TARDÍA VOZ DE ALARMA DE LA F.A.O.
«LA PESTE AFRICANA HA HECHO SU APARICIÓN EN FRANCIA Y AMENAZA A TODO EL
GANADO PORCINO DE EUROPA»
MAS DE SEISCIENTOS MILLONES DE PESETAS SE HAN PAGADO YA EN
INDEMNIZACIONES A LOS GANADEROS ESPAÑOLES
Pérdidas incalculables por diversos conceptos, como consecuencia de la terrible epizootia
Por Elíseo DE PABLO
Abril de 1960.—La peste porcina africana se propaga a España, desde Portugal, por Extremadura, e
invade extensas comarcas de Badajoz. Su difusión era fulminante al amparo de la indefensión sanitaria,
en ese aspecto, de los dos países peninsulares. Por lo que se refiere al país vecino, dicha epizootia tenia su
antecedente en 1957, en cuyo año las autoridades sanitarias de los dos países celebraron reuniones de
urgencia, adoptándose entre otras medidas la de retirar el ganado porcino a diez kilómetros de la frontera
en ambas territorios. Siguio un periodo de silencio, y en 1959 dominó en los medios competentes
portugueses la Impresión de que la enfermedad estaba extinguida. El "despertar" de ésta en 1960 fue
terrible para la Península Ibérica. Por cientos de miles morían o eran sacrificados preventivamente los
animales en Portugal y en el sudoeste de España. Se improvisaban crematorios, o se abrían zanjas para
calcinar con cal viva los cadáveres. La Dirección General de Ganadería, cumpliendo instrucciones del
ministro de Agricultura, movilizaba equipos de técnicos y de biólogos para luchar en el campo e
Investigar en los laboratorios. Había que identificar el virus y producir una vacuna que no existía en
ningún país. Estaba amenazado todo el censo porcino de Portugal y de España, y, per lo tanto, también
estaba amenazado el del reste de Europa.
ACTITUD DE LA F. A. O.
¿Qué hacía, mientras tanto, la Organización de Alimentación y Agricultura de la O. N. U—F. A. O.—?
Destacó un delegado que llegó a nuestro país. Este delegado inquirió, se informó, y expresó su
conformidad "con las medidas sanitarias adoptadas en nuestro suelo". Posiblemente como consecuencia
del informe que debió presentar aquel especialista, la F. A. O. mostró cierto interés por los trabajos de
nuestros laboratorios y por los diagnósticos de nuestros técnicos, a la vista de los cuales patrocinó un
curso de enseñanza, que se celebró en España, para, que los técnicos de otros países europeos asimila-
vez que advierte a los ganaderos que "la aparición de esa enfermedad en suelo francés constituye una
grave amenaza para la ganadería europea". Poco antes, el especialista veterinario de dicha organización,
Dr. Ross Cocbrill, había declarado: "A menos que la enfermedad, que afecta principalmente a Francia, no
sea detenida. puede extenderse el mal a través de todo el Viejo Continente, matando a millones de
cochinos y produciendo la infección en los productos de charcutería." Y concluía: "Hasta ahora no se ha
encontrado remedio eficaz específico, ni vacuna contra la peste."
Es plausible la advertencia difundida por la F.A.O. El énfasis puesto en la declaración permite seperar que
aquel organismo de las Naciones Unidas movilizará otra vez todos los poderosos medios con que cuenta
para cerrar el paso al virus devastador desde Francia: o por lo menos significa que desea poner en estado
de alerta a toda Europa con vistas a ulteriores decisiones, como en los casos ya citados de las epizootias
en el Oriente Medio.
Confortan esos testimonios de solicitud y de apoyo de la F. A. O., en la misma medida que nos ha
decepcionado su "estar al pairo" mientras la Península Ibérica afrontaba y sigue afrontando, a cuerpo
limpio, el persistente ataque de la peste. Al respecto es significativa la especificación del doctor Ross
Coekrill: "A menos que la peste que afecta "ahora" principalmente a Francia, no sea detenida..." No,
doctor Ross. La peste afecta fundamentalmente a Portugal desde hace siete años; y a España, desde hace
cuatro. Lo de Francia son focos iniciales que deseamos sean erradicados rápidamente.
LOS TRABAJOS BE LOS BIÓLOGOS ESPAÑOLES
Desde que el virus apareció en "Europa" —Portugal y España—, hasta que se ha pronunciado ese
singularísimo "ahora", es probable que hayan muerto o hayan sido sacrificados en la Península Ibérica
más de un millón de reses porcinas. Durante este tiempo, los investigadores portugueses y españoles,
partiendo de cero, han logrado algo que no sólo desautoriza en cierto modo la conclusión a que llega el
doctor Ross Cockrill de que "no se ha encontrado remedio eficaz específico, ni vacuna contra la peste
porcina africana", sino que además revela olvido o inexplicable falta de información, por su parte, acerca
de los resultados obtenidos por nuestros biólogos, resultados que consisten en una vacuna que viene
aplicándose con carácter experimental, de efectos que no nos atrevemos a calificar más que como
"discretos", en tanto prosiguen las investigaciones con la esperanza de alcanzar el mismo éxito que
coronó los trabajos de nuestros laboratorios al descubrir el "remedio específico eficaz"—que no existía en
el mundo—y que erradicó de España la fiebre catarral ovina o "fiebre azul", por cierto, también de origen
africano.
Reconocemos que no está exenta de justificación la roz de alarma que la F. A. O. acaba de dar.
Efectivamente, el peligro es grande para toda la ganadería porcina continental. Lo ha sido, en realidad,
desde 1957. Quién sabe si la F. A. O. tendrá que recurrir a España para que aporte a la lucha contra la
peste porcina africana que "ahora" se ha declarado en Francia, la experiencia y los logros alcanzadas por
los investigadores españoles, en la terrible estela de cientos de miles de cerdos muertos en nuestro país, de
centenares de millones de pesetas gastados, y de pérdidas incalculables por los conceptos mencionados ya
en este mismo trabajo, mientras la F. A. O. dormitaba...