LA CONCENTRACIÓN PARCELARIA EN ESPAÑA
ESTOS TRABAJOS SON NECESARIOS EN UNOS OCHO MILLONES DE HECTÁREAS
Con los medios de que actualmente dispone el Servicio sólo pueden concentrarse 100.000 cada año
Por ELÍSEO DE PABLO
La concentración parcelarla, una de las obras más trascendentales emprendidas en España para
incrementar la productividad, facilita las transformaciones del suelo y la uitilización, en mayor escala, de
los medios modernos de cultivo. Para conocer el estado de situación de tan importantes trabajos hemos
formulado una serie de preguntas al director del Servicio, don Ramón Beneyto. He aquí las contestaciones
que ha tenido la amabilidad de facilitarnos:
—¿Qué trascendencia atribuye usted a la mejora de las estructuras agrarias?
—Uno de los factores mediante el cual los economistas justifican la desfavorable situación de la
agricultura con respecto a otros sfectores de la economía es su baja productividad comparada con la de
otras actividades. Profundizando en el porqué de esta escasa productividad, los expertos coinciden en que
viene determinada, en parte, por una deficiente estructura de las explotaciones: extensión ´insuficiente de
muchas de ellas, escaso capital disponible, poca movilidad de la mano de obra. Esta situación, que es
característica de la mayor parte de la agricultura de los países europeos, ha determinado que en el
Proyecto de Política Agraria Común de la pequeña Europa, la política de Mejora de las estructuras
agrarias sea considerada como punto esencial del Proyecte. En éste se fijan los objetivos de la agricultura
común de los "seis" y las medidas para alcanzarlos. También entra en juego la política de mercados y
precios, pero ésta "no es capaz, por sí misma, de conseguir los objetivos del Tratado del Mercado Común,
ya que no puede eliminar las causas en las que radica la insuficiencia de la renta agrícola. Sólo la mejora
de la estructura agraria—se insiste machaconamente en las páginas del Proyecto—hará aumentar la
productividad, que, según el Tratado, es la condición esencial para la elevación de las.rentas individuales
de los agricultores al crearse las condiciones favorables para la aplicación de los recientes progresos
técnicos, la expansión racional de la producción y la utilización óptima de los factores productivos. Así,
pues, la mejora de la estructura agraria constituye un elemento importante para la consecución de los
objetivos del Tratado". Naturalmente, dentro de la política de mejora de las estructuras agrarias tiene un
lugar destacado la concentración parcelaria. En aquellas regiones en donde, por razones históricas,
económicas o sociales, se ha llegado a una parcelación extremada, no fpuede concebirse progreso alguno
ni hablar de productividad si no es después de realizada una recomposición y una racionalización de las
empresas.
—¿En qué fase se encuentra actualmente la concentración parcelaria en España?
—La agricultura de medía España necesita esta terapéutica. Hace ya casi ocho años que el Gobierno
español com ofendió la necesidad de afrontar un problema que gravitaba desde siglos sobre nuestra
agricultura. La política tradicional agraria había puesto todas sus directrices en parcelar y distribuir los
"latifundios", lanzando así una cortina de humo sobre la otra vertiente del problema agrario: el de las
zonas minlfundistas. Que el problema de la división y diseminación parcelaria existía y que era urgente su
solución, queda demostrado al contemplar el desarrollo de los trabajos de concentración parcelaria y, en
especial, al analtear el número de peticiones voluntarias, formuladas por los agricultores al Servício de
Concentración Parcelaria. La primitiva ley concedió a estos trabajos un carácter experimental y de
ensayo, pero pronto se vio que había que pasar de la fase del laboratorio á la escala industrial. Bastó que
se terminarán las primeras concentraciones parcelarias para que los agricultores depositaran su confianza
en la Administración. Pueblos enteros firmaron las solicitudes de concentración, constituyendo a partir de
entonces su preocupación principal que los técnicos del Servicio les visitasen cuanto antes para poner en
marcha los trabajos.
—>¿Qué ambiente impera en los medios agrícolas con respecto a la concentración de propiedades?
—Lo que en un principio se consideraba tarea difícil—vencer el llamado "Individualismo del agricultor
español", para mí exagerado y hasta Inexistente—, se ha logrado en poco tiempo. El tópico ha sido
desenmascarado y con ello se ha dado un paso decisivo para la mejora de la agricultura española, en el
que ha tenido una elevada participación la elogiable comprensión dol agricultor castellano. Dado este
primer paso, se abren nuevos horizontes a las formas cooperativas de producción, de transformación de
productos o de utilización de servicios. Gráficamente puede seguirse el desarrollo de la concentración
parcelaria en España. Con el transcurso de los años, la línea de las solicitudes se despega dé la del,
horizonte y gana altura, la que refleja los trabajos terminados también se eleva, aunque no ha sido posible
ponerla al nivel de las solicitudes. No obstante, la marcha de los trabajos en curso concede una esperanza
a los agricultores que pacientemente esperan mejorar sus explotaciones.
Lo realizado en este terreno de la concentración parcelaria es Importante, y aleccionadores los planes de
trabajo establecidos. Pero los éxitos logrados y el favorable ambiente que se respira en torno a esta
actividad no debe impedir contemplar el problema en su conjunto y ver sus verdaderas dimensiones.
—¿Qué superficie total debería abarcar en nuestro pais la concentración parcelaria?
—Se calcula que es necesario concentrar en España unos oeno millones de hectáreas. En la actualidad se
está trabajando sobre 300.000 Has. y en la "cola" de las "solicitudes" quedan unas ochocientas mil. Larga
espera si se considera que con los actuales medios se concentra a razón de 1.00,00o anualmente coma
máximo. Países como Francia, que llevan muchos años trabajando en esta actividad y que al año
concentran 200.000 Has., redoblan "sus esfuerzos para terminar rápidamente con este problema,
dedicando a la concentración parcelaria 2.000 millones de pesetas. Esta trascendental tarea cobra nuevo
impulso en teda Europa al dedicarse a estas actividades mayores medios. Se piensa, con razón, que
rejuvenecida la vieja agricultura con la concentración parcelaria, puede asimilar mejor los beneficios
derivados del progreso. La rutina—termina diciendonos el señor Beneyto—es reemplazada por la técnica
en sus dos Importantes aspectos: agronómica y jurídica.
E, de P.
FINES DE LA CONCENTRACION
El art. 4.º de la Ley de 20 de diciembre de 1952 determina asi los fines de la Concentración Parcelaria:
a) Asignar a cada propietario en coto redondo o. sí esto no fuese posible, en un reducido número de
parcelas, una superficie equivalente en clase de tierra y cultiva a las que anteriormente poseía.
b) Reunir, en cuanto sea concebible con lo preceptuado en el apartado anterior, las parcelas cultivadas por
un mismo agricultor, incluso cuando estas pertenezcan a distintos propietarios. c) Dar a las nuevas
parcelas acceso a vias de comunicacion, para lo cual se modificarán o crearán los caminos precisos; y
d) Emplazar las nuevas parcelas de forrna que puedan ser bien atendidas desde el lugar en que radique la
casa de labor de la explotacion.