JAVIER GONZALEZ-ESTEFANI (AP-PDP) «La regulación en las empresas provoca la crisis.»
—¿Cree que los problemas surgidos en torno al mundo del consumo han perjudicado a la
pequeña y mediana empresa?
—La industria de la alimentación se está viendo afectada por la actuación de unas personas
que ni siquiera se les puede llamar empresarios. Pero lo más grave de este problema para la
industria son las consecuencias a largo plazo, quizá basadas en un intervencionismo del
Estado que provoque una regulación en determinados sectores. El exceso de regulación ha
hundido muchas empresas y este ejemplo lo vio muy claro en Estados Unidos el presidente
Reagan, con una política económica cuyos aspectos fundamentales en esta materia han sido la
reducción de impuestos y de regulaciones a las empresas. A un industrial que se le exigen gran
cantidad de requisitos para poder fabricar o distribuir o envasar un determinado producto, se le
obliga en cierto modo a incrementar los precios de venta, porque el coste de la producción
también es elevado.
—En este sentido, ¿debe el Estado de regular las condiciones de producción de las empresas?
—No cabe duda de que e! Estado tiene que hacerse cargo de una vigilancia, pero no debe
pecar por excesos. Si lo hace estará promoviendo un motivo de crisis de los empresarios.
—¿Cuál es la situación por la que atraviesa la pequeña y mediana empresa?
—Hay que tener en cuenta que más de dos tercios de los empresarios de hoy son obreros de
ayer, hombres que decidieron en su día independizarse y poner su propio negocio. Y ahora,
precisamente ni siquiera sus propios hijos quieren hacerse cargo del negocio familiar. No
pueden realizar nuevas inversiones, porque los beneficios son nulos, y tampoco puede pedir
créditos porque los intereses son muy elevados.