CIVISMO Y SENTIDO DE RESPONSABILIDAD
A pesar de todos los intentos por impedirlo, ha llegado el día de tas urnas. Por tanto, se ha
ganado la primera batalla civil.
Civismo y sentido de responsabilidad debe ser él lema que presida las primeras elecciones
libres desde el año 1936. Elecciones libres, ¿para qué?, se preguntarán algunos. Simplemente,
para que España sea un país normal. Este es el lema que, a mi juicio; ha faltado en los carteles
de propaganda: «Por una España normal.» Como lo son Inglaterra, Francia, Bélgica, Alemania,
Norteamérica, etc., a pesar esta última de su gran problema interior del racismo, que nosotros
afortunadamente no tenemos. Con todo, ahí está Norteamérica como la primera potencia del
mundo, ganen los republicanos o tos demócratas, y ahí está Inglaterra con sus conservadores
y sus laboristas, aceptando a su turno el resultado dé las urnas. De manera que nuestros
electores pueden ir a votar tranquilos, sin coacciones ni temores por lo que pueda pasar
después de las elecciones. Si España ha existido después de los Reyes Católicos, darlos V,
Felipe II, Carlos III, la pérdida de las colonias, ¿por qué no va a seguir existiendo, pase lo que
pase, después del 15 de junio de 1977? ¿Que el Estado moderno que se procura con estas
elecciones no sale tan perfecto como quisiéramos? Ya se irá perfeccionando en lo posible. Y
sobre todo, no hay que olvidar aquella frase de Ortega: «La vitalidad de los pueblos está por
encima de la perfección de los Estados.»
España es un pueblo vital. ¿No fue capaz de sobrevivir a nuestra última y terrible guerra
fratricida, que no debe repetirse jamás, porque constituyó un sangriento borrón en nuestra
historia, y que el mundo entero contempló, horrorizado, cruzado de brazos? No volvamos a dar
tal espectáculo. Demos, en cambio, éste de una batalla cívica, librada en las urnas, y
aceptemos sus resultados, gane quien gane, porque si los elegidos defraudan a quien los votó,
la democracia les permitirá sustituirlos por otros en plazo relativamente breve. Esa es la virtud
de la democracia. Por ello, podremos darnos con un canto en el pecho, si después de este 15
de junio se pueda dar, como todos esperamos, una sencilla noticia al mundo: acaba de nacer
en Europa una nueva democracia; el alumbramiento ha sido normal, y tanto la madre como la
criatura se encuentran bien,
Ángel LÁZARO