El triunfo de los autonomistas puede provocar desbordamientos callejeros
Por Enrique SOPEÑA
BARCELONA, 15.
SEGÚN SMS propias predicciones, expresadas esta mañana por don Carlos Sentís en declaraciones a
«Diario de Barcelona», la Unión de Centro Democrático podría obtener en la circunscripción de
Barcelona hasta ocho escaños de los 34 que corresponden a la misma. El periódico-pública una
significativa encuesta de última hora en la que son los propios partidos y coaliciones, quienes, se
pronuncian en torno al resultado que hoy ofrecerán las urnas. Más optimista todavía se muestra el
portavoz ce la can-, d i d a tura de los socialistas (P.S.C.-P.S.O.E.), , Si cu.a 1 anuncia la cifra de nueve
puestos, más uno por Lérida y dos por Gerona y Tarragona. En cuanto a la Unión de Centro y la
Democracia Cristiana, su dirigente, don Miquel Coll í Alentorn, aspirante a su vez a senador, pronostica
siete escaños, además de tino por cada una de las restantes provincias catalanas. La Higa —partido al qué
las encuestas casi descartan— no rebaja ¡a euforia de sus colegas y predice que alcanzará la cota de seis
puestos por Barcelona y uno por Gerona (no concurre ai por Tarragona ni por Lérida). A pateeidp nivel se
desarrolla el taticinio de la Esquerra de Cataluña (Esquerra Republicano y Partido del Trabajo), 0uyos
portavoces auguran seis escaños por Barcelona y uno por Lérida. La C.U.P.S. (Candidatura de Unidad
Popular por el Socialismo) se contenta, sin embargo, con conquistar un diputado únicamente por
Barcelona. De este abanico de profecías se autoexeluyen dos sectores importantes: el Pacto Democrático
por Catal uña (Pujol, Trías Pargas, Verde Aldea) y el P.S.U.C. (comunistas catalanes). «Esperamos un
buen resultado simplemente», manifestaron fuentes autorizadas del Pacto. «Sabemos —matizó, por su
parte, don Antoni Gutiérrez, nombre fuerte del P.S.U.C.— que obtendremos un mínimo favorable, ya que
hemos hecho un buen trabajo.»
SERENIDAD
Pero al margen de los deseos de unos y otros, aquí sigue preocupando lo que pueda suceder cuando se
conozcan los primeros vaticinios de las urnas (ver INFORMACIONES de ayer). Una voz cualificada, la
del veterano político don Josep Andréu i Abelló. ha recomendado poilicamente calma. «¡Hoy Cataluña —
.proclama quien vivió las jornadas del 14 de abril de 1931, del 6 de octubre d« 1934 y del 18 de julio de
1936 y ocupó altos cargos en la Administración de Justicia de la Generalidad— necesita nías serenidad
que nunca.» Convencido del triunfo global de las coaliciones autonomistas, el señor Andréu i Abelló ha
comunicado a INFORMACIONS que «debe renunciarse a todo aventure-rismp, puesto que Sa consoli-
dación de la democracia y la recuperación de nuestras instituciones autonómicas exigen la
responsabilidad cívica, general y la apertura de negociaciones con el Gobierno de Madrid, que no podrá
desestimar en esta ocasión el plebiscito que muy probablemente surgirá esta noche de !as urnas».
En este mismo sentido se sabe que, tras conocerse el resultado, es casi seguro que los grandes partidos —
en principio, Pacto Democrático, socialistas y comunistas- difundan un documento firmado por ellos,
tendente a en-sauzar sin alteraciones el torrente popular en pro del Es-tatuto de 1932. Paralelamen-
te, una gestión delicada se efectuó ayer mismo en el aeropuerto de París. A lo largo de cinco horas, los
señores Reventas, Triginer y Salvador —representantes de la conjunción socialista— conversaron con el
presidente de la Generalidad en el exilio, don Josep Tarradellas, en presencia de don Frederie Rahola, su
delegado en el interior de Cataluña. No ha trascendido nada oficial de la entrevista. Sin embargo, en
medios competentes se opinaba anoche que los dirigentes socialistas habrían expresado al señor
Tarradellas la conveniencia de que el día 21 —con el resultado oficial de los comicios— traspase sus
funciones al diputado con . mayor número de votos, a fin de que éste convoque una asamblea de
parlamentarios catalanes, la cual tendría como misión abrir las negociaciones con el poder central,
atajando así todo tipo de exuberancias callejeras, fruto de impaciencias mal reprimidas. El señor
Tarradellas además regresaría inmediatamente a Barcelona. Ai parecer, el presidente de la Generalidad se
habría pronunciado positivamente. Todo ello se juzga aquí de enorme trascendencia para que la
normalidad no se vea distorsionada gravemente.
15 de junio de 1977