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CULTIVOS • GANADERÍA - INDUSTRIAS DERIVADAS
AVICULTURA
PROGRESO NO REFLEJADO EN LAS ESTADÍSTICAS
España figura ínternacíonalmente con índices carentes de lógica en lo que se refiere a efectivos,
producción y consumo de huevos y carne
MANTENERNOS EN LA ACTUAL LINEA DE PROGRESO AVIAR DEBE CONSTITUIR UNA
PREOCUPACIÓN GENERAL Y CONSTANTE
Por ELÍSEO DE PABLO
ES la avicultura una de las ramas fanaderas que actuaba ente suscitan mayor interés, porque se la atribute
aún más brillante porvenir, esa cuanto el nivel económico de la población no descienda. No es pura
casualidad que el progreso avícola registrado desde hace dan años haya coincidido con un mayor poder
adquisitivo de aquélla. Por otra parte, una prudente política oficial de aliento y apoyo ha contribuido en
forma decisiva, al desarrollo de tan importante riqueza, desarrollo que tiene hoy esta doble v muy expre,
siva faceta: capacidad para cubrir las necesidades nacionales de huevos y saturación del mercado de carne
de ave.
¿Cuántos aves pueblan, en realidad, las granjas y los gallineros de nuestro país? ¿Cuál es el índice real de
puesta, y cuál el consumo de la doble producción de esas explotaciones? Formulamos estas preguntas
porque estamos sumidos en la más profunda perplejidad. Las estadísticas que con cierto carácter oficioso
y más o menos formal circulan en el interior y en e1 exterior no nos convencen en absoluto. Un censo de
30 millones de ponedoras, de 1as que unos ocho millones corresponderían a instalaciones técnicas se nos
antoja muy por debajo de lo que debe ser la realidad. Indudablemente en ésta como en aironas otras
riquezas una costumbre inveterada de quedarse cortos en la declaración de efectivos y de producción, nos
han llevado a 1a confección de estadísticas deficientes. Nos consta que desde liace algún tiempo se
trabaja con ahinco en perfeccionar o en actualizar con la mayor suma de probabilidades de acierto nuestro
censo ganadero, y sospechamos que esta revisión nos llevará al conocimiento de un estado de situaclon
diferente al que venimos aceptando como bueno. Una de las consecuencias que se deduce de las que
suponemos estadísticas erróneas, es que España figura entre los países de más bajo índice de aves de
producción, y de menor consumo de huevos y carne de ave. Los datos internacionales que conocemos nos
atribuyen un consumo anual "per cápita" de 80 huevos y 700 gramos de carne.
La más pura lógica permite deducir que esos datos que casi resultan afrentosos responden a una
catalogación caprichosa, cuando no irresponsable. Si, por ejemplo, tomamos en consideración que en
España hay 1.470.073 cultivadores directos de trigo, según el registro del Servicio Nacional del Trigo; y
que existe además otro dilatado sector agrícola—probablemente integrado por un número de familias no
inferior a 500.000—, que no es cultivador de aquel cereal porque no lo permiten las espedales
condiciones del clima y del suelo en donde desenvuelven sus actividades, podemos dar por descontado
que en su casi totalidad cada uno de esos dos millones de labradores poseen un gallinero como
complemento Indispensable de la explotación agrícola, ¿Resultaría exagerado asignar una media de
quince aves ponedoras a cada uno de esos gallineros rurales? Pues si nada se opone a ese cálculo
llegamos A la conclusión de que solamente 1a colectividad agraria, el cultivador directo, aporta al censo
avícola nacional la totalidad de los efectivos que se asignan a la nación. Pero es que en las zonas rurales
se encuentra asimismo una ingente masa de braceros u obreros agrícolas fijos y eventuales forreada por
un número no inferior quizá a 1.480.000 familias, a las que hay que añadir las que están integradas por
artesanos, empleados, etc., etc., que por necesidad, por afición o por vía de entretenimiento tienen
también pequeñas colonias de aves de corral, ¿Sería asimismo exagerado atribuir a esos sectores un
millón de gallineros con un promedio de cinco ponedoras? Y por ultimo llegamos a 1a "élite" aviar, a la
avicultura racionalmente organizada y técnicamente dirigida, en granjas, con efectivos no inferiores—
según informes que nos merecen crédito—a ocho millones de Unidades, frente a tres millones en 5934.
La suma de ponedoras de los tres grupos mencionados nos daría un total de 43 millones, Si además
tenemos en cuenta que la producción por ave y año ha pasado desde 80 huevos en el período 1947-53, a
110 en 1960 la conclusión es obvia en lo que se refiere al consumo "per cápita", consumo que sería de
157 huevos, y no de 80 con que figuramos en las estadísticas internacionales. Ppr supuesto la proporción
de aumento del consumo de carne es mucho mayor aun—considerando el índice de 700 gramos que se
nos asigna internacionalmente—si, como suponemos, no son desatinadas las cifras que damos como
lógicas con vistas a una rigurosa, actualízación del censo aviar español. Al respecto deberá
temarse en consideración el hecho de que existen ya muchas explotaciones especializadas en la
producción de carne, con independencia de la de huevos, a la que se debe en buena, parte la saturación del
mercado de aquélla.
Eliseo de PABLO