Posteriormente pronunció un mitin en Castellón
Fraga recorrió ayer la zona afectada por las inundaciones
VALENCIA (Luisa Palma, enviada especial). Cubierto de barro en ios zapatos, en el traje, en
las manos, en la cara, Manuel Fraga Iribarne recorrió ayer hasta e) último pueblo de la zona
afectada por (as inundaciones, algo verdaderamente difícil de describir dada la magnitud de la
catástrofe, que ha dejado a miles de familias sin hogar y 20 muertos, a los que podría añadirse
algunos de los desaparecidos. Viendo a la gente llorar con desesperación, Fraga, dolorido, no
podía a veces articular palabra. «¡Qué golpe éste!», decía.
Fraga ya anunció por la mañana que «hoy no voy a hacer la política normal de partido». Y así
fue.
Alcanzamos Alcira a primera hora de la tarde en un Land-Rover y provistos de botas de agua.
En medio de un barrizal de fango, agua y casas destrozadas, Fraga saltó del jeep para entrar
en la fábrica de Avidesa en donde encontró a un Luis Súñer destrozado y anonadado. El agua
llegaba hasta las rodillas, lo que no impidió a Fraga penetrar hasta el fondo de la fábrica, en un
mar de fango. El abrazo de. Súñer, en silencio, conmovió a Fraga. «¡Qué desastre!,¡Qué
desastre!», repetía.
El aire que se respira en Carcaixerrt es un aire viciado, de miseria. El peligro de epidemias aún
no ha desaparecido e incluso aumenta con el paso de las horas. El pueblo está semidestruido.
«-Quieren vene por la calle, don Manuel», (e decían. «No, no queremos molestar.» Un señor
saltó de repente en medio del Land-Rover, gritando: «¡Fraga!, vamos a ganar, te lo dice uno de
UCD, que era de UCD.» Una señora se acercó a darte la mano y no pudo contener las
lagrimas. Fraga, con un nudo en la garganta, casi llegó a llorar también. A Carcaixent llego el
Ejército ayer, con apenas medios para combatir las condiciones infrahumanas y de miseria por
las que atraviesan esas familias. En Benegida pedían a gritos que les enviasen vacunas. Los
soldados y la Cruz Roja se ven desbordados, sin agua, sin luz, sin teléfono; sin apenas techo
bajo el que estar, se mueven con equipos autóctonos de luz. Fraga atravesó ayer el caldo
marrón de fango hasta la iglesia de Benegida, invadida por las aguas. Este pueblo sera
destruido en su totalidad, ya que los destrozos son irrecuperables. La desesperación domina el
ambiente, aunque algunos hacen gala de esa especie de sarcasmo que caracteriza a los
valencianos para decir amargamente: «Don Manuel, creo que han solicitado el premio Nobel
para el ingeniero que hizo la presa.»
Los Land-Rover en donde viajábamos tuvieron innumerables dificultades para abandonar la
zona afactada y Fraga volvió a escape a Castellón, donde debía pronunciar un mitin. Por la
mañana pronunció otro en Alicante, rebosante de público. En la zona del cauce del río Júcar,
los árboles son esperpentos cubiertos de barro y las casas fantasmas de lo pue fueron. La
situación de Benegida y Cárcer no ha sido conocida hasta ayer. Fraga ha sido e) único de los
líderes hasta el momento que ha podido comprobar «in situ» la gravedad de la situación. El
líder de AP había estado por la mañana en Alicante y en los pueblos de la vega baja del
Segura. En Alicante, Fraga bajó hasta e) mar y, cubriéndose de barro, saludó al presidente
nacional de la Cruz Roja. En el barrio de San Gabriel, todavía anegado, el Ejército intenta
habilitar un puente para las comunicaciones. «Nosotros no queremos molestar —dijo—; nos
volvemos.» Luego comentaría que mientras se habla todos los días del Ejército, «etlos están
attf trabajando».