NACIONAL
A juicio de los observadores del terrorismo vasco
El triunfo socialista podría pacificar Euskadi
Los observadores del fenómeno ETA ven lipe González es «un hombre que ha sido de-una puerta
abierta para la pacificación de mócrata y que creemos que es demócrata». Euskadi en caso de un
hipotético triunfo so- La viabilidad de este proceso de pacificación, cialista en las próximas elecciones.
Iñaki Es- se trata de acciones de gobierno y no de ex-naola, de Herri Batasuna, manifestó que Fe presar
deseos.
Pedro CONDENÁBALA, Cover-Diario 16
Madrid — Coincidiendo con el final de la campaña electoral han aumentado las posibilidades de un
diálogo en favor de la pacificación de Euskadi y el replanteamiento de la lucha armada de ETA. Las
expectativas de un triunfo socialista en las elecciones del 28-O marcan el contexto de este cambio, que
tiene de protagonista a la coalición abert-zale Herri Batasuna y el Partido Socialista Obrero Español. Las
voces más sigrvfi-cadas son-las del abogado Iñaki Esnaola, por parte de HB, a quien ETA considera su
brazo político, y las de Txiki Benegas y Felipe González, por los socialistas. El hipotético triunfo del
PSOE y la figura de su líder, Felipe González —«un hombre que ha sido demócrata y que creemos que
es demócrata», según Esnaola — abren, a juicio de los observadores del fenómeno de ETA, una puerta
para crear un ambiente propicio de diálogo, contactos y probable negociación.
ETA militar, a lo largo de los últimos meses, ha repetido en sus comunicados que cabe la negociación en
base a una alternativa táctica deí KAS. El Gobierno de Catvo-Sotelo y, más concretamente, la política
desarrollada en materia de terrorismo por el ministro de Interior, Juan José fío-són, por un lado, y la
actitud de ETA militar de continuar su actividad armada, alejaron toda posibilidad de acuerdo. En los
últimos meses, medios bien informados sobre ETA militar creyeron detectar una mayor flexibilidad en las
condiciones que ETA imponía para «sentarse y hablar». Más recientemente se ha traído este asunto, el de
la base negociadora de KAS, como si se hubiese cambiado el significado de los «mínimos» que imponía
ETA a una oferta más real, sobre la que cabrían rebajas sustanciales si el Gobierno que tuviera que
negociar fuese socialista. Para ¡legar al punto de abrir un dialogo, el PSOE debería dar muestras de
democratizar en profundidad instituciones como la jurídica, la militar o la policial, en opinión de HB.
Si estos pasos se dieran, según palabras de Esneola, «cabría echar una mano al PSOE». Después se
entraría en el fondo de la negociación, o en el diálogo propiamente dicho: sobre la retirada de las fuerzas
policiales acantonadas en Euskadi, e! derecho de autodeterminación, Estatuto de autonomía más amplio
en competencias, mejoras sustanciales para el pueblo trabajador vasco, amnistía total, legalización de los
partidos independentistas...
Viabilidad
Pero, aunque la victoria del PSOE pudiera obligar a un replanteamiento de la actividad armada de ETA,
las dificultades que encierra una negociación de tal importancia son enormes. Dependería de muchos
factores. El primero de ellos estaría en la voluntad del PSOE de acometer las reformas democráticas que
convencieran a ETA de que con el socialismo las cosas iban a cambiar. El segundo, en la capacidad del
socialismo español para llevar a cabo esas reformas, que irían mucho más allá de lo que proponen en su
oferta electoral. Por parte de ETA, y en esa primera instancia, estaría el cese de la violencia
durante un periodo amplio y sin contrapartidas inmediatas.
Pero la viabilidad de este proceso de prenegociación es relativa. No se trata ya de expresar deseos, sino de
acciones de gobierno, acciones que además podrían hacer más sensible el acoso de los sectores
inmovilistas e, incluso, desde la derecha democrática. El PSOE, entonces, tendría que optar por intentar la
negociación con ETA, pese a tener en su contra amplios sectores del país, o abandonar esta idea.
Entonces, ETA proseguiría sus acciones armadas, que también son desgaste político, ya que, además,
parte con mayores debilidades que las que tuvieron los Gobiernos de Unión de Centro Democrático.
No parece, en esta ocasión, que se trate de argucias de tipo electoral. El problema terrorista está ahí y el
PSOE tendrá que afrontarlo. Habrá que dedicar atención especial a la actitud francesa respecto a las
exigencias que pueda hacer el PSOE, y la combinación que vaya a adoptar entre medidas políticas y
policiales.