ESPAÑA: LABORAL
La ira de Comisiones Obreras
Redondo y Ferrer Salat: ¿Entendimiento o algo más?
Pacto UGT-CEOE
Los pactos que la semana pasada firmaron la Confederación Española de Organizaciones Empresariales
(CEOE) y la Unión General de Trabajadores tienen una importancia que se sustenta en el hecho mismo de
que dos de las más importantes fuerzas sociales se reunieron alrededor de una mesa y llegaron a
determinados acuerdos. Pero el contenido del documento suscrito por la primera patronal del país y por la
segunda central sindical se queda muyen segundo plano. Todo parece indicar -según fuentes solventes
consultadas por SÁBADO GRÁFICO- que en este asunto tiene más importancia la apariencia que la letra
de los acuerdos. Y si esto es así, las claves de la operación habrá que buscarlas más allá de sus
protagonistas directos, interesados por supuesto en llegar a acuerdos, pero cada cual por motivos
diferentes.
LOS periodistas que habitualmente cubren la información laboral en Madrid eran minoría el pasado 10 de
julio cuando, a la una y media, Nicolás Redondo y Carlos Ferrer —un vasco y un catalán que, por razones
de oficio, parecen los únicos, entre sus paisanos, que están más interesados en el Estatuto de los
Trabajadores que en los Estatutos de autonomía— comparecieron ante una nube de fotógrafos y ante las
cámaras de RTVE para firmar un documento de 12 folios al que habían bautizado como "Acuerdo básico
interconfederal entre UGT y CEOE". Los periodistas "laborales" —pocos, bien avenidos y algo perdidos
aquel dia entre la avalancha de colegas de la radio y televisión estatal que daban amplísima cobertura
informativa al acto— hojeaban el documento que se les acababa de entregar, comentaban su contenido y
coincidían en el hecho de que los acuerdos eran relativamente decepcionantes, aunque no desdeñables.
Algunos de los informadores creían que Redondo y Ferrer iban a ofrecer una rueda de prensa conjunta y
que, en el curso de la misma, quedaría más claro el verdadero alcance y operatividad de los pactos. Pero
no. La CEOE y la UGT habían decidido informar a la prensa por separado.
Cotejando después las afirmaciones de unos y otros, los periodistas caían en la cuenta de que mientras la
CEOE hacía una interpretación genérica de los acuerdos, centrada en resaltar el hecho mismo de las
conversaciones y apuntalada con frases como las de José María Cuevas, secretario gene ral de CEOE -"Es
el primer paso de un largo camino...", "Con este tipo de acuerdos nos acercaremos a la práctica habitual
de las relaciones industriales en la Europa comunitaria"—, los dirigentes de la Unión General fijaban más
su análisis en dos puntos: en lo que se había conseguido y en el hecho de que su Central no había cedido
en nada sustancial.
¿Qné se ha firmado?
El documento suscrito es, en esencia, una declaración de intenciones que recoge una serie de puntos,
operativos unos si el Gobierno les tía forma legal y enunciativos los más. Se señala también, en CC. OO.,
que algunos apartados recogidos en el documento son ya práctica habitual en muchas empresas, porque
habían sido negociados a través de los convenios colectivos.
Lo más destacado del pacto CEOE-UGT es lo siguiente: reconocimiento de la figura del delegado sindical
de UGT en empresas de más de 250 trabajadores cuando más del 15 por ciento de plantilla esté afiliada a
dicha central sindical; asunción del principio de negociación articulada de los convenios; supresión de la
figura del laudo, excepto en determinados supuestos que la ley debe contemplar taxativamente; re-
conocimiento del 10 por ciento como porcentaje mínimo para negociar y para que ¡as centrales estén
representadas en cualquier organismo donde se requiera su presencia; sustitución. de la homologación de
los convenios por el simple registro de los mismos; reconocimiento del principio de que los convenios
deben tener eficacia general, es decir, que todas las empresas del ámbito que recoja el convenio queden
afectadas obligatoriamente por el mismo; reconocimiento del hecho de que en los convenios se pueda
negociar sobre materia sindical; presencia e intervención de los representantes de los trabajadores en todo
el proceso de expedientes de crisis, movilidad y contratación de personal a tiempo parcial; que los trabaja-
dores que se queden sin empleo cobren el 100 por cien de subsidio de desempleo; rechazo de las prácticas
antisindicales en tas empresas; petición a la Administración de que agilice los plazos de tramitación de los
expedientes de crisis, con control sindical; solicitud de que el
Gobierno ponga en marcha el instituto Nacional de Empleo, así como los Institutos de Seguridad Social, y
de que en los mismos estén representadas las centrales con capacidad de control y gestión, y, por último,
reconocimiento por parte de CEOE de que hay que revisar los salarios, dado que en e! primer semestre la
subida del índice del coste de la vida será bastante superior al 6,5 por ciento que para este periodo fijaba
el Gobierno en el Decreto sobre rentas y empleo de 26 de diciembre pasado.
CC. OO. ataca
Los pactos sólo fueron bien acogidos por el Gobierno. El vicepresidente Abril Martorell no se recató de
afirmar que era "uno de los más importantes acontecimientos" que en el campo económico y social habían
ocurrido en los últimos dos años. Probablemente le vaya mucho a Abril en la operatividad de este pacto y
en la consecución de otros más amplios en los próximos meses.
Pero desde el interior deí campo sindical, la crítica de Comisiones Obreras ha sido demoledora. Aparte de
dudar de Ja eficacia de un acuerdo que ha dejado al margen al primer sindicato del país, CC. OO., afirma
que no ha habido una auténtica negociación. Lo conseguido, en opinión de sus dirigentes, no es nada más
que un papel que contiene una declaración de intenciones y un catálogo de problemas, cuya virtualidad
práctica depende del Gobierno y de las propias CC. OO.
Analizando el documento punto por punto, los hombres de Marcelino Camacho estiman que aspectos tan
llamativos como la Figura del delegado sindical en empresas de más de 250 trabajadores están ya
recogidos en el - proyecto de Ley de Acción Sindical en la Empresa que el Gobierno presentó a las Cortes
y retiró después. Igualmente, y en otro plano, Comisiones ataca a fondo cuando señala que el reco-
nocimiento por parte de CEOE de que hay que revisar los convenios no despeja la incógnita -importante
incógnita— de cuánto van a subir los salarios y cuándo. Además, el Gobierrto había aceptado pre-
viamente revisar los convenios, pillado como está por el articulo 3 del Decreto ya citado de 26 de
diciembre de 1978.
Pero Ja más sorprendente de las críticas a los acuerdos entre CEOE y UGT proviene del interior mismo
de la CEOE, La patronal de Madrid -segunda en importancia del país— no asume los pactos por razones
obviamente opuestas a las de CC. OO., pero en todo caso diáfanas. CEIM (Confederación Empresarial
Independiente de Madrid) no está por los "Acuerdos básicos interconfederales"´, porque no recogen tres
aspectos que los empresarios entienden son irremmciables: flexibilidad de plantillas, productividad y
política salarial. Además, CEIM considera que se ha cedido con la aceptación de la acción sindical
"descqfeina-da".
Quizá, con su rechazo, la patronal madrileña, única por ahora que se ha descolgado de los acuerdos, ha
puesto en órbita la pregunta esencial que todos hacen: ¿es posible en la situación actual que la patronal y
los sindicatos ¡leguen a acuerdos de trascendencia?
Aquí conviene recordar que UGT difundió entre sus Federaciones una larga lista de temas que, o bien no
planteó a CEOE, o bien no llegó a ningún tipo de entendimiento so-
bre ellos. Entre los puntos no resueltos por las negociaciones están algunos tan importantes como el cierre
patronal, jubilación a los sesenta años, semana de cuarenta horas, vacaciones mínimas de treinta días,
oposición al abaratamiento del despido, cuarenta horas de tiempo sindical por delegado, control sindical
de las horas extras, ampliación del Seguro de Desempleo a ios trabajadores del campo, reconocimiento en
el Estatuto del Trabajador de los derechos sindicales de ¡os funcionarios y otros.
La pregunta de la CEIM sobre la posibilidad de acuerdos pareció reforzar esta semana la postura de CC.
OO. sobre sus dudas acerca de la eficacia de negociaciones sólo con la patronal y que viene planteando
desde hace meses que cuestiones tales como el Estatuto del Trabajador y, en definitiva, el marco de
relaciones laborales debe ser negociado en una mesa a la que acudan el Gobierno, los partidos políticos y
fas fuerzas sociales representativas, •