ABC. SÁBADO 9 DE JULIO DE 1960. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 35
EL GENERALÍSIMO FRANCO Y EL PRESIDENTE FRONDIZI, EN TOLEDO
VISITARON LA CATEDRAL Y LAS RUINAS DEL ALCÁZAR, ACOMPAÑADOS DE SUS
RESPECTIVAS ESPOSAS
El primer magistrado argentino firmó en el álbum de honor de la fortaleza toledana
Toledo 8. (De nuestro redactor, enviado especial.) Los toledanos han tributado hoy un gran recibimiento
al Presidente de la República Argentina. El comercio ha cerrado sus puertas por la mañana, y puede
decirse que toda la población estaba en la calle en el momento en que el Señor Frondizi y el Caudillo
hicieron su entrada en Toledo. Desde la Puerta de Bisagra hasta la Catedral, pasando por Zocodover, el
itinerario estaba colmado de público y adornado con banderas de los dos países. Ha podido comprobar así
el ilustre huésped argentino el afecto y la simpatía con que los españoles han acogido su visita. Después
del impresionante recibimiento de ayer en Madrid, habrá sido también, sin duda, muy agradable para él
este homenaje, pequeño y grande a un tiempo. Pequeño, por la pequeños física de Toledo, y grande, por
su significado, por el calor humano que han puesto los habitantes de esta ciudad en su bienvenida.
El Presidente Frondizi v el Generalísimo llegaron a Toledo a las once y media de la mañana,
acompañados de su respectivas esposas y de los jefes de las Casas Militar y Civil, teniente general
Asensio Cabanillas y conde de Casa de Loja, respectivamente, así como del séquito presidencial. En la
Puerta de Bisagra les esperaban los ministros del Ejército, teniente general Barroso, y de Educación
Nacional, Sr. Rubio; el capitán general de la I Región, teniente general Rodrigo; el gobernador civil de
Toledo, señor Elvira Meseguer; el gobernador militar, general Medrano; el alcalde, D. Luis Montemayor;
el presidente de la Diputación, señor Rodríguez Bolonia; el director general de Seguridad, D. Carlos
Arias; el de Bellas Aries, Sr. Gallego Burín; el Ayuntamiento y la Diputación, en corporación, y otras
Primeras autoridades.
Los dos Jefes de Estado pasaron revista a una compañía de caballeros alféreces cadetes de la Academia de
Infantería que rendían honores, mientras eran interpretados los himnos de los dos países.
A continuación se trasladaron a la Catedral. En la Puerta de los Reyes fueron recibidos el Presidente
Frondizi y el Generalísimo por el obispo auxiliar doctor Granados García, en ausencia del cardenal
primado. La visita empezó por el altar mayor y siguió por el coro sala capitular, sacristía y sala del tesoro.
Después, la comitiva se trasladó al Alcázar. En la fachada Norte recibieron a los dos gobernantes el
general Martínez Simancas, presidente del Patronato de las Ruinas; el coronel Gutiérrez Cano, y un grupo
de defensores del Alcázar. El recorrido se inició en el patio de Carlos V y siguió con las visita al que fue
despacho del coronel Moscarda, donde el Sr. Frondisi firmó en el álbum de honor; el señor Frondizi fue
obsequiado con un ejemplar del libro del padre Rico sobre la defensa del recinto, y otro con el texto de la
histórica conversación telefónica sostenida entre el coronel Moscardó y su hijo Luis, asesinado por los
marxistas. Las personalidades del séquito, recibieron otros libros donde se narra la epopeya, y las esposas
de ambos Jefes de Estado medallas de oro de la Virgen del Alcázar.
Seguidamente recorrieron la cripta de los caídos y el Museo del Alcázar, en el que el Presidente
contempló dos placas ofrendadas por su país. En una de ellas se lee "El Ejército argentino, a los heroicos
defensores del Alcázar. Misión militar, 1941." Y en la otra: "La Aviación militar argentina, en homenaje a
los Caídos por Dios y por España en el glorioso Alcásar de Toledo. Recuerdo de primer vuelo
transoceánico de la Escuela de Aviación Militar argentina, Buenos Aires-Madrid. Diciembre, 1947."
El Caudillo y el ministro del Ejército explicaron con detalle al ilustre huésped los hechos heroicos que se
desarrollaron en la fortaleza durante el asedio.
Por último, los visitantes se trasladaron a la iglesia de Santo Tomé, de gran valor artístico, donde se
guarda el célebre cuadro de "El Greco" "El entierro del conde de Orgaz".
A primera hora de la tarde las autoridades de Toledo ofrecieron una comida en el Palacio de Lerma a sus
ilustres huéspedes. Al final, el gobernador civil, señor Elvira Meseguer, pronunció un discurso. Dijo,
entre otras cosas, que hoy en Toledo como ayer en Madrid "hemos querido ofreceros, señor Presidente, el
testimonio de nuestra gratitud hacia esa nación maravillosa que con pulso sereno pilotáis y que supo, en
un día, comprender las verdades de España. De esta España que avanzó por el campo de la Historia
derrochando a raudales el caudal de su fe y que cuando retorna al solar de partida mira ya como
hermanos, unidos por vínculos eternos de lengua, sentimiento y religión, a los pueblos que alumbró como
madre".
Contestando a las palabras del gobernador civil, el Presidente Frondizi improvisó un brillante discurso, en
el que expresó su honda emoción al recorrer la milenaria Toledo y dijo que "América fue concebida por
España, como una gran esperanza, y que fueron los españoles los que abrieron la puerta de ese nuevo
mundo a los seres de todas las rasas". Agregó que "al amparo de la fe que llevó España se fueron
construyendo esas naciones que España ha mirado siempre como madre amante y generosa. Mirando al
futuro—dijo—se puede decir que esas naciones representan no sólo algo material, sino una gran reserva
espiritual.
Afirmó él Dr. Frondizi cómo al contemplar "esta maravillosa y extraordinaria ciudad de Toledo meditaba
en el descubrimiento de América, en su conquista y en su colonización pensando que aún hoy, en 1960, al
atravesar los vastos territorios americanos, asombran las dificultades que representa el paso por ellos y
que hacen nos preguntemos de qué pasta estaban hechos aquellos españoles que cruzaron el mar,
desembarcaron en el Río de la Plata y se internaron en el Continente, a través de selvas desconocidas,
abriendo camino, a la civilización.
Pero hoy—prosiguió—, al entrar en vuestra Catedral comprendí que a aquellos hombres lo que les
impulsaba definitivamente era la fe, esa fe representada por una cruz y un sacerdote; esa fe que se lleva en
el fondo del alma, y que era la que permitía que aquellos seres humanos se agigantaran al fundar su
esfuerzo en el espíritu"
El Presidente argentino añadió que "la secular tradición de Toledo representa para los hombres de
América, algo inolvidable, y que cada vez que España es gloriosa, esos hombres de América sienten parte
de su gloria igual que cada vez que España se siente dolorida los americanos inclinan la cabeza con dolor.
Quiero por eso—dijo—que sintáis y sepáis que vengo de un país que creó España, que descubrió España,
que conquistó y colonizó España con su esfuerzo; de un país que os quiere a vosotros, los españoles. No
importan los vaivenes de ayer, de hoy o de mañana en la, política de mi patria, —continuó—, lo que
interesa es que en Argentina se ama a España, y cuando se ama España es porque estamos orgullosos de
las tradiciones que ha dado al continente americano, extendiéndolas también al mundo entero."
Este vibrante discurso del Presidente emocionó, nos emocionó, y fue acogido con grandes, prolongados
aplausos rotundos.
Quienes vimos de cerca ayer en Madrid al Sr. Frondizi pudimos comprobar cuánta justicia hay en los
elogios que se hacen a su simpatía, a su naturalidad y sencillez. Hoy, en esta visita rápida a Toledo, ha
vuelto a poner de manifiesto todas esas cualidades. No será nada extraño que su breve estancia sea
recordada con especial emoción en esta ciudad, tan acostumbrada—por su historia, por sus bellezas
monumentales y artísticas a recibir visitantes ilustres.
J. L. MARTINEZ REDONDO.