UNA CONVOCATORIA DE UNIDAD
*En Cebreras, localidad natal del primer ministro gran número de personas aplaudió la intervención del
candidato de Falange Española.
MIENTRAS Suárez difundía a través de TVE un cuadro idílico y halagador de promesas y suposiciones,
alguien se encargó de proclamar en su propia tierra y entre el aplauso de sus conciudadanos las muchas
omisiones del discurso del primer ministro. Desde Cebreros, Luis Valero Bermejo candidato de Falange
Española de las JONS al Senado por Avila tuvo la gallardía de pronunciar en una triple dimensión una
palabra clave: unidad. Unidad de las diferenciadas regiones que integran una Patria noble. Unidad entre
los diversos factores que participan en la producción. Unidad entre las diferentes maneras de entender ese
proyecto de vida en común que se llama España.
Durante poco más de tres cuartos de hora Valero Bermejo compartió con más de doscientos ciudadanos
de Cebreros una meditación sincera y profunda sobre la encrucijada histórica de nuestra nación. En
términos coloquiales, con pausa, con serenidad, Valero fue desgranando los temas claves que confluyen
en la situación española. La preocupación por el progresivo aumento de la subversión, la inclemencia de
Tina economía cada vez más deteriorada; el carácter imprevisible de un proceso político desbordado de
sus cauces, abandonado a su suerte ante cualquer marejada... Durante tres cuartos de hora, Valero
compartió con doscientos campesinos, agricultores, empleados, pequeños comerciantes su preocupación
por España. Y trató de ofrecer una respuesta. Y una reflexión personal. Durante ocho lustros —dijo
mientras miraba fijamente al auditorio— España ha conseguido un) progreso material y un nivel de/
bienestar desconocido hasta entonces gracias, simplemente la acción coordinada del pueblo con su jefe.
Un jefe que se llamaba Francisco Franco y que a lo largo de tres dramáticos y penosos años de contienda
consiguió la liberación de España de la dominación extranjera. Pues bien, _todo el progreso material y
económico conseguido con tanta sangre y con tanto esfuerzo ha sido hipotecado ahora a una alternativa
de gobierno, que consiste en volver a los viejos métodos de la confrontación electoral y al supuesto
periclitado de la partitocracia. De esta forma —añadió Valero— se ha provocado la discontinuidad, la"
abierta ruptura con el ordenamiento constitucional refrendado en varias ocasiones por el pueblo español.
Pero ¿Será necesario todo esto? Valero razonó rotundamente que no. Que la Constitución creada por
Franco establecía los propios mecanismos perfectivos para la adecuación del Régimen del 18 de Julio a
las nuevas circunstancias. Que el pensamiento de José Antonio Primo de Rivera entroncado en la más
definida linea de la Tradición representa elementos sobrados de renovación, de vanguardia y de
superación como para no tener que recurrir a ninguna experiencia extranjera. Que el pueblo español
disponía de cauces auténticos y efectivos para llevar a cabo una participación real, auténtica y consistente
en todas. las áreas de decisión y gobierno sin tener que recurrir a los partidos, que siempre han dejado una
estela de dolor y sangre en nuestra tierra. Por eso Valero convocó ai todos a una acción decidida en
salvaguardia de España, de su patrimonio y de sus libertades, de su capacidad de obrar con independencia
y soberanía y de su autodeterminación para encontrar su propia senda, su propia ruta hacia el futuro.
Con especial detenimiento expuso el candidato falangista al Senado sus orígenes y sus proyectos. Unos
orígenes que surgen de la entrega apasionada y ardorosa a Avila durante un quinquenio al frente de la
primera responsabilidad de la provincia en momentos especialmente difíciles, en los años del hambre y
del cerco exterior. Y un proyecto que no se concreta en promesas, en desmesuradas ofertas que nunca se
cumplen sino en una experiencia, una vocación, un espíritu de servicio. No expuso Valero Bermejo
ningún programa de soluciones para la provincia, fundamentalmente porque el Parlamento prestará poca
atención a los problemas reales y cotidianos de las provincias y del mundo rural y porque la exigencia
primera del momento es sobre todo, política. Por eso, Valero pidió confianza y respaldo para hacer llegar
a las Cortes una voz falangista contra el proceso constituyente, contra la afrenta permanente al Caudillo y
contra un salto en el vacío. Tres días después de que Suárez, preocupado, sin duda, por la marcha de la
campaña electoral en la provincia visitara su localidad natal.para reforzar la endeble formación de la
Unión del Centro Democrático, Valero Bermejo ha cerrado su convocatoria a los abulenses con un éxito
claro en Cebreros, demuestra que por encima de cualquier cuestión sentimental, los cebrereños han
demostrado ser los primeros discrepantes de la política del primer ministro. Pero mañana decidirán las ur-
nas. Suárez puede encontrarse con una curiosa e inesperada respuesta en su propia tierra, donde la
emoción por España puede ser más fuerte que el sentimiento provinciano y localista. Una vez más, que
calle la gaita y que suene la lira, como dijo anticipadamente José Antonio.
JASA Fotos: GOMBAU