EL PAÍS, sábado 30 de octubre de 1982
POLÍTICA
La victoria socialista
También Andalucía queda sin representación nacionalista
Vestrynge pronostica en Sevilla nuevas elecciones legislativas para antes de veinticuatro meses
ALFREDO RELAÑO, ENVIADO ESPECIAL, Sevilla
El hundimiento del PSA y el ascenso de AP fueron en Sevilla noticias mucho más relevantes que el
triunfo socialista, que se daba por descontado desde el éxito que este partido ya tuviera en las
autonómicas. Luis Uruñuela, alcalde de Sevilla y líder del partido andalucista, desde ayer
extraparlamentario, manifestó la voluntad de supervivencia de su partido. Por su parte, Verstrynge auguró
en la madrugada de ayer elecciones para antes de veinticuatro meses ("los socialistas no van a poder con
la situación"). Por lo que respecta al PSOE, su fiesta fue menos animada que la de las elecciones
autonómicas.
Luis Uruñuela destacaba que el PSA ha mantenido sus 150.000 votantes de las elecciones autonómicas
"lo que en medio de este tifón que se ha organizado entre PSOE y AP supone que somos un partido
estable, con una base de ñeles sobre la que nos podemos recuperar. Ahora somos extraparla-mentarios en
Madrid, pero podemos seguir trabajando en el Parlamento andaluz, donde tenemos tres escaños".
Lamentó que Andalucía se haya quedado sin representación nacionalista en Madrid "y más aún porque
catalanes y vascos sí la tienen y pueden presionar al PSOE". Sobre la coincidencia de partido entre los
gobiernos andaluz y espaflol dijo que eso no le auguraba nada bueno a Andalucía".
Jorge Verstrynge estaba eufórico en la madrugada del vienres cuando aún esperaba llegar a los catorce
diputados en Andalucía: "Lo primero a destacar es la muestra de apoyo a la democracia y de sentimiento
cívico de los españoles. Después, mueve al optimismo el hecho de que se haya pasado de una democracia
de partiditis a una de alternancia, con un partido de derecha y otro de izquierda, ambos fuertes; una
democracia del corte de las que existen en los países del norte de europa. Respecto al futuro, temo que el
PSOE no esté en condiciones de resolver los problemas que va a encontrarse, y creo que tendremos
nuevas elecciones antes de 24 meses".
UCD se quedó sin escaño en Andalucía. Soledad Becerril, hasta ahora ministra de Cultura y número dos
por Sevilla en estas elecciones, acusaba el golpe: "AP no ha parado al PSOE, como ellos decían. Tanto
uno como otro han crecido gracias a ideas de moderación que han tomado de nosotros.
Aquí, en Andalucía, el PSOE ha dejado muy atrás a AP, mucho más atrás de ¡o que hayamos estado
nosotros en otras elecciones. Nosotros hemos sido víctimas de nuestras disensiones internas, pero estoy
convencida de que el centro es no sólo recuperable sino muy necesario".
Manuel Clavero, ex ministro de UCD y actual líder del partido Unidad Andaluza, que por falta de apoyos
económicos no ha podido presentarse a estas elecciones ni a las autonómicas, hacía votos porque "la
bipolarízación, que por fin se ha producido, no debe dar lugar a tensiones que han sido tan habituales en
la historia española entre dos formas de concebir la vida".
Sobre el fracaso del centro, manifestó su acierto al no haberse dejado arrastrar por las ofertas que recibió
tanto de UCD y del CDS, que quisieron contar con él en estas elecciones. "Tengo una satisfacción
personal y es la de que lo que dije hace tiempo se ha confirmado". En cualquier caso, hizo votos porque
España volviera a contar pronto con un centro fuerte. Sobre la desaparición del andalucismo del mapa
político español afirmó que lo siente y achacó tal coso al "error histórico" del PSA al apoyar a Suárez con
ocasión de la moción de confianza.
En e) PSOE había mucha menos alegría que en las autonómicas. La preocupación por el futuro
que se le presenta al partido, el conocimiento de antemano de que iba a llegar el éxito, el impresionante
ascenso de AP y la ausencia de Alfonso Guerra, que se encontraba en Madrid, fueron las causas
apuntadas por todos para explicar la frialdad de la fiesta organizada por el partido, que no tuvo nada que
ver con la apasionada noche del 23 de mayo, cuando los socialistas ganaron las elecciones al parlamento
andaluz.
Rafael Escuredo, presidente de la Junta de Andalucía, manifestó su alegría por la alta participación y
también por el hecho de que este resultado a escala nacional reforzaba políticamente a su gobierno
andaluz.