Asociacionismo empresarial partiendo de la libertad de reunión
El señor Conde Bandrés dice que hay que aprovechar la economía de mercado siguiendo una política
pragmática atenta a la evolución de los costes • Hasta finales de noviembre se han perdido 101.000.000 de
horas de trabajo, mientras la producción que no se ha realizado asciende a 18.000 millones de pesetas
Actualmente la economía española prosigue caracterizándose por la existencia de una crítica situación,
que aunque atenuada a comienzos de este año, no deja de ser extremadamente grave. Por ello los
empresarios necesitan vivir al ritmo actual y declarar que la empresa atraviesa situaciones límites que
exigen unas medidas de reestructuración en profundidad y no simplemente coyunturales.
Así, ayer en el Palacio de Congresos y Exposiciones pudimos asistir a una reunión económica patrocinada
por el Consejo Nacional de Empresarios, y en la que participó el señor Conde Bandrés.
—¿Cuál es el objetivo primordial y la actuación del Consejo Nacional de Empresarios?
—El Consejo Nacional de Empresarios, compuesto por unos ocho mil empresarios, se ha convertido
desde 1974 en defensor de los empresarios, que como elemento sindical se halla integrado dentro de la
Organización Sindical. La empresa española está encaminada a los diversos aspectos que componen
nuestra idiosincrasia: agricultura, industria, servicios, etc., ensamblada totalmente en contraposición a
Francia, que está falta de una rama agrícola, e incluso donde la pequeña y mediana empresa no se
encuentran completamente organizadas. Nuestra organización podrá seguir existiendo aunque la
Organización Sindical se alt´ rase, facilitando la evolución de las organizaciones empresariales con vistas
a una nueva agrupación. Se tiende al asociacionismo empresarial, partiendo de la libertad de reunión. Las
estructuras organizativas, y esto no es utópico, pueden llegar a ese asociacionismo partiendo de la
voluntad. A todos ofrecemos ayuda y consejo, y el posible acoplamiento de nuestras estructuras en su
primera fase después de la constitución de las Cortes.
SITUACIÓN ECONÓMICA ACTUAL
—¿Cómo ve el empresario la actual situación española?
—Los empresarios somos pesimistas desde el pi´nto de vista económico, ya que tenemos que poseer una
;-íión profética, aunque slem-pr dominar´? Y´ anunciamos en 1973 que la situación económica se iba a
deteriorar: la propuesta empresarial tendía al efectismo y sin los socorredores "parches". Se actuaba
pensando más en los efectos que en las causas. En este momento todas las clases sociales del país se están
concienciando del problema, ya que cuanto más se baja en el pozo más difícil es subir a la superficie.
Afirmo que los empresarios están dispuestos a seguir las medidas justas y razonables que supongan una
solución efecti. 1 problema.
—¿El empresario atiende las reivindicaciones laborales y cómo se halla hoy las relaciones laborales con
los trabajadores?
—Hemos realizado diversos anuncios llamando a los trabajadores a la responsabilidad. Hasta finales de
noviembre se han perdido ciento un millones de horas de trabajo; los trabajadores han dejado de percibir
por esta razón siete mil quinientos millones de pesetas y la producción no realizada asciende a dieciocho
mil millones. Pienso que no se pueden plantear reivindicaciones económicas cuando, a la larga, la
inflación supone que esas mejoras económicas no sean reales. Digo a los trabajadores que no se dejen
embaucar por determinadas organizaciones; los empresarios vivimos de la realidad con una gran
responsabilidad. No se puede levantar al país con paros y huelgas. A este respecto, el Gobierno no tiene
una conciencia clara.
En Alemania han fijado un tope del siete por ciento a los aumentos salariales. Debemos hacer una
llamada a la responsabilidad para hacer una tregua. Los empresarios no niegan el diálogo siempre que
sean cosas razonables. La reforma económica en todos los aspectos debe ser completa; cuando se pide
voto, se exige menor capacidad de sacrificio. Un pacto social es esencial en estos momentos, pero
siempre propiciando una mayor austeridad que partiera de todos los niveles sociales. Con respecto al tema
de la Seguridad Social, que entra de lleno dentro de las relaciones laborales, quiero aclarar que el Estado
debe aumentar su participación en este aspecto, ya que hay costos que son esencialmente sociales.
FOMENTO DE LAS EXPORTACIONES
—¿Hay falta de medidas económicas por parte de los empresarios?
—En primer lugar, la responsabilidad la tenemos todos los españoles; actualmente se tiende a la
descapitalización de las empresas, además de propiciar nuevos mercados exteriores. Hay que aprovechar
la economía de mercado en toda su integridad; mientras, el Gobierno tiene que decidirse a actuar con una
vigilancia instantánea. La política seguida de contención de precios no ha resultado. Una política
pragmática es más eficaz, atenta a la evolución de los costes. El fomento de las exportaciones podría
suponer reducir el déficit económico con una competitividad de nuestros precios, siempre que se redujera
la inflación. En Francia se intenta aumentar la exportación brutalmente con unos costes exteriores a nivel
adecuado y fijando los topes salariales.
—¿Hay representatividad de la pequeña empresa en relación con las grandes empresas?
—En el Consejo Nacional de Empresarios hay un 52 por 100 de representatividad de la pequeña empresa,
mientras la mediana tiene un 37 por 100 y la gran empresa un 11 por 100; por consiguiente, las pequeñas
no se pueden quejar de que haya falta de representación en sus filas.
Carmen ALONSO GUERRA