uiano 16;9-octubre-82
OPINIÓN
PEDRO SCHWARTZ
Candidato de AP-PDP por Madrid
Me lanzo al ruecko
El profesor Schwartz, habitual colaborador de Diario 16 , ha tomado la polémica decisión de presentarse a
las elecciones con Fraga, Aquí explica su gesto, duramente criticado por este periódico y por muchos
liberales españoles.
Yo he querido siempre defender cortra viento v marea los cánones clásicos de la economía a lo largo de
mis anos de profesor, escritor, periodista y conferen-cíente. Pero a menudo he tenido que o´.r le réolica de
que es muy fácil ve´ los toros desde ia barrera. Añora me lanzo ai ruedo.
Me he lanzado al ruedo con la coalición AP PDP, en primer lugar, porque creo Que un, soio partido de
centro ya no tiene razón de ser; ni el socialismo n el conservadurismo son ya en España credos
extremistas y en realidad e! centro está s>en-do acucado por la izquierda v la derecha. E\ diálogo político
está perc´lenao e´¡ tono apocalíptico. Los extremistas quedan relegados progresivamente a ias sombras
extraparlamentarias, sin más armas que el golpe o e i terror para imponer sus impopulares doctrinas.
Por el´o, nuest´a vida política se está organizando espontáneamente alrededor de dos focos principales, el
socialista y el libe-´z consevador.
Es:as dos granees £ami-iias políticas ocupar el centro v sus respectivas aías Creo que las elecciones del 28
de octubre demostrarán que los ciudadanos han decidido en su mayoría votar por una y otra cíe estas
grandes opciones. Los españoles nan perdiao el miedo al enfrentamiento porque el terreno corrún entre ia
-derecha y la izquierda es ahc´a muy amplíe.
Les liberal-conservadores y los socialistas defendemos en común muchos deales, ia lista podría ser larga.
Mencionaré la independencia e integridad de España; la subordinación de¡ poder militar al poder civil; el
derecho de los indivíduos y las familias a organizar su vida como mejor les parezca, dentro del res-c-etc a
¡a ley; la necesidad de que iodos gocemos de jn nivel de vida minimo; la citud 03 de~encer nuestros
derechos polítcos v sociales con la creación de partidos, sindicatos y asociaciones no-monopolísticas.
Fracaso económico
Muchos oe esos ideales han quedado plasmados en la Constitución de 1978. No es perfecta, y en estos
rí´.as el defecto irás llamativo es e¡ sistema electoral c je p-eocupa. basado en .a proporcionalidad y en el
distrito uniprovincial. Pero hay cosas más urgentes por las que discutir que la reforma de la Constitución
y no me cabe la menor duda de cue todos los demócratas, .os liberal-conservadores tanto como los
socialistas, queremos mantenerla y acatarla.
La segunc´a razón por a que me he unido al centro-derecha es (a de que en su seno será posible llevar
adelante una política económica liberal.
Cuando en el paroxismo de ia rroaeracióa los dirigentes de PSCE intentan tranquilizar al ´´nversor, pro-
meten hacer la misma política económica que Fernández Ordóñez, Leal o García Diez, sólo que tn rjoco
mes de todo: más creación de dinero, más déficit más inversión pública, más nacionalización de bancos
quebrados y de fondos comunes de ia compañías eléctricas.
Ya sabemos a qué resultados nos har llevado los paños calientes de los últimos tres años: 15 por 100 de
paro aparente, 16 por 100 de inflación, casi un billón de déficit publico, aumento del gasto público
comparado con e PIB de dos puntos anuales. 28.000 millones de dólares de endeudamiento extranjero,
crecimiento cero. El único aspecto esperanza-dor es el de ¡a balanza de pagos, cue en 1981 se ha corree
do a mejo´ de c´na muy notable —mejoría que, me temo, no ba a continuar bajo los socialistas.
El programa económico cei grupo liberal-corservador, sn cambio, seria,a JPS dirección muy distinta as .a
cuesta aba/o por la qce insensiblemente ha venido deslizándose España.
Quienes han criticado mi adscripción a las listas de AP PDP por considerar que he hecno t-e ción a m´s
principios liberales, pronto comenzarán a indignarse porque e! programa de los liberal-conservadores es...
demasiado librecambista.
Nosotros sabemos cómo ven cer la inflación. No se hace controlando los salarios para que los trabajado-
res paguen la cuenta, sino evitando la financiación del déficit con la máquina délos billetes.
Nosotros sabemcs cerno reducir los impuestos, ro de forma irresponsable, sino a medida que vaya re-
duciéndose el gasto y aumentando la recaudación impositiva por reanimación de la economía.
Nosotros sabemos cómo vencer el paro. No se pueden conseguir con la varita mágica ¡os 800.000 puesto
de trabajo netos que promete e! PSOE en cuatrc años. La victora sobre e paro se conseguirá lentamente
con la liberación del mercado de trabajo, la reducción del peso de la Seguridad Social, la reanimación de
\s inversión ornada.
Fraga
La tercera razón por \a que me he unido a la coalición liberal-conservadora es oue me infunde confianza
la personalidad ce su lí-der, Manuel Fraga Iribarne.
Le conozco desde hace muchos años, pues fue amigo y compañero cié mi padre. A menudo hemos di-
ferido en cuestiones políticas. Pero siempre pensé qje ers un hombre coherente, sincero, entregado, un
hombre de cuya palabra puede uno fiarse, un caballero.
La Biblia nos exhorta a qus no pongamos nuestra confianza en principios. Sin embargo, estoy convencido
de que cuando Fraga dice que está creando un grupo político liberal-conservador, dice verdad.
Un, defensor de la democracia y de la libertad, como yo he querido ser desde que me inicié en la política
durante mis años universitarios, puede sentirse muy cómodo en esta coalición. En ella podrá contribuir a
conservar el derecho de propiedad, la iniciativa privada, la libertad de elección en el campo religioso,
cultural, educativo, económico Tamolén podrá poner manos a la obra de liberar la economía española,
aliviar a, sufrido contribuyente y desbloquear el juego de los delicados mecanismos sociales de los que
depende nuestra prosperidad.
En su TI a, me ne unido a ¡a coalición liberal-conservadora por ser la única alternativa realista y positiva
al canto de sirena de los socialistas.