LA COSECHA TRIGUERA
Insistimos: unos 45 millones de quintales métricos
Desde la meseta alta a las tierras más meridionales de España el campo ha vuelto a sentir los efectos de la
canícula. Pero ya las mieses están hacinadas en los ejidos o agavilladas en los rastrojos. Aunque en
cualquier momento pueden producirse nuevas tormentas, sus efectos devastadores no pueden ser ya tan
importantes, en el orden cerealista, como hallándose en pie las plantas. Es, pues, llegada la hora de
formular un cálculo casi definitivo de la cosecha.
Hace varias semanas dimos a conocer el pronóstico, hecho a base de nuestra propia Información;
pronóstico que confirmamos hoy. Especie por especie, producción trigo mayor que la de 1958, sin excluir
el trigo, para, el que mantenemos la cifra de 4.500.000 toneladas, lo que representa entre 100.000 y
200.000 toneladas más que la producción obtenida el año pasado. Creemos que las cifras oficiales, que
oportunamente serán publicadas, girarán en torno a esos 45 millones de quintales métricos.
Las temperaturas extremadamente alias de la segunda quincena de julio y la larga serie de tormentas
producidas a, continuación sobre gran parte del país, y de manera especial en la mitad Norte, donde gran
parte del trigo estaba sin segar, han sido la causa de que no podamos alcanzar el volumen de cosecha
previsto en el mes de junio.
Según el informe correspondiente al mes de junio, divulgado por el Servicio de Estadística del Ministerio
de Agricultura, son 4.360.000 hectáreas las que fueron sembradas de trigo para la actual campaña. ¿Qué
media de producción se obtendrá por unidad de superficie? Persona tan enterada de estas cuestiones como
el jefe del Servicio Nacional del Trigo, señor Cavero Blecua, dice en el magnífico volumen recientemente
publicado, acerca de la labor realizada por aquel organismo desde que fue creado, que el rendimiento por
hectárea ha aumentado desde 8,89 quintales en el período 1931-35 a 10,47 en el trienio 1954-57. Nos
parece muy prudente ese cálculo y valedero para esta campaña si consideramos que hay que contar con
los efectos causados en los trigales de Extremadura, Andalucía y Levante por los fríos tardíos de
primavera y con los perjuicios producidos por las vaharadas de fuego y por las tormentas a que antes nos
hemos referido. En parte, o en su totalidad, esas reducciones están compensadas por la buena cosecha en
Aragón - misérrima en 1358 por lo que se refiere a los secanos - y por los mejores resultados conseguidos
en Tierra de Campo?.
Tenemos, pues: hectáreas de trigo, 4-360.000, por 10,47 quintales métricos, un total de 45.647.200
quintales métricos, frente a 43.000.000 que en nuestro resumen del año agrícola, publicado el día 30 de
diciembre de 1958, cifrábamos la cosecha de ese mismo año, sin que hasta ahora sepamos que oficial ni
oficiosamente haya sido modificado ese cálculo.