LA COLUMNA
TRIUNFO EL CIVISMO
CUANDO escribo esta croniquilla de urgencia, al filo del cierre de los colegios electorales, la única
conclusión cierta que se puede sacar es que los españoles han demostrado un aJto grado de civismo.
El centro de prensa es un hervidero. Centenares de periodistas de todo el mundo se han dado cita en esté
corazón de la noticia. Lo que pasa en España interesa hoy en los cinco continentes. Y el "test de las urnas"
ha sido positivo.
La gente ha dejado mal a los catastrofistas y a los agoreros del desencantó. La concurrencia a las urnas ha
sido, según todos los indicios, superior a la prevista, a pesar del latigazo invernal que ha azotado a
muchas regiones. El viento siberiano, la nieve y la lluvia no han encerrado al personal en casa.
Los españoles esta vez han acudido a votar contra viento y marea. Y eso que parecía que la campaña
electoral había sido gris y aburrida. Si la democracia es participación y responsabilidad, como parece, el
pueblo español ha dado el 1 de marzo un magnífico ejemplo de talante democrático.
LA responsabilidad se ha demostrado también en la tranquilidad con que ha discurrido la jornada.
Los pequeños .incidentes, aquí y allá—¿cuándo se va a normalizar el censo?—, no empañan el ambiente
de serenidad y de orden que ha caracterizado a este día de las elecciones. Las Fuerzas de Seguridad del
Estado y el Ejército han estado, más que nunca, al servicio de la democracia, custodiando las urnas.
Quizás, en este sentido, lo más llamativo ha sido la presencia del porta helicópteros "Dédalo" y de varias
fragatas en las costas vascas. Tampoco hay que extrañarse. Al fin y al cabo, es en el País Vasco donde
más amenazada está la democracia española. Es de esperar que estas elecciones, junto con las inminentes
municipales contribuyan a serenar los ánimos en aquella entrañable tierra. Pero no hay que hacerse
muchas ilusiones. El "problema vasco" está aun lejos de resolverse.
PUEDE afirmarse en cualquier caso, que, a juzgar por la forma como se ha desarrollado esta jornada
electoral del 1 de marzo, la democracia está ya sólidamente consolidada en España. Los hábitos
democráticos—a pesar del paro, la delincuencia, el terrorismo y los desequilibrios regionales—van
prendiendo en el pueblo .español. A la larga, el triunfo del civismo es más importante que el triunfo de
una •a otra candidatura/España no está por la confrontaciones sino por la concordia; no está por las
extremosidades. sino por la moderación.
Abel HERNÁNDEZ