CONTRATIEMPOS EN LA RECOLECCIÓN POR LAS LLUVIAS
FAVORABLE CAMBIO DE PERSPECTIVAS EN LAS COSECHAS DE OTOÑO
EN ELLAS PODRÍA HALLAR EL SECTOR AGRARIO UNA COMPENSACIÓN AL SIGNO
CEREALISTA NEGATIVO
Por Elíseo DE PABLO
Los días transcurridos desde el jueves de la semana pasada no han sido buenos para los trabajos,
mecanizados o no, de recolección de cereales y trilla, Las tormentas y, en regiones enteras, lluvias con
características de temporal, los paralizaron por completo.
A lo largo de 200 kilómetros recorridos al comenzar la presente semana por tierras de Castilla la Nueva,
no hemos visto signo alguno de actividad en el campo ni en las eras. Máquinas y segadores permanecían
en poblado. Mieses agavilladas en extensos parajes, y hacinas en los ejidos, en espera de que despeje el
tiempo.
No resultaba fácil marchar por la campiña fuera de las vías de comunicación. Estaba la tierra muy
reblandecida, y, en muchas partes, encharcada.
Estos contratiempos laborales no contrarían demasiado al agricultor, en tanto no se prolonguen
excesivamente. Lógicamente ellos saben mejor que nadie el venero de riqueza y de tranquilidad que
representan estas lluvias, ya no para los cereales, por supuesto, pero si para los demás cultivos que
complementan a los de verano y para la ganadería.
Enlazada con. las cosechas cerealistas está la de maíz, del que se espera una producción superior a la del
año pasado, dada la buena forma en que evoluciona esa gramínea, incluida la de secano, desde los
primeros días de junio. Esto es muy importante, como lo es también la posibilidad de que se logren
buenos pastos de verano, contrariamente a lo que se temía hace unas semanas, en que las perspectivas
eran de tener que suministrar pienso de sostenimiento a los rebaños en pleno período veraniego.
—Vamos a tener buena barbechera y mejor rastrojera—nos ha dicho en. Añover del Tajo un pastor que
acababa de sacar del aprisco su hato lanar. En igual sentido nos informan desde otras regiones, con lo cual
llegamos a la conclusión de que el panorama ganadero ha mejorado en cuanto a disponibilidades
herbáceas, precisamente en el momento en que, por lo que se reitere al ganado lanar, está perfilándose la
futura proliferación.
Sin desentendernos de las molestias momentáneas y aun de los perjuicios que ocasionan o pudieran
originar las precipitaciones, en tanto no sean sólidas, nos parece que el agua que ha caido durante los
últimos ocho días tiene trascendental importancia, porque de la misma deberán deducirse muy dichosas
consecuencias para la totalidad de las producciones de otoño y hasta para las de otoño-invierno. Incluso
ha llegado a tiempo para afianzar la recuperación del trigo en las provincias de ciclos más tardíos, por
hallarse todavía en fase de granazón.
Considerado todo esto, contemplamos hoy con más optimismo el panorama agrario general, porque nos
parece vislumbrar que el mayor fallo—ciertamente lastimoso e importante, aunque con gradaciones—con
que nos enfrentamos es el cerealista.
Como decíamos antes, las cosechas de otoño pudieran imprimir un giro distinto y más positivo de lo que
hace un mes se esperaba, a la economía campesina.
E. P.