ANÁLISIS
Enrique Montánchez
El PSOE y las bases americanas
Se veía venir la respuesta norteamericana a las recientes declaraciones socialistas sobre la actitud que
seguirían, de ganar las elecciones, ante los nuevos acuerdos bilaterales con Estados Unidos.
La posición del PSOE, explicada públicamente por los responsables de la política exterior socialista, es la
siguiente: «Los nuevos acuerdos bilaterales de Defensa han sido negociados en el marco de la
incorporación de España a la OTAN. Como el PSOE, si gana las elecciones, congelará la incorporación
de España a la estructura militar de la Alianza y someterá al pueblo español la decisión de permane-
cer dentro o abandonarla, los acuerdos firmados por Pérez-Llorca han de ser renegociados par3 quitarles
todo el contenido "otánico".»
Quienes seguimos los temas de política exterior hemos podido observar que, o bien el PSOE no ha puesto
todas sus cartas encima de la mesa y se guarda ases, o por el contrario no ha elaborado suficientemente su
estrategia en un tema clave de política exterior.
En primer lugar, el PSOE no podría renegociar los nuevos acuerdos con Estados Unidos hasta después de
celebrarse el referéndum para no prejuzgar el resultado de! mismo. Los socialistas no han fijado la fecha
para la celebración de la consulta popular, porque su prioridad es congelar las negociaciones comenzadas
por el Gobierno de Calvo-Sotelo para nuestra integración en la estructura militar de la OTAN; es decir, la
aportación de las Fuerzas Armadas españolas al teatro militar europeo.
Mientras tanto, un Gobierno socialista mantendría los nuevos acuerdos en suspenso, sin presentarlos a las
Cortes para su ratificación. Como se sabe, la disolución de las Cortes impidió que el texto entrara en el
Congreso el pasado mes de septiembre, como preveía el Ministerio de Asuntos Exteriores al firmar en
julio el nuevo acuerdo.
Estados Unidos ha comenzado a dar las primeras muestras de nerviosismo, como recoge el corresponsal
de Diario 16 en Nueva York, ante la cercanía de la previsible victoria socialista y los funcionarios de la
Administración Reagan ya se han encargado de afirmar que la «renegociación» es tan difícil como im-
posible.
Pero es por debajo de toda la textura política y diplomática descrita donde se halla el quid de la cuestión:
los acuerdos militares con Estados Unidos están diseñados desde 1953 para funcionar en el entramado de
la OTAN. La pregunta que preocupa a americanos y socialistas, evidentemente, por distinto motivo y que
deberíamos hacer, es: «¿Cómo se pueden vaciar de contenido OTAN unos acuerdos que son la OTAN
misma? Únicamente dos datos de una larga lista. La base de Rota es pieza fundamental de la VI Flota
U.S.A., que, junto a las Armadas de la Alianza, se encargan de conservar el dominio del flanco sur eu-
ropeo. Torrejón de Ardoz es la base que permite a los bombarderos estratégicos norteamericanos que
sobrevuelan Europa ser reabastecidos en el aire por aviones cisterna procedentes de la base cercana a
Madrid.