales. Son, a mi modo de ver, los que van a prefigurar un
poco el futuro, porque están sujetos & una mayor capacidad de cambio.
¿Son los que más fuerza tienen en el país?
Sí. -Yo diría que las profesiones en el sentido más amplio (las profesiones más
bien" medias y superiores,
de tipo técnico en el sentido más amplio; no Jas profesiones tradicionales, como
médicos o abogados...) y también los grupos de obreros más ilustrados son loe
que tie"nen más posibilidades como fuerzas de cambio y de presentación de
alternativas, de vitalidad, de asimilación de nuevas formas de vida, en último
término como fuerzas de cambio social, político y religioso y, en fin, de todos
los .estilos.
Pero, yendo a la base, ¿qué aspiraciones, quó exigencias latentes tiene el
pueblo español en este momento?
Yo creo qu» la categoría ´´pueblo" no existe. Eso del "hombre medio", el
"español medio", el "pueblo"... es una figura literaria.
Entonces, ¿España, de cara al cambio, es solamente los grupos profesionales?
No, yo no digo eso en absoluto. Quiero decir que, mirando a un cambio hacia el
futuro, en loe grupos profesionales e incluso en la Iglesia, que en cierta
manera se podría asimilar a los grupos profesionales, hay una sensación da
querer dominar ese futuro, de adelantarse´ a él, de preverlo..., qu« llama la.
atención por lo "fino", lo sutil que es. En cambio, en otros grupos de clase
media, en los propios estudiantes, en la Universidad o en la Administración, la
esclerosis es tan grande que contrasta, que resulta todo lo contrario. Estos
grupos no tienen ese sentido del futuro, no prefiguran un cambio hacia adelante.
Pero ni mucho menos quiere decir que eso sea lo único, .ni lo que cuenta, ni lo
más´bueno... ¡ no hay ninguna palabra de ésas. Es una comprobación empírica de
un hecho lo que quiero decir.
El Gobierno quiere potenciar la fabricación de coches De "Informaciones": "El
Ministerio de Industria parece últimamente centrado en la potenciación del
sector del automóvil en España. La modificación de las normas sectoriales que
dieron entrada a la Ford ha sido la más resonante ´de las actuaciones del citado
Departamento. Sin embargo, esta medida no resuelve el problema estructural de la
industria. La cuestión clave es que en España hay demasiadas fábricas y, ;en
cambio, las series de fabricación son cortas, por lo que el automóvil resulta
caro y tiene que ser muy protegido de la competencia exterior. Esto puede ser
especialmente grave si España se integra algún día en el Mercado Común y tiene
que alinear su arancel con el de estos países. Para colmo, como acaba de poner
de manifiesto el director general de Industrias Siderometalúrgicas, señor Pérez
de Bricio, ninguno de los automóviles que se fabrican en nuestro país son
auténticamente españoles. Es lógico que si nos incorporamos a la C. E. E., las
firmas extranjeras cierren las fábricas que tienen establecidas en España.
Esta situación, calificada por el señor Pérez de Brieio de "caótica", ha
obligado al Gobierno a tomar una serie de medidas para potenciar el sector. Para
ello—según informa Europa Press—, el Ministerio de Industria piensa concederle
diversas ventajas de tipo crediticio y fiscal e incluso proyecta calificarlo
como "sector prioritario". En este caso, los fabricantes gozarían, para mejorar
la ampliación de sus instalaciones, del acceso al crédito oficial y al de
exportación, y se beneficiarían de diversas desgravaciones y exenciones
fiscales, mayores facilidades para acceso al mercado de capitales, etc. El
objetivo es que cada - fábrica produzca por lo menos 100.000 vehículos al año,
meta de la que están alejados Authi, Citroen y Chrysler."
Algunos ceros"—, sino con afirmaciones que no pueden ser olvidadas hoy.
Cuatro, exactamente: — 1) Con esta ayuda simplemente, "el Estado presta a la
Iglesia el auxilio de los medios precisos para que, en el orden moral, se cumpla
y realice su misión sobre la tierra".
2) Ante esta ayuda "no cabe hablar de largueza", puesto que simplemente "se
trata de satisfacer el deber primordial del hombre y de la sociedad de dar a
Dios la gloria que le es debida".
3/ Esta ayuda no se hace en rigor a la Iglesia sin más (y mucho menos a la
jerarquía o el clero), puesto que "el beneficio de esa acción religiosa,
moralizante y educadora, .que realice la Iglesia, así asistida, refluirá
directamente en bien de la propia Patria española".
4) Pensar en pasar factura por esa ayuda o exigir a cambio tales o cuales formas
de apoyi político seria entrar e» "los viejos conceptos liberales de regateo
entre potestades extrañas, con conceptos de tregua o
de transacción entre enemigos».
Estos son, nos parece, los principios básicos^en los que cabria y cabe de hecho
una evolución hacia adelante, pero no hacia atrás—sobre los que puede entenderse
algo en este asunto, sin ver traiciones o ingratitudes en lo que es simple
fidelidad al Concilio Vaticano II. La Iglesia tiene obligación de recordar, pero
no debe detener s e en los recuerdos. Existió Pío XI, y cuanto dijo fue y sigue
siendo verdad.
Existieron Pío XII, y Juan XXIII, y Pablo VI, y existió el Vaticano II, y es
toda esa gran fidelidad la que
la Iglesia, tiene que mantener, sin detenerse atada por los libros de
contabilidad.
Si la Iglesia española ofreciese hoy a España un catolicismo convertido en
estatua de sal, infiel a cuanto las corrientes del mundo y de la Iglesia
universal le piden, traicionaría a la Iglesia y traicionaría a España.
Porque en verdad el problema no está en olvidar o agradecer un pasado, sino
sencillamente en construir con amistosa sinceridad—un presente V un futuro."
1961-70: el mayor aumento de población en Cataluña de "Tele-Exprés": "La
población catalana ha aumentado en un 30.5 por 100 en la década de los años
sesenta. De 8.935.779 habitantes ha pasado a 5.122597. Estos datos, que facilita
la Memoria Económica de las Cámaras de Comercio. Industria y Navegación .de
1971, contrastan inmediatamente con el diferente aumento de la población
española en conjunto en el mismo periodo: 11,3 por 100.
Para explicar esta acusada desproporción existe básicamente una
causa: la Inmigración desbordada Que han experimentado unas cuantas comarcas
catalanas, en especial la barcelonesa y. las que la rodean, por una parte, y la
tarraconense, por otra. Como ejemplos, vale la pena citar el Baix
Llobregat, que ha crecido en un 126,10 por 100; el Maresme (52 por 100), el
Valles oriental (67 par 100), el Valles occidental (75 por 100), el tarraconense
(62 por 100), el Baix Camp (85 por 100), el Anoia (35 por. 100)... Como
consecuencias de ese alud inmigratwio se´ha producido un creciente
anarcourbanismo y un déficit acusado de servicios públicos—escuelas, sanidad,
zonas verdes y deportivas...—, que han aumentado de un modo casi irritante la
incomodidad de pueblos que de la noche a la mañana se han convertido en
ciudades-dormitorio. La densidad de la población catalana ha pasado de 122
habitantes por kilómetro cuadrado en 1960 a 160 en 1970. Sólo Canarias tiene una
densidad similar, que es casi tres veces más elevada que la densidad media
española, que en el mismo período mencionado ha pasado de 60 a 67 habitantes por
kilómetro cuadrado. La diferencia entre acumulación humana en la periferia y
acumulación humana en .el interior—excepción hecha de Madrid—se ha acentuado,
con el fenómeno Inmigratorio de Cataluña, de un modo ostensible. Las comarcas
cuya población ha crecido más que el promedio general—la barcelonesa y lag
contiguas, como ya ha quedado dicho—suponen hoy el 28,7 por 100 de toda la
población catalana. Es evidente, pues, que el proceso hacia una sociedad más
urbana e industrial se ha acelerado con la presencia da estos nuevos
habitantes."
Un discurso