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EL CULTIVO DEL ARROZ
Desde 47.000 hectáreas, en el quinquenio 1931-35, se ha pasado a más de 67.000, en 1960. Grandes
excedentes, difícilmente exportables
Por ELÍSEO DE PABLO
Entre los cultivos que tienen su arranque histórico en períodos muy anteriores a la Era Cristiana figura
con particular especificación el del arroz, cuya área de expansión era ya Inmensa antss de que los arabes
lo Implantaran en nuestro suelo al correr del siglo VIIl. Se señala como reglón en la que aquéllos
realizaron los primeros ensayos la vega baja del Guadalquivir, para Instaurarlo más tarde de manera
definitiva en si litoral levantino, donde no tropezaban con las dificultades que oponían las riadas del gran
rio bético, cuyas marismas han vuelto ahora por sus fueros, como si quisieran enlazar el presente con el
pasado en orden a la riqueza arrocera. Transformando el sucio mediante costosísimos trabajos, producen
hoy aproximadamente un 28 por 100 de la cosecha nacional; es decir, alrededor de 100.000 toneladas,
recolectadas en las Islas Mayor y Menor y en las marismas de Lebrija y Las Cabezas, en una superficie de
15.000 hectarias, De éatas toas de 2.5OO se dedican a variedades especiales. El resto corresponde a las
que son tipicas del clima mediterráneo.
En otro lugar de esta monografía nos referimos a la que hoy se nos presenta ya como desorbitada
expansión de este cultivo, que sube Ebro arriba, penetra en las anchas tierras del bajo Guadiana e incluso
prospera en zonas del centro de la Peninsula, mientras en Levante se multiplica en los cotos en el
transcurso de los últimos años. La necesidad de cubrir perentoriamente vacíos de carácter nacional, en el
ámbito de la alimentación, originó ese desbordamiento arrocero, que acertadamente fue estimuhdo por el
Poder público. La escasez de otras producciones de fácil absorcion popular determinó un aumento
considérable del consumo, y el arroz pasó a constituir un elemento esencial en la dieta alimenticia Incluso
en reglones que se significaron hasta entonces por su falta de inclinación hacia tan preciado cereal,
Paulatinamente fueron normalizándose las producciones generales de nuestro campo, y a partir de ese
momento se pudo apreciar que si no existía posibilidad de exportar cantidades sustanciales de arroz nos
vería mos rápidamente poco menos que anegados por los excedentes. En diversas ocasiones nos hemos
permitido señalar este riesgo y la necesidad de contener, y hasta de reducir en la medida necesaria, la
superficie, tendencia que puede apreciarse, actualmente en las esferas oficiales, cuyos éxitos en lo que se
refiere a la racionalízción de cultivos esenciales son a todas luces evidentes.
Según todos los cálculos, basados en la capacidad nacional de consumo a, lo largo de las ultimas
campañas, el mercado interior no puede absorber, en condiciones normales del abastecimiento general de
productos alimenticios, una cantidad superior a 300.000 toneladas de arroz. Y la realidad es que en varias
campañas ha sido deslíordada. la producción de 400.000 toneladas, dejándonos un remanente anual de
alrededor de 100.000. El año pasado fue menor porque las lluvias del periodo de la recolección dejaron
bastante grano en condiciones inapropiadas para el consumo humano, grano que se destinó a pienso para
el ganado, En 400.000 se calcula también la producción de 1960, pero a última hora y como hace un año,
los grandes temporales de lluvia han perjudicado gravemente a la cosecha de las marismas del
Guadalquivir, daño que según autorizadas estimaciones podría cifrarse en el 20 por 100 de la producción
de esa zona, producción del tipo de 100,000 toneladas, como ya hemos dicho-, Es probable que por
exceso de humedad, a las 20.000 toneladas representada por ese 20 por 100 haya que darlas otro destino
que ho sea el normal, Es evidente que ge procura por todos los medios descongestionar por el camino de
la exportacion el mercado nacional; pero resultaría excesivamente arriesgado, formular precisiónes al
respecto, Si en los horizontes internacionales se puede abrir alguna vía de penetración estamos seguros de
que será abierta, Por el momento nuestras impresiones particularisimas deducidas principalmente de la
saturación arrocera por que atraviesa el Lejano Oriente y por la imposibilidad de competir en el exterior
en cuanto a cotizaciones, dados nuestros altos costos de producción, dejan muy poco margen al
optimismo. Y ahí están los sobrantes, que gravitan como un peso muerto sobre la economía arrocera y
sobre el sector productor, Son de esperar, por consiguiente, decisiones oficiales de importancia al
proceder a ordenar la próxima campaña en lo que se refiere a superficie de siembra.
E. de P.