«EL APOLÍTICO»
OPORTUNIDAD Y OPORTUNISMO
Título: «El apolítico».—Nacionalidad: española.—Director: Mariano Ozores.—Guión: Mariano
Ozores.—Fotografía: Vicente Minaya.— Música: Gregorio García-Segura.—Eastmancolor.—Principales
interprentes: José Luis López Vázquez, Carmen Sevilla, Rafaela Aparicio, Emma Cohen, Antonio
Ozores, Ricardo Merino, David Rocha, Adrián Ortega, Alfredo Mayo, etcétera.—Distribuida por
Hispamex Films.— Estrenada en los cines Aluohe y Capítol.
Valoración: O
Esta historia del hombre vulgar marginado de la realidad, que un día descubre la existencia de una nueva
sociedad insospe chada, a la vez que toma conciencia de los nuevos planteamientos políticos del país en
que vive, se presenta en los cines españoles con verdadera oportunidad, incluso con sus notas de ciencia-
ficción electoral. Lo que ocurre es que la historia se plan. tea a unos niveles estrictamente oportunistas,
mayormente reaccionarios y decididamente superficiales. De esta forma se produce una curiosa tensión
entre la realidad —que la película capta, aunque sea parcial y tendenciosamente— y una especia] imagen
de esa calidad, marcada por un oportunismo deplorable y con cierto positivo escepticismo llevado al
disparate en los planos finales.
Por otra parte, el descubrimiento de esa nueva realidad no produce resultados visibles en la manera de
hacer cine de Mariano Ozores, que sigue utilizando un oficio evidente pero ramplón, en unas técnicas que
combinan lo ilustrativo con lo teatral y que se sigue apoyando en una especial maestría para que los
actores estén mejor o peor, según los casos, fieles a sí mismos o intentando una nueva imagen, pero
siempre eficaces. Un acierto de la película en el terreno interpretativo estriba en la utilización tópica de
actores populares, que ahorran explicaciones. López Vázquez es el padre de familia probo y honrado, con
capacidad para la cana al aire. Carmen Sevilla es la santa esposa. Rafaela Aparicio, la tata veterana, etc.
La oportunidad del tema, el oportunismo del tratamiento —también a la hora de manejar tas consabidas
«exigencias» del guión, aunque incurra en el no menos consabido mal gusto chocarrero—, la torpeza
realizadora, configuran esta película estrenada oportunamente. Así que pasen seis meses, la película será
algo absolutamente increíble e inmas ticable, reducida a su dimensión cinematográfica, que ya digo que
es nula.
M. A..J.