Hacia la democracia local
Luis Fajardo Spínola**
Decía Tocqueville que el municipio es a la democracia, lo que la escuela es a la ciencia. La
democratización de la vida local constituye hoy uno de los objetivos prioritarios en el proceso de
normalización democrática en nuestro país. Las actuales corporaciones, integradas por alcaldes y
concejales designados —que no elegidos—, son, por otro lado, una clara expresión de la concepción
totalitaria del Estado que ha caracterizado hasta ahora a todas las instituciones públicas en este país.
Dicha concepción ha negado a los municipios cualquier grado de autono-mía, encontrándose sometidos a
un rígido control tutelar de parte de la administración central y careciendo, por otro lado, de los medios
necesarios para el desarrollo de las competencias que le son propias. Este lamentable panorama de falta
de democracia y de falta de autonomía ha favorecido la manipulación de los Ayuntamientos por grupos y
grupitos privados que han orientado ´la política municipal al servicio exclusivo de sus intereses econó-
micos, y al propio tiempo ha colocado la vida local bajo las directrices del centralismo más feroz,
pero también más torpe y ciego. A todo ello se une la rigidez e inoperancia de unas estructuras
burocráticas que deben ser rápidamente modernizadas y dotadas de los instrumentos necesarios para una
intervención administrativa más profunda y eficaz en el ámbito de las competencia* municipales. Cada
vez es más evidente la disociación entre la comunidad local y la corporación municipal, que ni ha
querido ni ha podido asumir fenómenos tan importantes como el del asociacionismo urbano,, expresión
de un deseo insatisfecho de participación política en los niveles más inmediatos del poder. El camino
hacia la democratización de los Ayuntamientos pasa en primer lugar por la aprobación en el Parlamento
de —al menos-unas normas correctoras a la vigente ley de Régimen Local y por la convocatoria de
elecciones, municipales para finales de año. Estas elección nes deberán estar sometidas a una nueva
norma electoral que extienda el derecho de voto a los mayores de dieciocho años y facilite el de los
emigrantes, que generalice el sistema de r e p r e sentación proporcional-y que evite por todos los medios
la maniobra caciquil y garantice, efectivamente, la libertad y el secreto del sufragio. Pero para los
socialistas la democratización de los Ayuntamientos no puede acabar en la elección popular de alcaldes y
concejales, sino que debe complementarse con un efectivo control popular de su gestión; y en esta línea
de gestión democrática del Ayuntamiento tiene un papel fundamental la consulta regular de la
Corporación a las asociaciones de vecinos, el acceso de las mismas a la vigilancia e inspección de la
actividad administrativa y —previamente— la potenciación y el apoyo material al movimiento .
asociativo urbano. La única condición no puede ser otra que la garantía de democracia interna de tales
entidades populares. Otro principio importantísimo de una vida local democrática es el del predominio de
los elegidos sobre la burocracia de los Ayuntamientos, que debe estar al servicio —con sus prestaciones
técnico-administrativas— de la política municipal preferida por el pueblo. No es ésta la ocasión de
exponer en detalle todo un programa municipal de partido que responda a los graves problemas de la vida
local (urbanismo, transpoi´tes, abastos, etcétera). Quiero so-. lamente señaaar, finalmente, que toda esta
nueva estructura democrática en los Ayuntamientos de poco valdría si los mismos carecen de la
autonomía económica y de la independencia en su actuación respecto de otras esferas dé la
Administración. Resulta, por tanto, ineludible la desaparición del con-,trol tutelar de oportunidad por
parte de la Administración del Estado, si bien parece conveniente mantener un control a posterior! sobre
la legalidad de la actividad municipal. Por otro lado, debe dotarse a las Corporaciones municipales de los
medios económicos suficientes, creando un nuevo sistema de participación en los impuestos del Estado,
haciendo que éste destine las subvenciones necesarias con carácter global (sin asignación de destino),
facilitando el acceso al crédito y abordando una reforma de la físcalidad. municipal.
** Miembro de Ja Comisión Ejecutiva del PSOE, diputado >or Tenerife.