Deciden más de 23 millones de españoles
* A las ocho de la mañana del jueves podrán conocerse resultados provisionales
MADRID. (PUEBLO, por Marcial HERNÁNDEZ.)
Cuando a las ocho en punto de esta tarde se cierren los colegios electorales, veintidós millones de
españoles habrán tenido la oportunidad de participar en unas elecciones mayoritariamente reconocidas
como libres y democráticas. No hay más remedio que emplear la calificación de histórica, que, aunque
muy manoseada, sirve con justeza para calificar a esta ocasión. Conviene recordar que desde el 16 de
febrero de 1936, los españoles no habíamos tenido ocasión de contemplar una urna democrática, habiendo
sido sustituida la voluntad popular por diversos montajes escénicos seudoelectorales, en referendums
abrumadores y desangeladas «elecciones orgánicas».
Unas elecciones democráticas resultan algo más complicadas, también en su aspecto técnico (si a estas
horas usted todavía no ha votado recuerde que la papeleta para el Congreso debe introducirla en un sobre
blanco, sin enmiendas ni raspaduras, y que la papeleta para el Senado es de color salmón y debe
entregarla en un sobre, también color salmón, después de haber señalado con una crucecita sus candidatos
elegidos, que habrán de ser tres como máximo, salvo en Mallorca, Gran Canaria, Tenerife, Ceuta y
Melilla, donde se vota dos candidatos como máximo, y en Menorca, Ibiza, Formentera, Lanzarote,
Fuerteventura. La Palma y Gomera-Hierro, en que sólo puede votarse un candidato).
• PARA QUE SIRVE SU VOTO
Una vez que usted ha votado —no se olvide del carné de identidad u otro documento de identificación—
significa que para el Congreso (350 diputados) usted ha otorgado su confianza a un determinado partido o
coalición electoral, pues el sistema de listas cerradas y bloqueadas no le permiten escoger personas de
cada lista (si algún candidato de la lista no la cae simpático y usted lo tacha, la papeleta será nula), y es el
partido o coalición electoral quien ha decidido previamente el orden en que habrían de figurar sus
candidatos, de tal modo que los «números uno» de un partido o coalición fuerte tienen muchas
posibilidades de resultar elegidos, mientras los que figuran en los últimos puestos prácticamente van de
relleno.
Para el Senado (207 escaños) su libertad de elección es mayor. Habrá de señalar con una crucecita
aquellos tres candidatos —menos en las provincias en que hay que elegir a menor número, de las que
hablábamos antes— que gocen de sus preferencias.
Bajo su nombre, en la papeleta color salmón, va el partido o coalición a la que pertenece. Si es usted
amante del surrealismo. incluso podrá votar por un candidato de derechas y otro de izquierdas. Tambien
podrá votar sólo por uno o dos de los candidatos presentados (pero nunca por más de tres).
* ESCRUTINIO
Sus papeletas, junto con las de los demás electores, pasarán después por el proceso de escrutinio Las
mesas electorales habrán de someterse a una normativa que considera nulos los votos emitidos en
papeletas o sobres no ajustados a modelo oficial, las papeletas sin sobre (también si van dos papeletas en
un sobre, las papeletas tachadas o en las que se haya modificador el orden de candidatos. Serán nulas
también las papeletas para el Senado en tas que se designe a más de tres candidatos
Hecho el recuento, ios interventores podrán formular sus protestas por escrito. Una vez resueltas, el
presidente anuncia el resultado y a la puerta del colegio electoral se colocará un certificado con los votos
obtenidos por cada candidatura. Luego los adjuntos e interventores de mesa entregarán las actas en el
Juzgado que le corresponda. El resultado oficial se conocerá el próximo día 21, pero los resultados
provisionales (que no se diferenciarán fundamentalmente de los defi-nitivos) se conocerán mañana
mismo, gracias a la utilización de un eficaz complejo técnico. En síntesis, cada mesa envía sus datos a un
centro recolector que agrupa a 30 secciones. El resultado de cada recolectar será transmitido
telegráficamente a la Dirección General de Correos y Telecomunicación. Tras la recepción de telegramas,
se procederá a su conversión en un soporte magnético que pueda ser legible por los ordenadores, con
separación de votos para el Congreso y Senado.
Simultáneamente a este proceso de acumulación, la Dirección General de Tráfico, por vía telefónica,
transmitirá a los terminales pantalla del centro de información sobre elecciones generales, situado en el
Palacio de Exposiciones, los resultados de las mismas. Este Centro estará esta noche abarrotado de
periodistas nacionales y extranjeros —hasta la televisión soviética— que dispondrá de medios de
comunicación suficientes para transmitir la información a sus agencias, periódicos o emisoras.
Si usted es militante de algún partido político o simplemente pertenece ai gremio de los curiosos, o de los
impacientes. !a recomendamos que se provea esta noche de «material» para resistir a base de cigarrillos
café o lo que guste y se siente ante el televisor. A partir de las diez, Iñigo presentará su conocido «show»
y le prolongará hasta Jas tres de la madrugada. Paciencia. Hacia las once de la noche el ministro de la
Gobernación Martín Villa, hará una primera intervención. Si su partido -va mal clasificado» no se
preocupe, aún hay esperanza. A eso de las siete u ocho de la mañana, Martín Villa intervendrá de nuevo
Durante toda la noche, afortunadamente, serán interrumpidos los consabidos telefilmes o «fiestas» para
que usted pueda ver en su televisor la misma pantalla que los periodistas contemplarán en el Palacio de
Congresos, con un avance de datos,
* LA HORA DE LA VERDAD
Cuando se conozcan los resultados de las elecciones —que no serán definitivos hasta el día 21 (y a partir
de esta fecha se abre un plazo de dos días para posibles impugnaciones o de acuerdos sobre proclamación
de candidaturas)— habrá sonado «la hora de la verdad. A estas alturas nadie se atreve a decir ni pio. Todo
el mundo esiá pendiente de ese gran porcentaje de votantes que en las encuestas dicen que -no saben- o no
contestan, pero que habrán votado a lo largo del día de hoy.
De todos modos, escaño más, escaño menos, los sociólogos y jefes de «marketing» de las casas de
encuestas habrían de dimitir en bloque si no se confirma que las dos grandes fuerzas políticas de este país
van a ser, a partir de mañana, la Unión del Centro Democrático y el Partido Socialista Obrero Español.
Ahora bien, las urnas dirán, Y en este país «puede pasar cualquier cosa». Pero para que no pase nada
grave, sea cual sea el resultado de las elecciones, el Gobierno ha dispuesto las lógicas medidas de
seguridad, que se mantendrán, al parecer, hasta cuarenta y ocho horas después del día de las elecciones,
en una denominada Operación Ariete, en la que también interviene el Ejército y cuyas medidas concretas
permanecen en el «top secret». Como se recordará, cuando falleció el anterior jefe de Estado se montó
una Operación Lucero para poder- hacer frente a posibles alteraciones del orden, que, afortunadamente,
no se produjeron.
PUEBLO 15 de junio de 1977
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