El milagro del 1-M
Manuel Martín Ferrand
Necesitaría la gracia y él lápiz de Martin morales, la fe de Pedro Altares, la intención de
Cándido y la brillantez de Emilio Romero para expresar lo que pretendo: se acabaron las
elecciones y España se enfrenta, en principió, a cuatro años que han de ser de gobierno sólido
para que, superado ya el tiempo constitucional, la democracia no llegue a decepcionar a nadie
por estos pagos.
No creo yo que llegue a producirse un Gobierno de coalición. No creo quesea necesario.
Bastará con un astuto trampeo político, en el que la Carrera de San Jerónimo tiene larga
experiencia, para alcanzaran cada caso el entendimiento preciso con qué sacar adelante los
temas del legislativo.
Por otra parte para terminar de sumar las cuentas de la Seguridad Social, conseguir un severo
control de gastq público, imponer la dedicación exigiblé en el funcionario o aportarle a los
.ciudadanos las cuotas de sensatez y sentido común que esos mismos ciudadanos han
evidenciado en la jornada de ayer, no hacen falta apuntalamientos parlamentarios ni
zarandajas de colores. Bastará, en lo fundamental, con trabajar.
La etapa que ahora emprende España y. dentro de España, las nacionalidades del Estado, es,
a pesar de la crisis económica, del terrorismo y del paro —las tres bichas del momento— la
más esperanzadora de cuantas, sobre el papel ha conocido el país desde el fracaso dé la
Ilustración. No siempre va a tocar perder. De aquí al 83, y ojala que el nonato nuevo Gobierno
cumpla el cuatrienio, son muchas las cosas que entran en el repertorio de lo posible. Dicen los
entendidos que será precisamente para ése año cuando amaine lacrisis económica en curso:
Si somos capaces de que, por una vez, nos coja organizados, la esperanza alcanzará el
pedestal de la certeza.
No sé si confundo en todo esto mis deseos de ciudadano con mis cabales de periodista, pero
creo que ha llegado el momento de desdrarrjatizar la vida nacional y ponerse a trabajar. Ese
puede ser el gran milagro del 1-M...