23-VII-77
PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA:
NECESIDAD DE UNA ADECUADA PLANIFICACIÓN FINANCIERA
En determinados casos hay que adoptar fas "medidas de economía de capital", es decir, lo sustitución de
inversiones y gastos fijos por gastos comentes y variables
Bl presidente del Centro Europeo para la Forn^ación de Directores, don Andrés Fernández Somero,
analiza en este artículo, siguiendo con sil exposición de atan anteriores, el punto débil de la pequeña y
mediana empresa desde un punto de vista técnico; ofreciendo además una serie ele soluciones al respecto.
El principal punto débil de la pequeña y mediana empresa, desde un enfoque técnico, es la Insuficiencia
de capacidad financiera para que pueda desarrollarse y mantener su presencia en el mercado.
Tal vez las causas más destacadas de esta situación puedan reducirse a las siguientes:
El crecimiento de la pequeña y mediana, empresa, en muchos casos, no es una consecuencia de la
autofinanciación, sino del recurso a medios financieros a corto plazo, ya que los dividendos o beneficios
suelen, ser la única fuente da remuneración personal de sus propietarios.
La inexistencia de fuentes financieras adecuadas para la pequeña y mediana empresa, en lo que se refiere
a las inversiones, y, en general, el largo plazo. Las fórmulas de financiación existentes, casi todas ellas en
el áector financiero público, son lentas y complejas, con exigencia de excesivas garantías y no
comprenden toda la problemática inherente a la pequeña y mediana empresa.
En muchas ocasiones existe un desconocimiento por parte de los empresarios y directivos de la existencia
de fuentes de financiación a largo plazo (Bancos oficiales, Cajas de Ahorros y Bancos industriales) no
demasiado difundidas, por otra parte, porque su posible- ofrecimiento a la pequeña y mediana empresa
depende de situaciones financieras específicas del mercado.
Tal vez !a causa fundamental de la insuficiencia de capacidad financiera de la pequeña empresa haya que
buscarla en el desconocimiento de las reglas del equilibrio financiero. Es frecuente encontrarse con
empresas que financian inversiones a largo plazo con créditos a corto plazo, y no solamente por la
dificultad de encontrar líneas de financiación adecuadas a largo plazo, sino también porque muchas de las
reglas fundamentales que garantizan la solvencia y el equilibrio financiero son desconocidas para los
empresarios.
Como primer efecto, esta insuficiencia de capacidad financiera
de la empresa trae consigo un claro freno a la expansión y al desarrollo, con los consiguientes peligros de
pérdida de posición en el mercado a que tantas veces se ha aludido. La alternativa a la que se ha visto
conducido en muchas ocasiones el empresario ha sido la pérdida de la propiedad total o parcial de su
propia empresa, porque la única forma de asegurar su supervivencia es la expansión y la única forma de
garantizar la expansión es permitiendo la entrada de capitales ajenos.
Hay también otra consecuencia directa de la insuficiencia de capacidad financiera: la ocupación del
tiempo del directivo (que le impide dedicarse a tareas técnicas o comerciales o de producción) en la
resolución de los problemas financieros que comporta una situación desequilibrada. Y aunque esto parece
que tiene menor importancia, todo pequeño y mediano empresario sabe la cantidad excesiva de tiempo
que ha de ser dedicada a la resolución, a veces imperfecta, de sus problemas financieros.
Necesaria planificación financiera
Ante todo esto, la única estrategia posible es una planificación financiera de la expansión, es decir, un
estudio riguroso de las necesidades financieras de ia empresa, su localización en el tiempo, el cómputo de
las fuentes financieras a las que se puede acudir, su coste y demás inconvenientes, y la posibilidad de
hacer frente a estas necesidades financieras en el momento oportuno.
El tierhpo dedicado a la planificación siempre es rentable. Pero de todo el tiempo dedicado a la
planificación, a su vez el más rentable es el que se dedica a ¡a planificación financiera, ya que no hay
fuente de perturbación de la empresa más importante que la toma de decisiones apoyada en la presión de
una insuficiencia financiera, sin tiempo para reaccionar, cuando una adecuada planificación facilitaría la
búsqueda de soluciones.
Claro está que una planificación de este tipo, como toda en general, va en contra de la búsqueda de
oportunidades que pueden surgir en e! periodo planificado y que se abandonan por seguir lo que se ha
fijado en el plan. Muchas veces, la empresa mediana y pequeña se encuentra con oportunidades para las
que no cuenta con medios financieros de disposición ágil. Por otra parte, la estrategia de elaborar una
planificación financiera tropieza con -el hecho de que no siempre se encuentran los recursos ajenos que
rentabilizarían la expansión de la empresa.
No existe nada más que una estrategia de recambio frente a estos inconvenientes, es decir, cuando falla la
estrategia planteada: la adopción de las que se ha llamado "medidas de economía de capital", lo que
quiere decir la sustitución de inversiones y gastos fijos, por gastos corrientes y variables, que, aunque
produzcan una menor rentabilidad a corto plazo, no suponen una hipoteca para la empresa. Siempre
constituye una mayor "economía de capital" la subcontratación que la adquisición de un equipo nuevo, o
la reparación de una máquina existente que la adquisición de una máquina nueva. No es necssario insistir
en el cuidado con que habría que adoptar medidas de este tipo.
La escasez de recursos ajenos es también un hecho que desborda el marco de la pequeña y mediana
empresa.
Los poderes púbücos y las entidades financieras privadas tienen que. ser conscientes de la necesidad de
ofrecer a estas empresas fórmulas de financiación adecuadas, ágiles y suficientemente difundidas, a costes
razonables, que permitan asegurar su independencia y estimular su desarrollo.
Andrés FERNANDEZ ROMERO
(Presidente del Centro Europeo para la Formación de Directoras)