El sol de Suárez brilló en Cebreros
La «fuerza de la sangre» arrastra votos
Suárez está seguro de la fidelidad de sús paisanos. No anda descaminado. Cebreros y los pueblos
abulenses que lo rodean, votaron UCD para ayudar a que su hijo predilecto pueda seguir en la Moncloa
Madrid—.Él Dios de los cielos le echó ayer una mani-ta a Suárez, Mientras en él resto de la Península, el
tiempo le hace jugarretas a UCD, en el feudo del Presidente, Cebreros, cuyo nombre da frío hasta en
verano, lucía un sol espléndido, y sólo a la tarde unas pequeñas gotas hacían recordar que, según toda
lógica, el pueblo debería estar casi cubierto de nieve.
Hasta en eso tiene suerte el presidente. Sus.forofos de Cebreros, El Tiemblo y los demás-pueblos de la
zona, no han encontrado justificación alguna ,para unirse a ios abstencionistas voluntar los o
involuntarios. Su éxito persona I, transmitido a los candidatos de UCD, parece, según todos los indicios,
llevar las de ganar. Y es que poder contar a los nietos que se ha sido amigo, compañero de estudios o
juergas del presidente, farda cantidad.
Cuando la sangre tira
En Cebreros ya no vive Suárez. Tampoco sus. padres: «Hace muchos años que viven fuera. Puede que
quede alguien de la familia en El Tiemblo». Así es En la mesa electoral, dispuesto a emitir su voto, está
Francisco
José García Hernández: «Soy tío de Adolfo por desgracia», dice en tono de broma. Su mujer es hermana
de la madre de Suárez y también su madrina. «Claro que soy de UCD. No tenemos más remedió que serlo
por fuerza... por fuerza de la sangre.» La fachada de su casa está repleta de imágenes de este sobrino que
les ha salido tan brillante.
El ambiente más cordial reina en la escuela del pueblo. Los interventores´de los distintos partidos están de
acuerdo con que estas elecciones no han.sido demasiado beligerantes^ « Van a ser mucho peor las
municipales.» Allí juntos están él del PSOE, el del PCE, el de UCD, los guardias civiles, el juez comarcal
que fue fundador de Falange en Avila. «Yo soy joseantoniano», dice, y luego suelta toda una larga
retahila de cargos que ha desempeñado. Incidentes ninguno, Tampoco en San Martín de Valdeiglesias,
que es como una prolongación del feudo ucedista. «Sí que ha sucedido algo terrible, no han traído un
sacacorchos», comentan en una mesa, mientras miran una botella de vino que espera hace demasiado
tiempo.
«Fuera, he dicho que fuera Soy él presidente dé la mesa y aquí mando yo.» Jesús. Alonso, maestro y
presidente de mesa correspondiente al distrito 1° sección 1ª utilizaba el mismo tono que si regañara a
alguno de sus alumnos.
De nada sirvió que fotógrafo y redactor intentaran explicar que estaban realizando su trabajo y que tomen
;las credenciales necesarias.
Tampoco el juez de Cebreros quiso tomaren cuenta las legítimas aspiraciones de los periodistas. La
autoridad es la autoridad aunque esté mal entendida. También quiso atribuirse poderes especiales el
interventor de FN en otra de las mesas. «Identifiqúense», dijo autoritariamente. Está vez no hubo
expulsión y sí explicaciones dé algunos de los presentes. «Es el miedo a que alguien diga que en Cebreros
ha habido pucherazo», comentaba un socialista. « Yo soy facista y ése es comunista —terminó el hombre
de la bandera nacional en el pecho— pero todos somos vecinos y todos nos queremos mucho.» Carmen
Martín.