MAGNIFICA CALIDAD DEL ALGODÓN COSECHADO EN ESPAÑA
SE PRODUCEN TODAS LAS GAMAS DE LONGITUDES, DESDE SIETE OCTAVOS HASTA
SUPERAR AMPLIAMENTE LA PULGADA
El empleo de variedades adecuadas, la eficacia de la lucha contra las plagas y el perfeccionamiento de los
métodos de cultivo son claves del éxito alcanzado
Por ELÍSEO DE PABLO
COMPLETAMOS con este trabajo la monografía qué publicó A B C -del 30 de diciembre .pasado sobre
el cultivo del algodón en España, que ha pasado por muchas y grandes alternativas desde su iniciación en
el siglo XVII hasta que toma carta de naturaleza tan pronto como concluye la Cruzada Nacional, y
adquiere definitivo impulso en 1952 hasta obtenerse 290,000 balas fibra de a 220 kilogramos en 1959,
que se elevan a 320.000 en 1960, no obstante los graves perjuicios y trastornos originados por los grandes
temporales de lluvia que se produjeron durante el otofeo último y enero de este año. Como ya hemos
dicho en anteriores comentarios, sin. tan grave contratiempo de orden meteorológico la cosecha de fibra
habría superado la cifra de 350.000 balas. El cultivo algodonero constituye, en efecto, una de las grandes
conquistas agroindustriales españolas; pero esa conquista no llena todos los objetivos propuestos, por
cuanto la producción algodonera es susceptible de mayor desarrollo aún para alcanzar la meta ideal: llenar
las necesidades totales del país. Actualmente las cubre en la proporción del 75 al 80 por 100. Muy
recientemente el ministro de Agricultura, don Cirilo Cánovas, decía refiriéndose al algodón nacional que
"es una satisfactoria realidad" y que "se estudiará la nueva estructuracion para perfeccionar e impulsar la
productividad del mismo".
Técnica y prácticamente han sido superadas las dificultades, con lo que siguen abiertos e incluso
dilatados, los horizontes, a esa gran fuente de trabajo y de,riqueza explorada tímidamente ¡desde haca dos
Siglos! y no explotada con afán de progreso y espíritu nacional hasta que las circunstancias creadas a
España por una turbia e inexplicable hostilidad internacional nos pusieron en el trance, ¡dichoso trance en
fin de cuentas!, de obtener en nuestro suelo aquello de que se nos privaba por táctica, o que no podíamos
adquirir por carencia casi absoluta de divisas.
Pot segunda vez, don Acisclo Muñoz Torres, ingeniero director del Servicio del Algodón, dependiente del
Instituto de Fomento de la Producción de Fibras Textiles del Ministerio de Agricultura, se presta
gentilmente a contestar a nuestras preguntas acerca de los diversos aspectos que presenta el progreso
alcanzado por el cultivo del algodón en nuestro país:
—¿Cuál es y cómo se determina la calidad del algodón nacional?
—La calidad del algodón sa determina por dos condiciones primordiales: grado y longitud de la fibra. El
primero refleja el estado de limpiezia, del algodón, su color y su aspecto, por comparación con unos
patrones que en España son, para el algodón de tipo americano, los oficiales del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos, en tanto que son especiales, para el algodón nacional, los de tipo
egipcio. El grado depende fundamentalmente de la forma y momento en que se hizo la recolección,
aunque también puede estar influido por los efectos de los ataques de plagas. Como aquélla se efectúa en
España a mano, tiene, en principio, una considerable ventaja sobre el de otros países en que se realiza a
máquina. Este segundo sistema, si bien abarata la operación, condena en cambio al algodón a contener
materias extrañas que luego resulta muy difícil eliminar en sucesivas operaciones, y aún así es a costa de
castigar y enmarañar la fibra. De otra parte, como ya hemos dicho, el algodón de secano madura y es
recogido antes de las lluvias de otoño, por cuya razón está siempre prácticamente seco y blanquísimo. No
ocurre lo mismo con los de regadío, que por tener un período de recolección, más largo están más
expuestos a la lluvia, que puede ensuciarlo al provocar su caída, o por comienzo de putrefacción en la
semilla o en otras partes del fruto. Pero aún con eso, el caso más general en España es que el algodón se
vea dañado sólo en las ultimas recogidas, por lo cual el grado medio es magnífico. Como confirmación de
ello, teniendo en cuenta que la cosecha de 1959 no fue de las mejores, sino más bien baja en calidad; y
que el tipo que se toma como base de referencia para el grado de algodón americano es el llamado
"Middllng", diremos que el 32 por ciento fue de esta calidad y el 34 por ciento superior a ella. En 1958
estos porcentajes fueron del 13 y el 76, respectivamente,
—¿Cuál es la gama de longitudes de la fibra aquí producida?
—La, otra característica fundamental de la fibra es la longitud media, que se expresa en fracción dé
pulgada y que depende de la variedad cultivada y de la provisión de agua de que ha gozado la planta en su
período vegetativo. Por éso son siempre mes cortas las fibras de las variedades de ciclo corto y las de
algodones de secano, variando estas últimas con ia pluviosidad. En conjunto se produce en España toda la
gama de longitudes, a partir de los siete octavos de pulgada, hasta las que superan a la pulgada en 5/32 de
ella. En 1959, las longitudes se distribuyeron en Ja siguiente forma:
29/32 ó menos......... ... 16 %
De 15/16 y 31/32......... 24 "
De pulgada ............ 22 "
Superior a pulgada...... 38 "
100 %
Otras características, además del grado y la longitud, intervienen en la apreciación del algodón. Son
principalmente la finura, la resistencia y la uniformidad. La uniformidad de la fibra nacional está,
forzosamente influida por la división de la propiedad, que hace que en una misma bala estén incluidos
algodones procedentes de cultivadores distintos, lo que afecta algo a la homogeneidad. En cambio, en
finura y resistencia el algodón español es muy bueno, especialmente el procedente de las provincias de
Cáceres, Badajoz y Toledo, que es singularmente apreciado. En resumen: el algodón nacional de tipo
americano, que es al que nos hemos venido refiriendo, es excelente. Y todavía es mejor el de tipo egipcio
por añadirse las cualidades innatas de su clase. No obstante, hemos de hacer una salvedad circunstancial,
debido a las intensas lluvias de loa últimos meses, lluvias que por su excepcional cuantía y persistencia
causaron graves daños a los cultivos y produjeron importantes trastornos a todas las actividades agrícolas.
En el algodón, aparte de una merma notable de la producción que se esperaba, han afectado de manera
sensible a la calidad, especialmente en lo que al grado se refiere. Por tanto, la calidad media final
de la campaña 1960-61 se veré claramente resentida respecto a campañas anteriores menos anormales.
—El empleo de semilla seleccionada es
esencial para conseguir producciones y calidades óptimas. ¿Cómo se ha resuelto este aspecto
trascendental del cultivo?
—El problema de la semilla es objeto de atención preferente por parte del Servicio del Algodón,
dependiente del Ministerio de Agricultura, dentro del Instituto de Fomento de la Producción de Fibras
Textiles, Su preocupación es la de distribuir la semilla más adecuada para cada, lugar, procurando aunar
en lo posible la más alta producción por hectárea, con la mejor tialidad de la fibra, la precocidad y la
simultaneidad de la maduración. En primer lugar se somete toda la semilla de siembra a análisis de
laboratorio para asegurarse de que reúne la propiedad germinativa suficiente para garantizar su nascencia.
Una vez elegida la que ha de utilizarse, es tratada por los más adecuados procedimientos y fórmulas de
desinfección, para aumentar su resistencia a las enfermedades y plagas del suelo. Luego se distribuye en
las distintas zonas de cultivo.
Las distintos variedades se siembran en áreas bien delimitadas para evitar las mezclas, y toda la semilla
que proviene de algodones cercanos a los de otra variedad es automáticamente desechada para siembra.
Las mismas precauciones se siguen en las factorías, donde se almacenan separadamente el algodón bruto
y la semilla de distintas variedades; y si ha de desmotarse una variedad a continuación de otra, se limpian
escrupulosamente las máquinas y las conducciones para asegurar la pureza. Es éste un aspecto que no
puede descuidarse y en el que toda la disciplina y vigilancia, por exagerada que pueda parecer, es siempre
poca, En efecto, el algodón es planta muy sensible a las mezclas e hibridaciones, y a poco descuido que
haya se vienen abajo las buenas cualidades de productividad, rendimiento de desmotación y sobre todo de
longitud y uniformidad de la fibra.
Para evitar estos inconvenientes, la actual legislación sobre el cultivo del algodonero impone al agricultor
la obligación de no utilizar, para siembra, otra semilla que aquella que le ha sido asignada. No obstante,
no faltan cultivadores que se impresionan por un nombre de semilla o que se dejan influenciar por
resultados parciales, positivos o negativos y no debidamente contrastados. Por eso se han dado algunos
casos de intercambio, bien intencionados por supuesto, pero que pueden llegar a¡ ser tan graves como el
de probar semillas que proceden de zonas en las que existen plagas de las que esta libre la localidad,
originando así un foco que en el primer año puede arruinar su propio cultivo y el de los vecinos. Cuando
una variedad se ha elegido por considerarla conveniente, se procura multiplicarla en forma tan prudente
como progresiva. La multiplicación se inicia en campos llamados de conservación, donde se vigila el
mantenimiento de su pureza, pasando en sucesivas campañas, y escalonadamente, a su utilización general
en el campo, al que no llega en modo alguno si no está garantizada por su continuo éxito en varios años.
Una importante dificultad en la multiplicación de semilla estriba en el hecho de que, para, asegurar la
nascencia y debido a´ su baratura, se emplean cantidades excesivas por hectárea. Con ello el factor de
multiplicación disminuye considerablemente, por lo que se necesita una superficie desproporcionada de
conservación de pureza o se alarga el tiempo necesario para la extensión de la variedad. Pero pese a estás
dos dificultades, la tarea de conservación, mejora y multiplicación de semilla se lleva a cabo con éxito
satisfactorio.
—.¿Qué procedimiento se sigue en España para obtener variedades nuevas?
—Por no existir ningún tipo botánico de algodón dentro de la flora española y ni siquiera de la europea,
todo el algodón que se cultiva, en España tiene necesariamente un origen extranjero. Ahora bien; sobre
algodones procedentes del exterior se han realizado selecciones que han conducido a la obtención de
variedades que pueden considerarse propias y que se han Ido utilizándo a lo largo de los años con éxito
notable. Destacan, sobre todos, los magníficos resultados obtenidos en matarla de precocidad. Esto ha
permitido extender el cultivo a áreas cada vez más frías. Por ejemplo, en repetidas ocasiones nos hemos
vanagloriado de que en la provincia de Huesca, en Binéfar, exista un núcleo de cultivo, en cuyo centro
está situada la factoría desmotadora más septentrional del mundo, o por lo menos del mundo libre. Sin
embargo, los procedimientos de selección o de hibridación son relativamente lentos si se les compara con
la velocidad de crecimiento que en España ha experimentado el área cultivada, por lo que para el cultivo
de variedades normales es preferible, al menos en principio, recurrir al surtido catálogo de las variedades
extrajeras y principalmente americanas.
—¿Cómo se eligen las variedades extranjeras?
—Todas las variedades extranjeras de que se tiene noticia han sido ensayadas en España, y será muy
difícil señalar alguna de cierta importancia que haya escapado a la atención del Servicio del Algodón y a
su subsiguiente prueba. Entre todas, hay un cierto número de ellas que han destacado como muy
favorables. De éstas podemos citar Acala, Texacala, Coker, Stonoville, Pima, Giza, Karnak, Delta and
Pine, Empire, Bobshaw, Delfos, Rex, Paymaster, etc., casi todas con modalidades o estirpes diferentes, El
Servicio del Algodón las ha experimentado, a lo largo de varios años, no sólo en sus numerosos campos
dé comparación, esparcidos por todo el país y atendidos en las más rigurosas condiciones de igualdad,
sino también en fincas aisladas. De ellas se han seleccionado tres o cuatro por ser las que con más
constancia, especialmente en rendimiento por hectárea, pero sin desmerecer en precocidad y calidad de
fibra (cualidades, por otra parte, antagónicas), han dado mejores resultados, a lo largo de varios años, por
lo que las ha importado el Servicio o ha autorizado sU importación para introducirlas en el gran cultivo,
siempre con, la prudencia a que antes nos hemos referido. Las restantes variedades se mantienen en
reserva, pues ante el imperioso problema, de conservación de la pureza, en evitación de degeneración
rápida, nuestra tendencia es, igual que en otros, países, a mantener en cada zona el menor número posible
de variedades.
—¿Qué otros problemas técnicos plantea el cultivo algodonero?
—Aparte de la preparación adecuada de la semilla y de la lucha contra las plagas, diversos problemas del
cultivo son objeto de la, atención constante del Servicio, y en muchos de ellos se ha llegado a soluciones
favorables, asimiladas ya por los agricultores. A modo dé ejemplo citamos las experiencias sobre el
espaciamlento aconsejable de las plantas, principalmente en el cultivo de regadío. Ésto ha permitido
modificar el marco de siembra, haciéndolo más apretado, con influencia bien notable en favor del mayor
rendimiento unitario y venciendo una anterior rutina que insistía sobre espaciamlentos amplios. Los
despuntes, las dosificaciones de agua para el riego y las formas de abonado se estudian también,
consiguiéndose muchas veces resultados que marcan orientaciones claras, como la de aumentar el empleo
de abonos nitrogenados de asimilación rápida, con una prudente limitación de los de asimilación lenta.
Tampoco puede olvidarse, aunque éstos no trasciendan al cultivador, los estudios que se hacen en la
factoría de Tabladilla (Sevilla), donde por disponer de laboratorios y de maquinaria apropiada se trabaja
sobre los procedimientos adecuados de desmotación, sobre las características de la fibra, sobre el valor de
la semilla como materia prima para la obtención de aceite, sobre las características de éste, sobre el valor
nutritivo de la harina de semilla de algodón como pienso para, el ganado, sobre el valor de la borra como
materia prima para industrias celulósicas. etcétera
—Tenemos entendido que en España se lucha con éxito contra las plagas del algodón. ¿Cómo se ha
conseguido esa victoria?
—La lucha contra las plagas es otro de los problemas técnicos de envergadura que envuelve e1 cultivo.
Se dice que el algodón tiene muchas plagas, y es cierto; pero la realidad es que las tiene como cualquier
otra planta, sólo que son mejor conocidas por los labradores. La plaga que desde antiguo venía atacando
con la mayor gravedad los algodonales es la del leidóptero "Earias insulana", contra la cual nos
encontrabamos--no hace todavía muchos años—prácticamente indefensos, por desarrollarse en el interior
del fruto y no conocerse insecticidas que tuviesen acción eficaz durante los breves períodos de vida del
insecto fuera de la cápsula, Sus ataques son mucho más Intensos en el algodón de regadío, debido a que,
por alargarse el psríodo de permanencia de la planta en el campo, da tiempo a que la afecte en masa la
ultima fsnsración del insecto. Hasta tal punto en grave el daño que puede decirse que contuvo la
iniciación y expansión del cultivo en regadío, limitándolo prácticamente al secano. Pues bien: esta plaga
está dominada en la actualidad gracias a haberse resuelto técnicamente el problema, y también debido al
celo, digámoslo una vez más, de los agricultores, que no ahorran esfuerzo alguno en su tesonera lucha.
Otro tanto podemos decir de la gravísima plaga del gusano rosado, localizado en la costa mediterránea, y
que, gracias a la severa vigilancia de la circulación de la semilla, no se ha propagado al resto de las
reglones productoras. E1 gusano rosado tiene, además de las dificultades del "Earias", la de propagarse en
el interior de la misma semilla. La adopción de enérgicas medidas de profilaxis, la desinfección de la
semilla por bromuro de metilo en cámaras cerradas y el empleo de eficaces insecticidas nos han dado
igualmente el dominio de la plaga. Y lo que acabamos de decir de estes dos plagas podríamos extenderlo
a otras, tales como el pulgón o el arañuelo, que tambien son eficazmente combatidOS COn
productos idóneos y prácticas adecuadas.
—Quisiéramos señalar con claridad meridiana los progresos generales logrados en el cultivo...
--En la anterior entrevista tocamos ya este aspecto, pero nos interesa ampliar un poco lo que entonces
dijimos. La adopción de variedades adecuadas, la eficacia en la lucha contra las plagas y el
perfeccionamiento de los métodos de cultivo alcanzado por los cultivadores se refleja de manera,
clarísima en los tres gráficos que ahora pasamos a comentar, y que patentizan las mejoras en cantidad y
calidad que va experimentando el cultivo. En el gráfico número uno puede apreciarse el aumento de
producción media en kilos por hectárea desde el año 1953. Obsérvese cómo el algodón de secano, sujeto
inexorablemente a la dependencia de la pluviosidad anual, presenta dentro de sus oscilaciones una notable
tendencia de crecimiento. El algodón de regadío, más independiente del riego atmosférico, sigue una línea
ininterrumpidamente ascendente, y, como consecuencia, la producción conjunta tiene oscilaciones más
amortiguadas, con el resultado también de acusado crecimiento. Debe señalarse que en las comparaciones
con años anteriores al 1963 los resultados son aún más visibles. En el gráfico número dos se refleja el
aumento conseguido en la longitud media de la fibra, también dependiente en secano de la pluviosidad
más que de la clase de semilla. En el algodón de regadío y, como consecuencia, en el conjunto, se observa
con toda claridad la importante mejora alcanzada en los últimos años. Si fuera necesaria una explicación
sobre el ligero descenso que se manifiesta en los afios 1958 y 1959 podemos decir que se debe al hecho
de que aumentó notoriamente la superficie cultivada en las regiones frías, donde la fibra es
necesariamente más corta, y que alguna porción de las zonas dedicadas a altrodón de tipo medio
(tales como la provincia de Toledo y Norte de la de Cáceres) se cambiaron a algodones de .ciclo corto por
comprobarse el estrecho margen de que aquél disponía. Más expresivo es seguramente el gráfico número
3, en el que figura la distribución según longitudes de la fibra obtenida en los años 1953 y 1959,
eliminando los años Intermedios para mayor claridad del dibujo. Cada una de las dos líneas presenta dos
vértices, correspondientes a los dos tipos más abundantes. Representan, el de la izquierda, al secano, y el
de la derecha, al regadío. Se comprobará que la longitud más frecuente, que era la de 13/16 de pulgada, en
secano, ha pasado a ser de 29/32, y que la que en regidio era de 29/32 ha pasado a estar comprendida
entre una pulgada y 1" 1/32. En conjunto, y como importante y clara consecuencia final, observese que
toda la masa limitada por la línea del año 1953 se ha desplazado hacia la derecha para quedar en la
limitada por la línea de 1959. Creemos que estos gráficos hablan por sí solos.
--Por último, señor Muñoz Torres: en un comentario publicado en A B C del 12 de febrero decíamos que,
"por fin", la cosecha algodonera de 1960—más de 310.000 balas—era "record". ¿Considera usted
próximo a la realidad ese cálculo?
—La recolección del algodón bruto no pudo concluir, como es sabido, hasta los primeros días de febrero,
debido a las persistentes lluvias. La producción final de fibra dependerá del resultado de la. desmotación
que, aunque avanzada, tardará aún unos meses en finalizar. Pero sobre los datos de que ya disponemos
nos atrevemos a asegurar que pasará, de las 320.000 balas, cifra superior a la de la campaña anterior, y,
por lo tanto, representativa, en efecto, de la mayor cosecha de algodón alcanzada en España a pesar de las
adversidades meteorológicas del último año.
E. de P.