PAGINAS AGRICOLAS
CULTIVOS - GANADERÍA - INDUSTRIAS DERIVADAS
LA REMOLACHA, EL AZÚCAR Y SUS PRECIOS
ES ya una realidad confortadora para los cultivadores, la esperada revalorización de la remolacha
azucarera. Estaban, en el ambiente desde el comienzo de la campaña anterior problemas de tan alta
entidad como la proyectada revisión de precios de otros productos del campo —trigo, cebada, centeno,
maíz, sorgo—; el referente a la bonificación a loa cultivadores de tabaco en virtud de los mayores gastos
que rejpresentaba la lucha contra el "moho azul", que en la campaña anterior corrió a cargo del Estado; la
catástrofe producida por las heladas en la cosecha de cítricos; las inundaciones en Cataluña y en la cuenca
del Guadalquivir; las fuertes incádeneias derivadas de cosechas sucesivas muy deficitarias o desastrosas
en la cuenca del Duero; la terrible y costosa pesadilla—que no ha terminado aún—de la peste porcina
áfricana; el grave conflicto planteado en los medios vínico-alcoholeros por el alcohol metílico, que
desvencijó esos mercados y exigía la adopción de medidas de defensa de ambas riquezas que evitasen su
hundimiento definitivo en el momento de transición de la vieja a la nueva campaña—y ahí está la
reactualización de las actividades de la Comisión de Compra de Excedentes—. "Esos problemas, entre
otros, formaban un enorme cúmulo de obligraciones estatales de orden asistencial, en forma muy diversa,
a los damnificados, obligaciones que exigían nervios de acero en la administración pública y un alto
sentido de solidaridad de todos los estamientos sociales, porque en definitiva son estos los que, de un
modo directo o indirecto—por repercusión en los precios en los productos de consumo, o por
aportaciones del erario público que todos sin excepción contribuimos a formar—, los que soportan la
política, de apoyo y estimuló a los sectores que lo necesiten.
El invierno dibujó un sombrio panorama agricola para, 1962; perú, posteriormente, prodigios de orden
meteorológico cambiaron por completo, en sentido favorable, el cuadro de la campiña nacional. El sector
productor algodonero puso sordina a sus aspiraciones, limitandolas, para esta campaña a que se
mantuviese inalterable el producto que percibieron en la anterior. Hoy tienen 1a satisfacción de estar
recolectando una, cosecha, buena en cantidad y calidad, que para ellos va a representar una suma
oscilante entre 4.700 y 4.800 millones de pesetas. Por el contrario, en el ámbito remolacheio hubo
»».*u-ws que expresaron vivísima impaciencia por conseguir un valor más alto para la raíz verde de la
cosecha que también sigue recolectándose en estos momentos. Entonces nos permitimos sugerir serenidad
y confianza porque todos loa indicios que habíamos captado en el ámbito oíicial resultaban
esperanzadores. pues parecía próxima la hora de revisar los precios de la materia prima, si no para la
campaña 1963-64 (en forma de bonificación), sí para la de 1964-65, como ha sucedido. Temíamos la
reducción de superficie, más que por las consecuencias que pudiera tener para el abastecimiento interior
de azúcar, pues siempre quedaría el recurso de la importación, por las posibles e imprevisibles
repercusiones dr orden negativo en la economía de los que se decidieran a sustituir la remolacha por e1
cultivo de otros productos perecederos y de comercialización libre, como el de la patata. Y aquí está el
desastre patatero que preveíamos, provocado por una producción que, según parece, superará en cerca de
un millón de toneladas a la que se obtuvo el año pasado.
Tenemos ya un .precio base de 1.245 pesetas para la tonelada de remolacha que se obtenga en ,1964-65,
lo que representa un aumento de 270 con respecto a 1963-64, Y, por consiguiente, el precio del azúcar
blanquilla sube: pasa de 13 pesetas a 15,50 el kilo.
Séanos permitido decir que no vemos con claridad el motivo por el cual ese aumento de la cotización del
azúcar se pone por delante de la futura cosecha a la que se aplica la reivalorización de la raíz.
Previsoramente, los organismos responsables del abastecimiento nacional, vista la reducción del área
remolachera en esta campaña resolvieron comprar en el exterior 200.000 toneladas de azúcar, pues si,
como parece fuera de toda duda, el consumo interior ha crecido tan vertiginosamente que necesitamos un
mínimo de 600.000 toneladas por año, y vamos a cosechar unas 400.000, ungía evitar que se produjese
una situación de escasez. Oficialmente se dio por realizada la compra de aquellas 200.000 toneladas a
precios que permitían—así se afirmó garantizar la estabilidad del azúcar en 13 pesetas kilo hasta marzo
del año próximo, pero súbitamente se ha resuelto implantar el de 15,50, aplicado a todas las existencias
actuales en territorio nacional.
Participamos de la perplejidad general por tan sorprendente cambio que incluso se atribuye a los efectos
devastadores de tornados en otras latitudes y a la subida de precios en el mercado internacional.
Naturalmente ambas cosas responden a una realidad manifiesta, pero nos parece que la repercusión de
tales factores seria más lógica si se aplicase a las compras que se hayan hecho, o que fuese necesario
hacer, con posterioridad, a aquellos sucesos, que a las realizadas previamente. En todo caso, y puesto que
el aumento del precio del azúcar afectará al que obtenga en la presente campaña, la remolacha de la
misma debería pagarse con arreglo al precio base fijado para 1944-45.
¿Existe en las esferas competentes un estado de opinión concordante con nuestro punto de vista? Creemos
que se trata de un asunto de tan alta entidad que requiere autorizadas puntualizaciones.