Pascual Maragall: «El "factor España" ha sido negativo para nosotros»
«CiU nos ha quitado votos en los barrios obreros»
Rupia (Girona). Xavier Marti
«En unas elecciones es determinante la coyuntura política general, y para nosotros el factor España ha
sido negativo.» El día después a Pascual Maragall le sirvió para comenzar a reflexionar. Las nubes que
salpicaban el cielo ampurdanés parecían el reflejo de los pensamientos que, en voz alta, Iba desgranando
el alcalde barcelonés. Llegó a la autocrítica, siguió con la acusación velada y sobrevoló con cautela los
resultados. «Todo esto es como hacer una paella. Durante cuatro años hemos ido recogiendo los
ingredientes y los hemos puesto al fuego. Aquellos veinte minutos de cocción son la campaña electoral y
una vez cogido el punto de ebullición, la dejas reposar unos minutos antes de zampártela, que son esos
tres días que me he cogido de descanso.» El «chef» Maragall asegura que ha resultado un buen ágape.
Dice: «Creo que todo está en su punto. No se ha quemado, el pescado era bueno y el agua suficiente.» Sin
embargo, aún no sabe si la comunista Eulalia Vintró participará en la comilona como cocinera o como
invitada: «No he hablado con Lali porque pensé que era ella la que tenía que llamarme.» Empezó la
conversación en tono distendido y con la sonrisa algo rota: «Aún no tengo decidido si nombraré a Josep
María Cullell jefe de la oposición». Y se fue, dialécticamente, a Manresa, hasta ahora capital «de la
Cataluña interior socialista», que ha pasado a tener alcalde convergente: «Es una lastima, ha sido una
sorpresa. Temíamos más por Tarragona (hasta ahora también con Alcaldía socialista, pero ahora en
función de los pactos que se establezcan) porque el estilo de campaña no era muy favorable para nuestro
candidato». En torno a la «batalla de Barcelona», Pascual Maragall dijo que «había que ver la actitud que
tomaba TV-3 (la televisión autonómica), porque en esta ciudad mover un uno por ciento de derecha a
izquierda o al revés es muy difícil porque está muy vertebrada sociológicamente. Se ha ido configurando
un mapa político propio». Y aludió a la campaña llevada a cabo por su partido: «El momento era malo
porque había barrios que se han dormido en los laureles. He tenido que luchar contra el "esto está chupao,
Pascual". Y por otra parte, tengo la impresión de haber desarrollado una campaña distendida.»
Sobre los resultados obtenidos, Maragall dice que «nosotros hemos resistido más que el socialismo
español los envites de la derecha», y alude a la coalición que más batalla le ha presentado: «CiU ha
dejado de ser la única derecha que planta cara al socialismo. Se ha experimentado un corrimiento del voto
de la derecha porque aquí CiU se ha quedado con tos votos de AP, partido este que sí ha ganado votos al
PSOE.» Entonces añadió que «lo único abrumador ha sido el receso del socialismo en todas partes».
Desde su lugar de retiro sigue ahondando en sus análisis: «Tengo la impresión que en Barcelona nosotros
hemos arañado unos votos de ahí donde la derecha tiene la frontera. Por contra, creo que Convergencia i
Unió nos los ha arañado en los barrios obreros.» Pascual Maragall afirma que «nosotros hemos resistido,
pero en cualquier contienda electoral cualquier factor tiene importancia, como el desgaste que produce
gobernar. También es determinante la coyuntura política y para nosotros, el factor España, en el contexto
de retroceso socialista, nos ha perjudicado». En el último trecho de la contienda, y ya con el letrero
indicando la meta casi visible. Pascual Maragall lanzó un nuevo elemento a la arena electoral, concretado
en hacer aparecer las elecciones autonómicas de 1988. Sobre este particular, ayer comentó: «La izquierda
tendrá que plantear mucha batalla.» Pero a la autocrítica aparece de nuevo la crítica: «La derecha catalana
ha hecho demasiado españolismo, seguramente por miedo, porque se han creído que les iba demasiado
mal. Se lo han creído y han dejado un flanco descubierto, el que se refiere al nacionalismo. Se han
volcado demasiado sobre temas como la Ley, el orden, la seguridad ciudadana, etcétera. Han tenido
demasiada prudencia, y todo ello para arañar votos a AP. El flanco nacionalista es el sector que tenían
seguro. Estaban tan seguros de la "mercancía Pujol" que el tercio "sociovergente" lo han descuidado.»
En su primera comparecencia pública tras las votaciones, Pascual Maragall aseguró que, tras acabarlo de
consultar con su familia, iría a pasar temporadas en los distintos barrios de Barcelona. El dice que «me
hace gracia romper moldes. Al ser socialistas se nos pueden exigir ciertas obligaciones formales aunque
pueda parecer que se hagan por motivaciones populistas. Lo cierto es que tras doce años no se puede vivir
de la sorpresa de que "los socialistas gobiernen". Hay que marcar estilo. Hasta ahora, hemos aprendido
mucho y ya es hora de que nos toque hacer de maestros».