DESPUÉS DEL ESCRUTINIO
Los resultados de las elecciones generales constituyeron ayer la noticia de la jornada. Ahí están. Hombres
y nombres, partidos, pro gramas, talantes poli-ticos. PSOE y UCD, ganadores en Córdoba, con muy
escasa diferencia a favor del Partido- Socialista, en cuan to al Congreso. Triunfo socialista en el Senado.
Las fuerzas están repartidas, equi libradas. Fuerte empuje del PSA, aunque no ha conseguido escaño. en
Córdoba. El refifíóna-iismo se impone. Nadie esperaba quizás el número de votos canse guiaos, pero
invocar el nombre de la tierra de uno es algo que tiene tma garra enorme. O/a id no se convierta´ en len
espejismo, porque no podemos olvidar que en estos primeros pasos democráticos los votos emitidos
tienen un sello de confianza más que de otra cosa-Hasta ahora, es lógico, casi nadie ha demostrado nada.
Pero la confianza corre el enorme peligro de naufragar;
A primera vista, y a juzgar par el número de votos, el PSOE parece perder un poco _de terreno. Sus
dirigentes tomarán buena cuenta paira no dormirse en los laureles. Quizás, ten ga que jugarse en el futuro
la carta del "talante socialdemócrata´´ o del "talante marxiste", ambigüedad qué ha preocupado y preocupa
a muchos sectores, incógnita que tendrá que despejarse, más tarde o más temprano. UCD cuenta con un
bloque importante de cordobeses que respaldan a sus diputados y que han vuelto a depositar la confianza
en su programa político. El PCE sigue ganando adeptos. No • podemos olvidar que el PCE es un partido
serio, bien organizado, que conoce perfecta/mente el terreno que pisa.
Ahí están ya tos resultados, prácticamente inamovibles. Y ¿ahora, qué? Es la gran pregunta del
electorado-A escala superior, ahora, a gobernar. A escala nuestra, a escala lo-val, ahora, a colaborar: Al
menos, esa sería nuestra petición a los flamantes parlamen torios. El país tiene pen diente una serie de
problemas gravísimos- Su solución debe ser prioritaria y ponerse por encima de cualquier in teres de
partido. Unos gobernantes y una oposición que antepusieran sus muras políticas a la indispensable cola
horadan en torno a esos problemas, cometerían un auténtico cri mera contra el país y contribuirían
decisivamente a que el pueblo acabase de perder la fe en la democracia.
Los parlamentarios cordobeses tienen unas metas comunes: las pro blemas de Córdoba. No entramos en
técnicas, ni en fórmulas. Ahora, eso si, tenemos pleno derecho a pedirles que se esfuercen por conseguir
esas nietas, por solucionar esos problemas que nos rodean. Para ello, se Impone una colaboración tenaz-
Puede ser el mejor camino de nuestra convivencia y de nuestro futuro.
ABEL