EL PAÍS, sábado 30 de octubre de
POLÍTICA
ESPAÑA
La victoria socialista
Los partidos Unión de Centro Democrático y Partido Comunista de España han sido los grandes
derrotados. En el lado victorioso, el Partido Socialista Obrero Español y Alianza Popular. El PSOE ha
obtenido mayoría absoluta en Congreso y Senado, por primera vez en unas elecciones legislativas. Ha
obtenido el voto de casi diez millones de españoles, ganando 4,3 millones respecto a 1979. Los mismos
votos que ha ganado AP. El aumento de estos partidos ha sido a costa de UCD y PCE. Del análisis de los
votos se deduce que un millón de votos que en 1979 fueron comunistas, el jueves fueron a parar al PSOE,
al igual que otros dos millones de antiguos votos de UCD. AP ha obtenido 5,4 millones de votos. UCD ha
perdido cinco y se convierte en la tercera fuerza del país. Los nacionalismos vasco y catalán aumentaron,
aunque en el caso vasco no se tradujo en aumento de escaños.
GALICIA
Galicia, con unas cotas de participación en los comicios infrecuente en aquellas provincias, ha
confirmado el liderazgo de Manuel Fraga y su partido, Alianza Popular, en esta región autónoma. Los
gallegos han vuelto a pronunciarse en conservador y han frenado tanto la ascensión del PSOE como la
defenestración de UCD.
Alianza Popular ha triplicado con creces su representación en el Congreso (ha pasado de 4 a 13 escaños)
y UCD ha conseguido en esta región, pese al desastre (ha perdido doce diputados), casi el 50% de sus
parlamentarios a nivel del Estado. No sólo Pío Cabanillas, ministro de Justicia, ha logrado conservar su
escaño, sino que también su ex compañero de Gabinete Jesús Sancho Rof ha logrado salir airoso.
El partido que lidera Felipe González, que ha conseguido la mayoría absoluta y abrumadora a nivel del
Estado, sólo ha conseguido superar a Alianza Popular en La Coruña en el ámbito de Galicia.
El conservadurismo del voto gallego se ha puesto de manifiesto también con el escaso apoyo dispensado
en las urnas al PCE y a las opciones nacionalistas Bloque Nacional Popular Galego-Partido Socialista
Galego y Esquerda Galega.
El Centro Democrático y Social de Adolfo Suárez, por otra parte, tampoco ha logrado el respaldo de los
gallegos en las recientes elecciones. En Lugo y Orense, donde el voto dirigido de las zonas campesinas
sigue siendo muy importante, y donde Antonio Rosón (UCD) y Eulogio Gómez Franqueira (UCD)
controlan, respectivamente, las redes del crédito rural, se han producido resultados dispares. Mientras
Gómez Franqueira veía refrendada su influencia, Antonio Rosón ha comprobado cómo su hermano
Javier, que ocupaba el segundo lugar en la candidatura centrista por Lugo, se queda sin escaño en la
próxima legislatura.
ASTURIAS
PAÍS VASCO
Todas las previsiones realizadas sobre Asturias antes de los comicios quedaron corroboradas
inmediatamente después de cerrarse las urnas. El Partido Socialista mantuvo con holgura la postura
hegemónica en la que estaba situado, e incluso la superó, pasando de los 4 escaños a los 6.
Alianza Popular, que hasta ahora era un partido subsidiario en cuanto a las preferencias del voto de la
derecha sociológica, ha quitado el primer puesto en estas preferencias a UCD, dejando en la cuneta al
ministro Matías Rodríguez Inciarte.
Tampoco el partido de Suárez tuvo suerte en Asturias. El Partido Comunista ha conservado sus
posiciones en Asturias, con el histórico Horacio Fernández Inguanzo. La balanza ideológica de la zona
mantiene el histórico desequilibrio en favor de las fuerzas de izquierda.
Una de las mayores sorpresas que aportaron los comicios electorales en Euskadi han sido los resultados
obtenidos por el PSOE, que consigue recuperar una parte de su perdido protagonismo en las provincias de
Vizcaya y Álava y se sitúa, con ocho diputados, al mismo nivel que el PNV, la fuerza que estaba
resultando hegemónica en las últimas elecciones, quien, por su parte, ha conseguido incrementar en un
diputado su presencia en el Congreso.
Los grandes perdedores son los hombres de la coalición UCD-AP-PDP-PDL, que pierden tres de los
cinco escaños que tenían. A su lado, la formación radical nacionalista Herri Batasuna cuenta con un
escaño menos que en la legislatura anterior, es decir, se queda con dos diputados.
Por su parte, Euskadiko Ezkerra mantuvo unos resultados similares a los de los comicios anteriores, que
le permitirán seguir manteniendo a Juan María Bandrés en el hemiciclo de la madrileña carrera de San Je-
rónimo. Sin embargo, su escaño fue el más discutido hasta última hora, y el juego de los restos que
contempla la ley D´Hondt estuvo a punto de privar a la formación de izquierda vasca de su escaño. Sin
embargo, este resultado, repetición prácticamente lineal del obtenido en las anteriores elecciones gene-
rales, ha representado una decepción para los medios de la izquierda vasca, que confiaban en que las
posibilidades electorales de la Izquierda Vasca para el Socialismo hubiesen aumentado tras la fusión de
una buena parte del Partido Comunista de Euskadi (EPK), con su secretario general, Roberto Lertxundi, a
la cabeza. Precisamente Lertxundi, junto con el líder histórico de Euskadiko Ezkerra, Mario Onaindía,
encabezaban las listas del partido en Vizcaya, donde no consiguieron obtener ningún escaño.
La gran novedad de estas elecciones generales en Euskadi ha sido el elevado índice de participación, que
superó el 80% en Álava y Vizcaya y se estableció en torno al 77% en Guipúzcoa. Este ha sido,
indiscutiblemente, el gran aliado de los socialistas, ya que donde consiguieron mejorar sustancial-mente
sus resultados fue en las dos provincias con menor índice de abstención.
El PNV también consiguió mejorar su caudal de votos, con lo que se consolidó de forma clara como la
primera fuerza electoral nacionalista. Algún voto perdido de los centristas vascos, junto con la propia
dinámica que ha generado el incremento de participación, han sido los factores que han contribuido al
aumento de votos recibidos por el partido que preside Xabier Arzallus.
ESPAÑA
La victoria socialista
NAVARRA
No consiguió la coalición nacionalista Herri Batasuna el escaño previsto por la provincia de Navarra. La
distribución de los escaños fue un poco más equilibrada, perdiendo fuerza como en todos los sitios Unión
de Centro Democrático (UCD), que pasó de tres diputados a uno, y aumentándola el Partido Socialista
Obrero Español y Alianza Popular, que doblaron su representación —de uno a dos diputados—. La
votación en Navarra demuestra la propia idiosincrasia de la provincia respecto a Álava, Vizcaya y
Guipúzcoa. Partidos como el Nacionalista Vasco, Euskadiko Ezkerra o Herri Batasuna, que en el País
Vasco han tenido una buena presencia, y también en las municipales navarras, pasarán desapercibidos por
su representación parlamentaría navarra.
El Partido Comunista sigue siendo insignificante y el Centro Democrático Social de Adolfo Suárez
tampoco ha hecho un papel brillante.
ARAGÓN
La Unión de Centro Democrático (UCD) desaparece también como fuerza parlamentaria en Aragón.
Enrique de la Mata Gorostizaga, presidente de la Cruz Roja Internacional y ex ministro centrista, no
volverá a ocupar su escaño en el Parlamento. Ni un solo diputado ni senador ha obtenido el que fuera el
partido mayoritario en las elecciones de 1979.
La hegemonía pasa al Partido Socialista Obrero Español, que ha obtenido nueve de las catorce actas de
diputado y nueve de los doce senadores: dos diputados por Huesca, cinco por Zaragoza y dos por Teruel,
donde repite Pedro Bofill. En cada una de las tres provincias, tres senadores. En las anteriores elecciones
el PSOE había conseguido cinco escaños.
Alianza Popular, que en Aragón no sólo iba en coalición con el Partido Demócrata Popular de Osear
Alzaga, sino que unió sus fuerzas al Partido Aragonés Regionalista (PAR) —un escaño en la anterior
legislatura— ha pasado, de no tener ningún diputado, a copar con el PSOE la totalidad de los escaños.
Cinco diputados y tres senadores para la coailición que lidera Manuel Fraga.
A destacar, que Hipólito Gómez de las Roces, líder del Partido Aragonés Regionalista, que representó a
su partido en la anterior legislatura, volverá al Parlamento como diputado de la coalición AP-PDP-PAR
por Zaragoza.
La participación superó en las tres provincias el 80%.
LA RIOJA
Unión de Centro Democrático se ha convertido en La Rioja, una de las provincias con Índice de
participación más elevado, en un partido extraparlamentario, después de haber tenido la representación,
en la anterior legislatura, de tres de los cuatro escaños correspondientes a esta región. En esta consulta ha
obtenido únicamente el 7,2 por ciento de los votos emitidos.
Estos tres antiguos escaños de UCD han pasado al PSOE y a AP, aunque en mayor medida a este último
partido. Alianza Popular ha pasado de cero a dos diputados y el Partido Socialista Obrero Español ha con-
seguido aumentar en uno más el escaño obtenido en las elecciones legislativas de 1979. En este región las
dos grandes formaciones políticas que han surgido como protagonistas en estas elecciones mantienen una
posición de igual a igual.
Relevantes personalidades de la política de la transición, como Fernando Abril Martorell, Jaime Lamo de
Espinosa, Luis Gámir, de UCD, o Manuel Jiménez de Parga (actualmente en el CDS), no podrán integrar
la próxima legislatura. Los valencianos han infringido una estrepitosa derrota a Unión de Centro
Democrático, que ha pasado de ser la fuerza política mayoritaria en esta región, con catorce diputados, a
convertirse en partido extraparlamentario por estas circunscripciones.
El PCE ha perdido también dos de los tres escaños que logró en 1979: el que ostentaba Pilar Brabo en la
legislatura pasada por Alicante y una de las dos actas logradas por los comunistas de Valencia en 1979.
Únicamente ha resultado elegido Antonio Palomares por la circunscripción de Valencia.
Frente a estos dos fracasos electorales, PSOE y AP han logrado convertirse en el reverso de la medalla.
Los socialistas, que en la anterior legislatura tenían solo doce diputados por estas circunscripciones y eran
por tanto la segunda fuerza política valenciana, han conseguido el día 28 un total de 18 actas para el
Congreso y 9 para el Senado. Se han convertido, por tanto, con gran ventaja sobre sus adversarios, en el
partido hegemónico del País Valenciano. Alianza Popular, con casi nula implantación y sin
representación parlamentaria en estas provincias, aliada con sectores de la derecha dura valenciana ha
conseguido un total de diez diputados. La franja azul en la bandera regional y la denominación de Reino
de Valencia, en vez de País Valenciano, ha encauzado hacia Fraga un importante colectivo de votos que
en anteriores comicios se perdían en opciones de extrema derecha.
La abstención de los damnificados
Los trágicos temporales de hace unas semanas, que han arruinado amplias comarcas valencianas, y la
negativa del Gobierno a acceder a la petición de los municipios damnificados para que se aplazaran los
comicios en aquellas circunscripciones, explican que en Valencia no se hayan superado con creces, como
en otras provincias, los niveles de participación de las elecciones de 1979.
El partido de Adolfo Suárez, Centro Democrático y Social, por otra parte, no ha logrado reunir más de
50.000 sufragios en el conjunto de la región y, en consecuencia, se ha quedado sin ninguna representación
en el Congreso ni en el Senado. Los esfuerzos del catedrático, ex ministro y embajador Manuel Jiménez
de Parga en Alicante han resultado estériles.
El retorno de la "viejas glorias"
Las elecciones generales en el País Valenciano han devuelto al primer plano del protagonismo político a
viejas figuras del régimen franquista, como Gabriel Elorriaga, por una parte, al tiempo que refrendaban el
rechazo mayoritario de los españoles al golpismo, al ignorar prácticamente la candidatura de Solidaridad
Española, que en Valencia estaba encabezada por un hijo del teniente coronel Tejero. Fuerza Nueva ha
obtenido un nivel muy bajo de votaciones, en tanto que las candidaturas de UPV no han logrado respaldo
alguno.
Por último, dos figuras valencianas de gran relieve en la política de la transición, el democristiano Emilio
Attard, con un papel destacado en los debates de la Constitución, y el liberal Joaquín Muñoz Peirats, no
han participado en la última pugna electoral. Muñoz Peirats fue excluido de las listas centristas por el
presidente de la gestora de UCD y ex vicepresidente económico del Gobierno, Fernando Abril Martorell.
PAÍS VALENCIANO
EL PAÍS, sábado 30 de octubre de 1982
POLÍTICA
ESPAÑA
La victoria socialista
MURCIA
El PSOE ha logrado la hegemonía en la región de Murcia, donde obtiene el 48,7% de los votos y cinco
diputados.
Los 178.000 votos conseguidos por UCD en 1979 se han convertido ahora en algo menos de 50.000. Con
todo, lo cierto es que no participa en el reparto de escaños por escaso margen. Parece evidente que una
gran parte del electorado ucedista en Murcia ha sido heredado por AP, cuyos tres escaños le convierten en
la segunda fuerza de una región donde hasta ahora era extraparlamentario.
El jueves se registró la mayor afluencia a las urnas vivida en Murcia desde la transición a la democracia.
El 81,7 % de votantes no sólo supone nueve puntos más que en 1979, sino que supera ligeramente el
porcentaje del 15 de junio de 1977.
MADRID
Lo sucedido en las elecciones legislativas en la provincia de Madrid es un fiel reflejo de lo ocurrido a
nivel estatal. Las características se repiten monótonamente hasta configurar un mapa electoral
completamente distinto del existente hasta que se cerró la legislatura.
Los puntos esenciales que se repiten son los siguientes:
Consolidación del PSOE como primer partido político (pasando de 12 a 18 escaños).
Derrumbe absoluto de Unión de Centro Democrático, que, de tener en 1979 el mismo número de escaños
que los socialistas, pasó a luchar en la noche del jueves hasta el último minuto la mínima presencia de su
líder, Landelino Lavilla, en el Congreso. El presidente de Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, y el ministro
del Interior, Juan José Rosón, no tuvieron ninguna oportunidad de ser elegidos. No parece haber
precedentes de un descalabro tan enorme de un partido gubernamental en ningún país occidental.
Irresistible marcha de Alianza Popular, que salió victoriosa de su travesía del desierto. De tres escaños se
ha puesto en once, sentando en el palacio de la carrera de San Jerónimo a personas tan insospechadas a
priorí como el economista Pedro Schwartz o al empresario Javier González Estéfani, que se convierte
inmediatamente en el máximo representante orgánico de los empresarios en las Cortes.
Éxito de los tránsfugas
Personas que abandonaron el barco de Unión de Centro Democrático han sido reelegidas por las más
variopintas formaciones. PSOE, AP y CDS han salpicado sus listas de tránsfugas del primer partido
centrista. Es el caso, por ejemplo, de Fernández Ordóñez (número tres por el PSOE) y de Javier Moscoso,
también elegido por el PSOE, de José Luis Alvarez Alvarez (de ministro de Agricultura a aspirante
número tres por las listas de AP) o de los mismos Adolfo Suárez y Rodríguez Sahagún, éste elegido por
Avila, (ex presidente del Gobierno y ex ministro de Industria y de Defensa, respectivamente), que han
sido al final los únicos representantes del CDS en la próxima legislatura. También consiguieron escaño
los ex miembros de Unión de Centro Democrático Osear Alzaga y Miguel Herrero de Miñón, que llegó a
ser portavoz de UCD en el Congreso. Con Alianza Popular han sacado escaño personas que se
presentaron a las elecciones de 1977 con este mismo partido y, que tras su fracaso, casi habían
desaparecido de la vida política, como Cantarero del Castillo (Guadalajara) y Fernando Suárez.
La soledad de Suárez en la provincia de Madrid es otra característica significativa. Los organizadores del
CDS no esperaban mucho más, pero sí algo más que no llegó. Será verdad lo de que su proyecto es a
medio y largo plazo.
El desastre de los comunistas en toda España tiene su reflejo en Madrid. Sólo Santiago Carrillo ha
logrado su elección, lo que significa de hecho la desaparición de un grupo parlamentario comunista (los
diputados de este partido compartirán el Grupo Mixto con los de otras formaciones, como el CDS,
Euskadiko Ezkerra o HB.
Ridículo de la ultraderecha
El nivel de votación de los grupos extraparlamentarios de la ultraderecha ha resultado ridículo. Fuerza
Nueva ha perdido la mayor parte de sus antiguos votantes, quizá influidos por la necesidad del voto útil, y
su líder, el notario Blas Pinar, ha quedado apeado de su escaño. Solidaridad Española, el partido de
Antonio Tejero, ha medido sus fuerzas con un resultado generoso para sus líderes: 9.000 votos en Madrid.
Escasas alforjas para tan atrevido viaje.
En el Senado, el PSOE ha conseguido el escaño para sus tres candidatos, José Federico de Carvajal, al
parecer candidato del partido a la Presidencia de la cámara, Pérez Camino y José Prat. El cuarto escaño es
para el candidato de AP, ex alcalde de Madrid Juan de Arespacochaga.
Madrid tuvo una de las cotas de participación más altas, un 85,3%. El PSOE consiguió la mitad de los
votos de los electores, y AP una tercera parte.
La bipolarización del voto, con pequeñas extensiones unitarias a otros tres partidos, ha impedido
asimismo la expresión de una mínima fuerza electoral en los tradicionales partidos de la ultraizquierda,
que en 1979 tuvieron una cierta notoriedad en la candidatura de la hoy extinta Organización Revo-
lucionaria de Trabajadores. La Liga Comunista Revolucionaria y el Movimiento Comunista no
alcanzaron resultados dignos de ser muy tenidos en cuenta.
CATALUÑA
Por encima de las notables alzas electorales del PSOE y de la coalición AP-PDP, los resultados más
espectaculares en Cataluña han sido los sangrientos descalabros sufridos por CC-UCD y el PSUC.
Centristes de Cataluña-Unión de Centro Democrático, que en las elecciones legislativas de 1979 se había
constituido en la segunda fuerza política catalana, por detrás del PSC-PSOE y por delante de Convergen-
cia i Unió, se ha visto reducido a la condición de partido extraparlamentario en Cataluña. Pese a haber
desembarcado al ministro Federico Mayor Zargoza en la cabecera de la candidatura de CC-UCD al
Congreso por Barcelona, los centristas no han sido capaces de revalidar ninguno de los 12 escaños que
obtuvieran en las elecciones legislativas de 1979.
El Centro Democrático y Social tampoco ha logrado obtener y recuperar ninguno de los escaños que
obtuviera en 1979 en Cataluña UCD, partido del que se escindiera. Ni siquiera Antonio de Senillosa ha
sido capaz de sacar un acta de diputado para el CDS por Barcelona, a pesar de que era considerada uno de
las circunscripciones más propicias al CDS.
El descalabro de los comunistas catalanes es también considerable, que han obtenido un solo escaño,
cuando en la pasada legislatura el PSUC (Partit Socialista Unificat de Catalunya) contaba con 8 escaños.
Las tensiones internas vividas hace unos meses por dicho partido, que desembocó en la escisión del
bloque leninista y en la creación del PCC (Partido de los Comunistas Catalanes), así como la crisis y
pérdida generalizada de atractivo del PCE en toda España, han sido, sin duda, determinantes en este
derrumbamiento del PSUC. El único acta de diputado obtenida por el PSUC ha recaído en la persona de
Gregorio López Raimundo, número uno por Barcelona y presidente del partido. Quedan, pues, fuera del
Parlamento figuras comunistas tan destacadas como Jordi Solé Tura y Eulalia Vintró.
Por el contrario, el Partido Socialista de Cataluña, sin duda máximo beneficiario de los escaños perdidos
por el PSUC, ha incrementado su carácter de fuerza hegemónica en Cataluña con sus 25 escaños
obtenidos, 8 más que en la pasada legislatura. También aparece como recipiendario de una mínima
porción del electorado centrista.
Por su parte, la coalición AP-PDP ha recibido un generoso trasvase del electorado que votara CC-UCD en
1979, lo que le ha permitido auparse de un escaño en 1979 a 8 escaños en la actualidad. El salto ha sido
particularmente destacado en Barcelona, donde AP ha pasado de 1 a 5 escaños, circunscripción donde
precisamente la sangría de UCD ha sido mayor, ya que en dicha provincia ha perdido 6 diputados. AP
pasa, pues, a convertirse en la tercera fuerza política parlamentaria de Cataluña, puesto al que ha saltado
desde la quinta posición, compartida con ERC, que ocupara en 1979.
Dentro de los diputados obtenidos por AP-PDP figuran su nombre fuerte en Cataluña, Miguel Ángel
Planas, y el conocido ex procurador por el tercio familiar en las Cortes franquistas, Eduardo Tarragona.
El crecimiento de Convergencia i Unió, sin ser espectacular, significa su aupamiento y consolidación
como segunda fuerza política catalana, cuando en 1979 representaba la tercera fuerza política catalana.
CiU, aunque de manera menos destacada que AP-PDP, también se ha beneficiado de la diás-pora de los
escaños perdidos por CC-UCD en Cataluña. CiU ha obtenido 12 actas de diputado, 3 más de las que
obtuviera en los comicios de 1979.
Esquerra Republicana de Catalunya revalida una única acta de diputado, personificada por Francesc
Vives, número uno de ERC al Congreso por Barcelona.
El PCC, que únicamente se presentaba al Congreso por Barcelona, no ha obtenido ningún escaño.
ESPAÑA
POLÍTICA
EL PAÍS, sábado 30 de octubre de 1982
La victoria socialista
La conversión del hasta ahora partido en el Gobierno, Unión de Centro Democrático (UCD) y de la única
formación política nacionalista, el Partido Socialista Andaluz (PSA), en grupos extraparlamentarios es
quizá la nota más destacada del análisis de las pasadas elecciones en la región andaluza. A punto de pasar
a la misma situación ha estado el Partido Comunista de Andalucía (PCA), que tan sólo ha quedado con un
representante en el Congreso de los Diputados por la provincia de Sevilla.
El voto se ha polarizado, como en el resto del país, entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE),
que acumula 43 diputados, y la coalición Alianza Popular-Partido Demócrata Popular (AP-PDP), con 13
diputados. Unión de Centro Democrático ha dejado de tener, a partir del pasado jueves, insignes
representantes del partido y del Gobierno en el próximo Congreso a constituir. Ministros como Jaime
García Añoveros (titular de Hacienda), Soledad Becerril (Cultura) o Ignacio Bayón (Industria y Energía)
han sido derrotados en los comicios, y el vicepresidente para asuntos económicos del Gobierno, antiguo
cabeza de lista por Cádiz, prefirió no presentarse y abandonar la primera línea política que mantenía.
El PSOE reafirma su hegemonía sobre la zona, a mucha distancia del primer partido de la oposición, AP,
en una proporción de 4 a 1. Pero lo más espectacular es el hundimiento de UCD, que en las penúltimas
legislativas logró 23 diputados, y la desaparición del Partido Socialista Andaluz-Partido Andaluz, que en
1979 dio la gran sorpresa obteniendo cinco escaños —dos en Sevilla, dos en Cádiz y uno en Málaga— y
que ahora no ha logrado ningún escaño. Cabe recordar que en las elecciones para el Parlamento andaluz,
celebradas en mayo pasado, ya comenzó un gran declive, pues sólo obtuvo tres escaños de la Cámara
autonómica.
Por otra parte, el recién nacido Centro Democrático y Social (CDS), que preside Adolfo Suarez, y que tan
exiguos resultados ha obtenido a nivel estatal, no ha podido estrenarse en Andalucía, en donde el porcen-
taje de votantes no ha sobrepasado, en ninguna de las ocho provincias, el tres por ciento.
Por lo que se refiere al Senado, de acuerdo con los datos parciales que hasta ahora se conocen, el espectro
electoral se achica más, desapareciendo el representante del Partido Comunista y quedando reducido a un
bipartidismo perfecto en el que únicamente han tenido cabida el PSOE y AP, con bastante diferencia en
favor del primer partido.
Andalucía, en estas elecciones, ha dado unas tendencias electorales bastante semejantes de las ya
manifestadas en los comicios autonómicos. Alfonso Guerra, número dos del PSOE, fue elegido como
cabeza de lista por la provincia de Sevilla.
CEUTA
El único escaño de diputado por Ceuta y los dos de senador han sido absorbidos por el Partido Socialista
Obrero Español (PSOE). El 40% de los 25.680 votos emitidos —la abstención ha sido ligeramente
superior a la prevista en el sondeo publicado por este periódico el pasado día 22— han cambiado la
correlación de fuerzas en la circunscripción ceutí.
No ha habido, sin embargo, demasiadas sorpresas. La pérdida de hegemonía por parte de Unión de Centro
Democrático, que en las elecciones pasadas consiguió el único diputado, había sido anunciada por la ma-
yoría de las encuestas. En esta ocasión, UCD ha quedado a considerable distancia de Alianza Popular en
número de votos. Menos de 2.000 votos para el partido que obtuvo el triunfo en las anteriores elecciones.
Tampoco los regionalistas consiguieron ocupar el escaño de diputado. Y a pesar de que no era nada
despreciable la posibilidad de que lograra uno de los dos puestos que le corresponden a Ceuta en el
Senado, ha sido finalmente el PSOE quien también ha situado sus aspirantes en la Cámara Alta.
MELILLA
Ricardo de la Cierva, candidato de Alianza Popular al Congreso, no consiguió el acta de diputado por
Melilla. Al igual que en Ceuta, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha logrado el único escaño al
Congreso y los dos puestos de senadores.
Unión de Centro Democrático (UCD) pierde de esta manera no sólo el acta que consiguiera en 1979, sino
que sufre una considerable pérdida de confianza en el electorado de Melilla. Sólo el 14,5% de los votos
emitidos —5.029— fueron para el partido centrista.
Alianza Popular obtuvo, por el contrario, el 22,6%. lo que supone un total de 5.029 votos. No consiguió,
sin embargo, el acta de senador que los últimos sondeos le otorgaban con algunas dudas.
El electorado se ha inclinado claramente por el PSOE, y 11.375 votos, de los 22.155 emitidos, fueron a al
partido que ha salido triunfador a nivel nacional en las recientes elecciones.
La participación ha sido ligeramentte inferior a la esperada. El 74,6% del censo acudió a depositar el
voto.
EL PAÍS, sábado 30 de octubre de 1982
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ESPAÑA
La victoria socialista
EXTREMADURA
El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) ha conseguido nueve de los doce diputados en las
provincias extremeñas. El 56,1% de los electores —206.472 votos— en Badajoz, y el 54,4% —130.794
votos— en Cáceres han hecho que el PSOE haya duplicado los resultados obtenidos en las anteriores
elecciones. Cinco de los siete diputados elegidos por Badajoz y cuatro de los cinco que corresponden a
Cáceres.
En las elecciones de 1979, el PSOE contaba con cinco escaños. Los mismos que ha conseguido sólo en
Badajoz. Muy poco o nada tiene que ver la composición del mapa, configurado tras la jornada del pasado
día 28, con la de la anterior legislatura. Al avance experimentado por el PSOE hay que añadir como nota
más destacable y, a juzgar por los diferentes sondeos, esperada, la desaparición de Unión de Centro
Democrático y la fuerte ascensión de Alianza Popular.
De no tener ningún representante extremeño, el partido de Manuel Fraga ha conseguido dos actas en
Badajoz y una en Cáceres. Situación, pero a la inversa, que se ha dado en el hasta ahora partido en el
poder. Cerca de 30.000 personas en Badajoz y 25.775 en Cáceres que dieron su voto a UCD y que han
sido insuficientes para situar a este partido en la Carrera de San Jerónimo.
El descalabro de Unión de Centro Democrático, que contaba con siete de los doce escaños ocupados por
Extremadura, ha supuesto la desaparición como diputado del ministro de Defensa Alberto Oliart y de Or-
tega y Díaz Ambrona, considerado la mano derecha del actual presidente de UCD, Landelino Lavilla.
Tampoco en esta ocasión, como ya ocurriera en 1979, el partido regionalista Extremadura Unida
consiguió acta de diputado. Sólo el 3,8% de los votos en Badajoz y el 4,3% se inclinaron por esta opción.
La participación, al igual que en el resto del país, en torno al 80%. Ligeramente inferior en Cáceres, el
78,6%.
CASTILLA-LEON
Los resultados electorales en la región de Castilla-León acentúan, si cabe, más que en otras regiones, la
bipolarización PSOE-AP, que constituye la nota más característica de estas elecciones legislativas. El
PSOE ha reforzado su posición desde diez diputados en la elecciones de 1979 a dieciocho en las actuales,
mientras AP-PDP se eleva desde cero a trece puestos en el Congreso de los Diputados. UCD sólo
conserva tres diputados (en León, Zamora y Soria, dos ex ministros y Gabriel Cisneros) de los veinticinco
que consiguió en la región en las elecciones de 1979. El Centro Democrático y Social, de Adolfo Suárez,
consigue un escaño por Avila, el de Agustín Rodríguez Sahagún.
Alianza Popular ha sobrepasado en la región de Castilla-León los resultados ya ventajosos que le
otorgaban las encuestas, al ser el partido que en mayor medida se ha beneficiado del derrumbamiento de
Unión de Centro Democrático. De los veinticinco escaños conseguidos en la región por UCD en las
elecciones legislativas de 1979, trece han pasado a AP y ocho al PSOE. Provincias como Valladolid y
Segovia han transferido a AP los diputados conseguidos en 1979. En Burgos, Zamora, y León los escaños
conseguidos por UCD en las anteriores elecciones han pasado en una proporción de dos a uno a AP y al
PSOE, respectivamente, mientras que en Salamanca, Palencia y Avila el reparto de estos escaños entre las
dos formaciones se mantiene o se inclina ligeramente en algún caso a favor del PSOE.
Como preveían las encuestas, la dispersión del voto de UCD no ha implicado que los que votaron a este
partido en 1979 hayan dispersado en las actuales elecciones sus preferencias entre los restos del hasta
ahora partido del Gobierno y el CDS, sino que las han dirigido, en primer lugar, hacia las candidaturas de
AP, haciendo que este partido consiga quince escaños, y, en segundo lugar, hacia las del PSOE,
aumentando también sustancialmente el número de escaños que este partido había conseguido en 1979.
Por su parte, el resto de los grupos políticos de ámbito nacional con representación parlamentaria que han
concurrido a esta selecciones —Fuerza Nueva y Partido Comunista de España— no ha cambiado en sus
resultados: ni consiguieron escaño en 1979 ni lo han conseguido en 1982.
Los partidos y coaliciones extraparla-mentarias tampoco han alcanzado ningún escaño. Por lo demás, la
escasa presencia de grupos regionalistas, como el Bloque Agrario o el Partido Ruralista, así como el Parti-
do del Bierzo, no ha contituido ningún reclamo para los castellano-leoneses, que han dirigido su voto a
PSOE y AP.
ESPAÑA
POLÍTICA
EL PAÍS, sábado 30 de octubre de 1982
La victoria socialista
CASTILLA-LA MANCHA
El mismo esquema de distribución de voto observado en Castilla-León se observa en la región vecina de
Castilla-La Mancha: conquista por parte del PSOE del primer puesto entre las fuerzas políticas de la
región, se-guido en un segundo puesto muy consolidado por AP, y dispersión del antiguo voto de UCD
hacia las dos anteriores formaciones, pero con clara ventaja del partido de Manuel Fraga.
El PSOE ha conseguido en estas elecciones trece diputados, es decir, seis más que en las elecciones de
1979, pero Alianza Popular ha pasado desde cero a ocho diputados. Estos ocho diputados de AP y los cin-
co que el PSOE ha añadido a los ocho que consiguió en 1979 son los trece que Unión de Centro
Democrático obtuvo en las anteriores elecciones.
El hasta ahora partido del Gobierno no ha conseguido conservar en 1982 un sólo diputado. En esta
Cuenca, donde estuvo apunto de conseguir un escaño, los tres diputados conseguidos en 1979 por UCD se
han repartido entre, AP y el PSOE.
En Toledo y Ciudad Real, el antiguo voto de UCD se ha dirigido preferentemente hacia Alianza Popular,
mientras que en Guadalajara, Cuenca y Albacete este voto se ha repartido por igual entre AP y el PSOE.
Como en el resto de las regiones españolas, los antiguos escaños de UCD han ido a parar, aunque
desigualmente, a socialistas y alíanoslas. En Toledo, donde las encuestas daban como probable la
obtención de un escaño por el primero de la lista de UCD, Rafael Arias Salgado, este escaño ha ido final-
mente a parar al PSOE.
Como en otras muchas circunscripciones, el resto de las formaciones políticas que han presentado
candidaturas no ha logrado los votos necesarios en estas elecciones para ocupar un lugar en el Congreso
de los Diputados. Fuerza Nueva, con cierta implantación en Toledo, en cuya circunscripción se
presentaba el hijo del líder de este partido ultraderechista, Blas Pinar, tampoco ha conseguido los votos
necesarios para conseguir al menos un escaño, ya que solo recibió 6.339 papelestas, que supune un 2% de
los votantes.
Los castellano-manchegos, como preveían las encuestas, han acudido a votar masivamente en la jornada
del 28 de octubre, superando la participación el 82%, por encima de ma media nacional.
El Centro Democrático y Social, de Adolfo Suarez, sólo consiguió sobrepasar el 2% de los votos en la
provincia de Guadalajara, circunscripción en la que el Partido Comunista de España obtuvo también su
máximo voto con un 4,7% del electorado:
El Partido Socialista Obrero Español obtuvo su más alta cota de votos en la provincia de Albacete, donde
recibió el 54 por ciento de los sufragios, seguida de Ciudad Real donde le votó el 51 %.
CANTABRIA
José María de Areilza, que recorrió el camino inverso al de muchos diputados de UCD, y abandonó a
Manuel Fraga para inscribirse en el partido de Landelino Lavilla y Leopoldo Calvo Sotelo, se ha quedado
sin un escaño, que habría tenido prácticamente asegurado al lado de Alianza Popular. Los santanderinos
no han votado a UCD en esta ocasión, y los tres actas centristas de la pasada legislatura han ido a parar a
Fraga y a los socialistas.
El PSOE se ha convertido en el primer partido de Cantabria, con tres diputados, Jaime Blanco, Juan
Antonio Barragán y José Luis García, y mayoría de senadores. Alianza Popular, que era extraparlamenta-
rio en Santander, ha conseguido ahora dos actas para el Congreso y un escaño en el senado por aquella
región.
Los diputados por UCD en la anterior legislatura, Justo de las Cuevas y Alberto Cuartas, no han
comparecido en las elecciones últimas al ser eliminados de las candidaturas tras un enfrentamiento con el
presidente de la gestora regional del partido, Juan Hormaechea.
PSOE y AP-PDP se reparten a partes iguales los seis escaños correspondientes a Baleares. El salto es
considerable en el caso de AP-PDP, que en la pasada legislatura no obtuvo en esta circunscripción
ninguna representación parlamentaria y en esta ocasión ha sacado tantos escaños como el PSOE, aunque
con 28.060 votos menos. Tal crecimiento, indudablemente, se ha producido a costa del electorado de
Unión de Centro Democrático.
El PSOE se ha convertido en la formación política más votada en Baleares y ha incrementado sus
resultados de 1979 en un escaño, procedente igualmente de las filas centristas.
UCD, que constituyera la primera formación parlamentaria balear en la pasada legislatura, con cuatro
escaños, no ha revalidado ninguno de éstos, y sólo consiguió el 9,3% de los votos.
CANARIAS
Fernando Sagaseta, diputado por la Unión del Pueblo Canario en la anterior legislatura, no ha sido
reelegido en las elecciones de 1982. Como se preveía, los canarios han depositado más confianza en los
partidos de ámbito estatal que en los regionales, colocados en quinta posición. UPC en Tenerife consiguió
el 4,9% de los votos y en Las Palmas el 3,9.
Los socialistas, que obtuvieron en las islas Canarias tres diputados en las elecciones de 1979, han
conseguido en esta ocasión siete, mientras que Alianza Popular ha obtenido cuatro. UCD ha pasado de 9
diputados en 1979 a sólo 2 en la legislatura que ahora se inicia. Los siete escaños perdidos han pasado al
grupo aliancista (los cuatro conseguidos) y al PSOE (tres), que también se ha beneficiado del escaño que
ha perdido en estas elecciones la Unión del Pueblo Canario.
UCD, que sólo obtuvo en Tenerife el 18,5% de los votos y en Las Palmas el 12,6, consiguió la mayoría de
los senadores; concretamente el escaño de la´isla de La Palma, el de Hierro y el de La Gomera. El escaño
de Tenerife fue para el PSOE, al igual que el de Las Palmas.