ELECCIONES 87
LOS RESULTADOS CONFIRMARON LAS ENCUESTAS REALIZADAS PARLAMENTO
EUROPEO
PSOE: El fin de la mayoría absoluta
El descenso del PSOE en estas elecciones, superior a los cuatro puntos, comparando los resultados con
los de las Ultimas elecciones generales, supone la pérdida de más de un millón de votos v la desaparición
de la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.
José Luis Gutiérrez
Al igual que en los ámbitos-locales y autonómicos, el fortísimo descenso del Partido Socialista también se
ha hecho sentir en las elecciones al Parlamento Europeo. Ocho eurodiputados menos tendrá el PSOE en
Estrasburgo, un total de 28, mientras que AP obtiene 17 y se estrena en Europa el centro suarista con 7
escaños. A las 11,30 de la noche de ayer, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, comparecía
ante los informadores, en el centro de datos del Palacio de Congresos de Madrid, con hora y media de
retraso sobre la anunciada, las 10 de la noche. La razón esgrimida para justificar tal ausencia durante casi
dos horas era residenciada por Guerra en la supuesta dificultad que encerraba el recuento de la «urna
azul», destinada a los comicios para el Parlamento Europeo, a los que concurrían nada menos que 38
candidaturas, algunas de ellas tan extravagantes como la de Acción Social, de Ruiz Mateos. La razón real
del retraso, sin embargo, no era esa. Las elecciones al Parlamento Europeo estaban sirviendo de biombo
de ocultación de realidades electo-ralmente menos halagüeñas en los ámbitos municipal y autonómico.
Pero la realidad es que también en Europa el PSOE recibía un severo castigo electoral, perdía más de
cuatro puntos con respecto a las últimas elecciones generales de 1986 y por encima del millón de votos.
Tal pérdida supone, transla-dando tales resultados a las elecciones generales de 1986, la pérdida de la
mayoría absoluta del PSOE en el Congreso de los Diputados, que vería convertidos sus 184 escaños
actuales en una cifra no superior a los 170. Es decir, casi los mismos que tenía la UCD en 1980.
El posterior retraso en la entrega de datos sobre las elecciones municipales y autonómicas, junto a las
incomparecencias de muchos de los dirigentes socialistas, situaba a nuestro país en los niveles de falta de
seriedad típicos de países del Tercer Mundo. Previamente, Televisión Española y algunas cadenas de
radio, y muy especialmente la SER, inundaban el país de sondeos y estimaciones que pronosticaban
resultados para el partido socialista mucho más halagüeños de los obtenidos. Así, el hecho de que hicieran
públicos sondeos radiofónicos a las 8 de la noche, cuando faltaba una hora para cerrarse los colegios
canarios, es algo ciertamente irregular. TVE intentó, a las 9,30 de la noche, conectar con la sede
madrileña del CDS y, allí, con algún portavoz del partido para que se pronunciara sobre los sondeos. Los
dirigentes suaris-tas se negaron a ello hasta que no hubiera datos oficiales proporcionados por el
Gobierno. Incluso Pilar Miró telefoneó personalmente al secretario general del CDS, José Ramón Caso,
para conocer el motivo de su incomparecencia. Según señalaba Caso a este columnis-ta, «los socialistas,
advirtiendo el severo castigo recibido, pretendieron puerilmente dar una sensación de ficticio optimismo,
pensando que la primera impresión dada a los electores es la que permanece. Y para ello pretendieron
cerrar las comparecencias en TVE con las palabras de Guerra. A ello nos negamos. Lo cierto es que las
elecciones europeas, que durante toda la campaña habían sido oscurecidas por el encarnizado duelo
electoral de las autonómicas y municipales, tuvieron en la noche de ayer el principal protagonismo.
La participación en las «urnas azules» europeas fue de casi el 68 por 100, un índice estimable, superior al
de países como Francia, Alemania, Holanda, Inglaterra, Irlanda y Dinamarca, »aunque tal participación
haya sido «arropada» por los comicios municipales y autonómicos. Dentro de dos años, en 1989,
habremos de acudir nuevamente a las Urnas, al mismo tiempo que el resto de los miembros de la CE.
Puede decirse, con respecto a los otros partidos, que las en Manuel Fraga, cabeza de lista por AP para las
elecciones europeas, muestra su satisfacción por los resultados obtenidos, esos 17 euroescaños.
cuestas de los diarios —y muy especialmente la de Diario 16— acertaron casi plenamente en sus
pronósticos. El voto de AP se mantiene, y hasta crece ligeramente en su comparecencia europea,
consiguiendo los 17 escaños anunciados. Aunque también AP se escudó, a lo largo de toda la noche de
ayer, en los resultados de las europeas para resistirse a comentar los descensos en el voto autonómico y
municipal. Por su parte, el CDS sube cerca de un punto con respecto a las pasadas elecciones generales
del 86 —el indicador más cabal para establecer la comparación con las listas europeas— y se coloca en
los índices de representación previstos en las encuestas, con 7 eurodiputados. La coalición Izquierda
Unida, que ha subido sensiblemente, recibe, asimismo, el porcentaje de voto previsto en las encuestas
previas a las elecciones, al igual que idéntico número de diputados, tres. Cabe decir, en cuanto a IU se
refiere, que con los votos captados por el minúsculo partido de Carrillo, por encima de los 100.000, IU
habría obtenido su cuarto escaño en Estrasburgo. Ascenso también de los nacionalistas catalanes de CiU,
que obtienen el excepcional resultado de tres euroescaños. Estas elecciones marcan el fin definitivo de
Santiago Carrillo y su minúsculo PTE-UC, que, a pesar de las descaradas y sustanciosas ayudas recibidas
por parte del PSOE —que lo utilizó para mermar la implantación electoral de Izquierda Unida— ha visto
descender notoriamente el ya insignificante porcentaje de voto alcanzado en las pasadas elecciones
generales de junio de 1986. Notable el ascenso de HB, que ve también aumentar sus votos, con algunos
miles conseguidos entre el electorado más marginal, radicalizado e insatisfecho del resto de España,
donde HB hizo una laboriosa campaña, apoyada por los comités provinciales de ayuda, integrados
principalmente por la izquierda extraparlamentaria y pro soviética. Existe, después de este plantel, toda
una constelación de miniorganizaciones, algunas de ellas nacidas exclusivamente para comparecer a estos
primeros comicios europeos, corno es el caso de la citada AS de Ruiz Mateos, que apenas rebasó los
sesenta mil votos, convirtiéndose en el Tejero de la campaña europea. Junto a Ruiz Mateos figura, en el
«panteón de los derrotados», el líder de Fuerza Nacional, Blas Piñar, a quien de nada le han servido los
apoyos de la euroderecha y la visita a España del francés Le Pen y el italiano Almirante. La competencia
de Ruiz Mateos y del propio Manuel Fraga, encabezando la lista de Alianza Popular, restaron gran
cantidad de votos a Pinar, quien, asimismo, llevó a cabo una campaña apenas audible, a causa, entre otras
razones, del «silencio» del periódico más ideológicamente afín, el madrileño «El Alcázar», silenciado por
una huelga desde hace semanas.