15-VI-77
VOTE CONVIVENCIA
CUANDO salga este periódico a la calle, faltarán pocos minutos para que se abran los colegios
electorales. Es una ocasión trascendental, en la que nos jugamos nuestro futuro para muchos
años. Ño es ocasión de largos editoriales, sino de resumir los criterios que hemos expuesto en
los anteriores,
HAY QUE VOTAR, porque nadie va a sacar a nadie las castañas del fuego: nuestro porvenir
depende de nosotros mismos. Y no vale excusarse pensando que todo está decidido; por el
contrario, todo está por decidir. Ningún sondeo es infalible; lo que salga de las urnas nadie lo
sabe; pero lo que puede asegurarse es que lo que salga dependerá del voto de cada elector.
HAY QUE VOTAR ÚTIL a partidos que tengan verdaderas posibilidades, no a opciones que,
por simpáticas que resulten, sólo sirvan para restar votos. El voto es algo demasiado
importante para dejar que se pierda.
HAY QUE VOTAR AL MAS AFÍN, aunque no coincida exactamente con nuestro ideal, porque,
si exigiéramos esto, harían falta tantos partidos como electores. Abstenerse por esa razón sólo
serviría para favorecer al que nos desagrada más.
Desde nuestro punto de vista cristiano y ampliamente humanista, rechazamos el marxismo y,
con él, las fórmulas materialistas e íntegramente estatificadoras, que niegan la libertad,
especialmente en aspectos tan importantes como la enseñanza. Desgraciadamente, nuestros
partidos socialistas, a pesar de la moderación que han mantenido en sus campañas, no han
abandonado el marxismo en sus programas. Por esto, cualquier parentesco con las socialistas
europeos, constructivos, que ni se llaman ni son marxistes, es un engaño.
HAY QUE VOTAR CONVIVENCIA, es decir, a los partidos que garanticen un futuro
democrático y pluralista, porque es el único posible. Votar a partidos que, llegado el caso,
procurarían imponer su exclusivismo, sólo serviría para volver al dramático enfrentamiento de
las dos Españas.
HAY QUE VOTAR REALIDADES, NO APARIENCIAS, y no dejarse sorprender por promesas
que ni los programas ni la historia de los partidos respalden. El pueblo español es sensato y
moderado, y debe evitar que le engañen con máscaras de moderación ni con palabras. Cuando
el enfermo está en la mesa de operaciones, no es hora de ensayos ni de experimentos, sino de
ponerse en manos de aquel de quien podemos estar seguros.
Después de lo cual, a ti, amigo elector, toca decidir. Nuestra aspiración era ayudarte con las
anteriores reflexiones. Y que Dios nos ilumine a todos.