Luis González Cascos, nuevo presidente de CEPYME
LA REFORMA FISCAL, DEMASIADO DURA (para el pequeño empresario)
Luís González Cascos, nuevo presidente de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa
(CEPYME) en sustitución de Agustín Rodríguez Sahagún, nombrado ministro de Industria y Energía, ha
accedido a su cargo en razón de los estatutos de la Confederación, en los que se especifica que la
presidencia será cubierta por el vicepresidente de mayor edad. González Cascos tiene cincuenta y un años
y es presidente de la Federación de Cáceres. En unas declaraciones hechas a Europa Press el nuevo
presidente ha señalado, entre otras cosas:
• Desde ©1 punto de vista de planteamientos empresariales no hay diferencias de criterios entre
CEOE y CEPYME. Ni los hay ni ios debe haber, En el fondo no hay ningún enfrentamiento. De
hecho existen y van a surgir problemas que son comunes al concepto empresa, que son
independientes de su tamaño, como la inclusión en la Constitución de un tratamiento específico a nivel de
sistema económico.
• No sé si el nombramiento de Agustín Rodríguez Sahagún como ministro de Industria supone un
bandazo a la derecha. Yo soy un pequeño empresario y voy a seguir así. No tengo ningún interés en
la política.
• En la crisis económica hay pequeños síntomas de recuperación. Parece ser que no estamos
retrocediendo, y esto es bueno.
En lo que respecta a la política económica del Gobierno, no había otras posibilidades donde elegir. Ha
habido que improvisar en cierta manera l«s soluciones, que no sé si son las mejores.
Me gusta más este Gobierno que el anterior.
No creo que haya ningún empresario que sea socialista. El concepto mismo de filosofía marxista y
filosofía empresarial son absolutamente incompatibles.
Inmediatamente, a medio plazo, no veo ninguna posibilidad de contacto entre CEPYME y COPYME.
Si nosotros tenemos una con-cepcióa muy clara, y de momento inamovible, de que la asociación
empresarial es neta y exclusivamente profesional, y en ningún caso política ni politizada, la posibilidad de
contemplar las relaciones con alguien que no está en esta línea son prácticamente impensables. al menos
mientras se mantengan ambas posturas.
Desde un punto de vista empresarial, a un Gobierno socialista le tengo más miedo que a un
Gobierno no socialista. Lógicamente un Gobierno socialista, si no es inconsecuente consigo mismo,
tiene una filosofía clara sobre socialización, etc. Quizá no sea un tetna de miedo, sino de que no me
apuntaría a los planteamientos de un Gobierno socialista.
· De momento na sé si UCD o Alianza Popular están más cerca de mí, ya que no se trata de que yo esté
cerca da ellas. Todavía no he averiguado sus posturas claras, tanto de una como de otra.
• El tema de la flexibilidad de plantillas y del paro se debe contemplar conjuntamente. La posibilidad de
una cierta flexibilidad de plantillas es positiva, pero tío sólo para la empresa, sino también para los
trabajadores. Incluso puede beneficiar el índice de paro.
• La idea tle hacer pa.gar a más gente como solución (reduciendo el tema a unos limites muy sencillos),
tampoco es la respuesta, si no se hace de una manera proporcionada, conjunta, y organizada, cuidando
mucho las desproporciones.
• La reforma fiscal es dura. Temo que puede ser muy dura para algunos, y esto es lo que se
debería haber evitado. Para el empresario mediano y pequeño puede ser poderosa.