Roca y Garrigues lanzan la «operación reformista»
Buscan al elector «no socialista y no conservador»
Madrid. Vera Gil
Antonio Garrigues y Miguel Roca presentaron ayer la denominada «operación liberal-reformista», que
nace, según dijeron, para copar un «espacio ideológico diferenciado», sin espíritu de bisagrismo o
centrismo al estilo UCD, y con pretensiones de aglutinar« al electorado que no se identifica con el
bipartidismo. que no es ni socialista ni consevador y que se resiste, sencillamente, a ser de derechas o de
izquierdas».
La salida a flote de esta nueva plataforma política se organizó de forma sorpresiva y sin aviso previo,
utilizando como pretexto la presentación de un libro de Juan Antonio Caldés sobre la figura de Antonio
Garrigues, titulado «La alternativa liberal». Este acto sirvió para que Roca y Garrigues lanzaran la nueva
«opción diferenciada» que, según se dijo, no se plantea como objetivo inmediato las elecciones
municipales, sino que se concibe como un proyecto a largo plazo «pensando, sobre todo, en las elecciones
de 1986». A este respecto, Garrigues precisó que «la operación nace a partir del 9 de mayo», aunque en
todo momento dejo entrever que las próximas elecciones locales y autonómicas servirán de tanteo para
captar el movimiento del electorado y para ver las verdaderas posibilidades que la nueva plataforma
podría tener de cara a una confrontación electoral a nivel nacional.
Planteamiento federal
Dijo también Garrigues que el estado de gestión en que se encuentra actualmente la operación es todavía
«inicial», aunque ya existen avanzados contactos a nivel de distintas comunidades autónomas, en donde
se ha detectado un efectivo espíritu de colaboración y buen nivel de entendimiento. Al desvelarse este
dato se desvelaron también otros relativos al planteamiento «autonomista y federal» de la operación, que
surge —según Garrigues— «comprendiendo que el proceso democrático y autonómico van junios».
En la explicación de los motivos que determinan la aparición del nuevo movimiento surgieron,
necesariamente, referencias a las dos opciones políticas que aglutirjan actualmente a la mayoría del
electorado. A este respecto, dijo Roca que «el Grupo Popular ni funciona ni es una verdadera alternativa,
y más bien se asemeja a una nueva UCD sin liberales». Por otra parte —enjuició Garrigues—, «los so-
cialistas acaparan excesivo poder, lo cual siempre es peligroso».
Partiendo de este planteamiento de «no al bipartidismo», Roca y Garrigues presentaron como necesario el
nuevo proyecto, amparándose en que «no todo el mundo en este país es socialista o conservador», y
porque, matizó Roca, «si Felipe González tiene tres millones de votos prestados alguien los tiene que
reclamar». Garrigues insistió, por la otra parte, en que la actual derecha que representa Alianza Popular
no supone una alternativa coherente al socialismo, por lo que hizo suya la frase «para poder ganar a la iz-
quierda, es preciso desembarazarse de la derecha».
No se concretaron datos relativos a la composición y pretensiones del nuevo proyecto, aunque se insistió
en que se trata de una nueva plataforma «abierta e integradora» a todas las fuerzas no aglutinadas ni con
la derecha ni con la izquierda. A este respecto. Miguel Roca precisó, refiriéndose al CDS, que el espacio
político de centro «no lo puede protagonizar nadie en exclusiva, todos tenemos que trabajar por la
integración, porque de lo contrario el electorado podría castigar a aquellos que se resistan».
Sobre el tema del liderazgo de la nueva formación, Garrigues manifestó que «es algo implanteable, desde
el punto de vista carismático», rechazando en este sentido el que se tenga que mitificar a una persona
como representante máxima del proyecto. «No es contradictorio el que existan personas distintas que
tengan capacidad de liderazgo, sino todo lo contrarío, es algo que puede servir para potenciar la operación
reformista.»