NACIONAL
SÁBADO 13-11-82
Si no consideran a España subsidiaria de la OTAN
El PSOE ratificará los convenios con Estados Unidos
NUEVA YORK (J. M. Carrascal, corresponsal). «Las necesidades de defensa españolas no coinciden con
las de Alemania», ha declarado Felipe González a la periodista norteamericana Lucy Komisar, que lo
cuenta en la página de opinión del «Mew York Times», tratando de explicar a su vez los cambios que
pueden esperarse en la política exterior española. Y el presidene electo continúa: «Para nosotros existe un
eje defensivo Baleares-Gibraltar-Canarias que cruza el flanco meridional de la Península. Someter
nuestras fuerzas al control de otros para defender nuestro prioritario flanco defensivo es intolerable desde
el punto de vista nacional. Por otra parte, el acuerdo de la OTAN no garantiza Ceuta y Malilla. Y España
no puede permitirse el pago de dos defensas. Si Occidente se viera amenazado, lo defenderíamos. Pero no
quiero que mi país ceda independencia y soberanía a costa de sus propias medidas defensivas.»
Respecto a tos últimos convenios con los Estados Unidos, Felipe González dice a la periodista
norteamericana que el próximo Parlamento, con mayoría socialista, «sólo los ratificará si se atienen a la
defensa de los intereses de España», pero no si consideran a ésta «una subsidiaria de la OTAN». Dado
que dichos convenios, añadimos por nuestra parte, están encajados tanto en la materia como en la
sustancia en la OTAN, no podrán ser ratificados.
Sin embargo, Felipe González «no tiene ninguna prisa en convocar un referéndum sobre la salida de la
OTAN. No es una de nuestras prioridades», dice a miss Komisar, quien a su vez amplía: «Los socialistas
están demasiado ocupados con el paro y el terrorismo para organizar esta campaña. Por ahora se
contentarán con permanecer, como Francia, fuera de la estructura militar de la Alianza.» Aunque advierte
a Washington: «No se equivoque sobre la actitud española ante la OTAN: todas las encuestas arrojan que
existe una amplia mayoría contraria a la integración en ella. En lo que, añadimos por nuestra parte, es
totalmente correcta: el Gobierno de UCD puso tanto empeño en negociar con los Estados Unidos los
convenios que creía más ventajosos para el país, como descuidó por completo exponer esas ventajas al
país. Pero ésa es otra historia.»
En cualquier caso, «Mr. González —termina Lucy Komisar— no desea un distancia-miento con América.
"Pertenecemos al mismo mundo —me dice— y compartimos los mismos valores. Pero este país (España)
quiere vivir en amistad con los Estados Unidos, no en dependencia."»Lo que permite a la periodista
americana aconsejar a la Administración Reagan que tenga «sensibilidad con España —ése es el título del
artículo— y acepte el hecho de que puede ser una leal compañera, independientemente de lo que decida
sobre el ingreso en la OTAN». No sin que antes, sin embargo, se aconseje también despedir al embajador
Todman, sospechoso por «sus buenas relaciones con un número de derechistas».
Se trata de un artículo ingenuamente teledirigido, lo que en sí nada tiene de malo, pues cada Gobierno
procura avanzar sus posiciones como puede. Lo malo es que en vez de dejar claro el pensamiento del
futuro presidente español en política exterior, lo confunde. Por lo pronto, cuando dice que «el convenio de
la OTAN no garantiza Ceuta y Melilla», ¿se refiere al último convenio con los Estados Unidos —en el
marco de la OTAN— o al Tratado del Atlántico Norte mismo? Porque la NATO no garantiza especí-
ficamente ninguna ciudad, sino naciones. Y en cuanto al convenio con los Estados Unidos, en verdad que
no cita a Ceuta y Melilla, pero tampoco a Ibiza, ni a Irún, ni a Aya-monte. Relaciona, en cambio, «la
plena integridad territorial de España» con la «seguridad de Occidente» y reafirma en el artículo que «la
plena integridad territorial respectiva sirve al interés común». El convenio, en fin, cubre todo el territorio
nacional español. Quien se ponga a hacer distingos en ese territorio sienta un grave precedente.
Menos aún se entiende que si la entrada en la OTAN es gravosa económica y estratégicamente para
España, se dé largas a un referéndum para su permanencia en ella. Ante lo que caben sólo dos supuestos:
1.° Felipe González comienza a preparar la salida de España de la OTAN con una campaña de dignidad
española herida, soberanía nacional disminuida e intereses subordinados a los del resto de la Alianza.
2.° Al revés, airea todos esos principios para no tener que dar en la práctica, al menos de momento, el
paso prometido por los socialistas de convocar el referéndum sobre la OTAN.
Por otra parte, ese «eje defensivo Baleares-Gibraltar-Canarias» de que habla Felipe González sugiere que
considera a Marruecos el mayor peligro potencial de España. Hay argumentos" para defender esa tesis.
Pero, en tal caso, lo lógico sería buscar el respaldo de la Organización Atlántica y estrechar los lazos con
los Estados Unidos en vez de distanciarnos de ellos.
El artículo de Lucy Komisar no aclara ninguno de estos puntos. Más bien los complica. Es seguro que el
próximo Gobierno español tiene alternativas válidas en política exterior. Es su derecho y, casi diríamos,
su deber. Pero hay formas más adecuadas de lanzarlas que un periódico y un periodista extranjeros. Entre
otras cosas porque la mayoría de las veces los periodistas, queriendo hacer un favor, lo que solemos es
hacer la pascua.