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CON LA PARTICIPACIÓN DE AREILZA, CALVO SERER Y TAMAMES
COLOQUIO SOBRE EL LIBRO POLITICO EN ESPASA-CALPE
EN la Casa deí Libro, y dentro de la campaña «Protagonista el libro», organizada por las
editoriales españolas, Plaza y Janés convocó un coloquio en torno al «Libro politico», an el que
junto a los informadores participaron Calvo Serer, Ramón Tamames y José María de Areílza.
En el coloquio, entre otros temas Interesantes, se suscitó el de si había razones o no para que el libro
político, por lo general, esté mal escrito. Se llegó a la conclusión de que era necesaria una distinción entre
el panfleto, la edición propagandística o conmemorativa y el verdadero libro político. Posteriormente,
Areílza se refirió al libro «Vasconia», aparecido en los años cincuenta, escrito por el vasco-alemán
Benedic Krucwyt, que hoy no se encuentra en ninguna librería y que fue doctrinalmente el origen de la
ETA, pues comporta todo el proceso ideológico de lo que hoy se conoce como ETA.
Tamames citó algunos libros políticos admirablemente escritos, como «Utopia», de Tomás Moro, y «El
Príncipe», de Maquiavelo; sin olvidar algunas obras de Julio Cejador, aparecidas en los años treinta.
Areílza sobre este tema apuntó la curiosa circunstancia de que los políticos del XIX no escribiesen libros
políticos. Cánovas fue un historiador en la línea erudita; Sagasta y Silvela, tampoco escribieron.
Por su parte, Calvo Serer se refirió a los libros políticos de los hombres del 98: Joaquín Costa, Ganivet, el
propio Azonín; y en los más inmediatos citó a Azaña, quien hasta la guerra civil no hizo un libro
verdaderamente político, «La velada de Benicarló». Tamames Intervino para decir que, precisamente, lo
que más se va a vender de Azaña son las «Memorias de guerra», a punto de aparecer, y citó como libro
político importante el de Infante sobre el «Opus Dei». En definitiva, el libre político depende del mensaje
y el mensaje supera al estilo.
LA CAÍDA DE LA DICTADURA. — Nuevamente, Areilza comentó el enorme impacto que produjo a la
caída de la dictadura de Primo de Rivera un volumen, de apenas 80 páginas, de Francisco Cambó titulado
«Por la concordia». Esta obra, escrita en catalán, fue el libro clave del nacionalismo catalán en la II
República, y es una obra digna de ser conocida todavía. Al referirse a los libros políticos españoles de una
u otra orientación se citó como importante, desde su óptica. «El crepúsculo de las ideologías», de Gonzalo
Fernández de la Mora, y por otro lado, Tamames habló de «Un futuro para España», prologado por
Santiago Carrillo, y en el que «colaboramos varios y tuvo difusión clandestina en la Universidad». Calvo
Serer dijo que también tuvo importancia «La alternativa democrática», de «nuestro amigo García
Trevijano».
Como autores políticos extranjeros y obras importantes fueron citados, entre otros, «El circulo que se
cierra», de Commoner; «La alternativa», de Bharo; «Comunismos y crecimientos», de Walter Herich, y
«El futuro radiante», de Sinossiev. Se suscitó el tema de si había libros políticos especialmente escritos
para la izquierda, la derecha o el centro, y Calvo Serer respondió que no hay escritores específicamente
dirigidos a sus propios partidos. «Todos esperan ser leídos por todos, Nadie escribe para los convencidos.
Trata de convencer a quienes no lo están.» Tamames participó de esta opinión, pues afirmó que él leía
libros políticos, rio sólo de la propia idea. Y Tamames añadió que serla interesante un libro que explicase
la Constitución, para el gran público; por eso 49 tiene el propósito de escribir un libro qui» oodría
titularse «Lectura de la Constitución". P.T.