ELECCIONES 87
DIRIGENTES ALIANCISTAS SOSPECHAN QUE HA HABIDO «PUCHERAZO»
Alianza Popular estudia la impugnación generalizada de las elecciones en toda España por presuntas
irregularidades habidas en el censo electoral, «que han impedido ejercer el derecho de voto a miles de
personas», entre ellas al presidente de AP, Hernández Mancha. AP impugnó en Albacete, Huelva y El
Puerto de Santa María. En Madrid, AP ha presentado denuncia ante las Juntas Electorales. En Tenerife,
los candidatos aliancistas Ángel Isidro Guimerá y Aurelio Matos no fueron incluidos en el censo.
Guimerá dijo que AP «tiene claras y fundadas sospechas de manipulación y pucherazo».
AP estudia lo impugnación generalizada de las elecciones por las irregularidades en el censo
Cerca de un 68 por 100 de españoles participó ayer en las triples elecciones —municipales, autonómicas
y al Parlamento Europeo—, según datos de la Oficina del Portavoz del Gobierno. La participación fue
similar a las anteriores, que registraron una anuencia del 64 por 100. El hecho más significativo ha sido la
denuncia de irregularidades en el censo por parte de dirigentes de Alianza Popular. El presidente regional
de AP Luis Eduardo Cortés declaró que «familias enteras han desaparecido del censo».
MADRID.—Los líderes políticos y candidatos madrugaron para depositar su voto. Los más
madrugadores fueron el presidente del Gobierno, Felipe González, y el ex presidente aliancista Manuel
Fraga. Ambos coincidieron en el colegio electoral del Buen Suceso, de Madrid. Felipe González votó a
las nueve y cuarto de la mañana, acompañado de su esposa, Carmen Romero, y rodeado de monjitas de
hábito blanco. Declaró que la campaña electoral había sido tranquila y dijo que no creía que se produjera
alguna pérdida en la hegemonía socialista en determinadas Comunidades Autónomas y grandes ciudades.
Fraga lamentó la falta de información sobre los comicios europeos y alentó a los indecisos a depositar su
voto. El vicepresidente Guerra, votó en Sevilla y destacó «la madurez política del pueblo español, que ha
dado pruebas de un gran sentido común en los últimos diez años; un pueblo que es el que elige y el que
históricamente acierta». Adolfo Suárez afirmó tras depositar su voto que «todavía no tengo la piel del oso;
primero hay que cazarlo, pero parece evidente que el CDS dará un salto espectacular en relación con las
elecciones del 83 y del 86. Creo que podremos ganar entre dos o tres puntos de media y que seremos una
alternativa de poder al PSOE». Los eurocandidatos se mostraron optimistas. Carrillo, ilusionado y
esperanzado. «Si- todos los que dicen que debo estar en el Parlamento Europeo votasen por mí, desde
luego estaría allí», declaró. Rupérez dijo que «me veo en Estrasburgo», lo mismo que manifestó Ruiz
Mateos. Onain-día declaró que un eurodiputado estaba seguro y Txema Montero agregó que «si hay
aluvión de votos es posible que saquemos hasta dos». Los incidentes ocurridos durante la jornada fueron
mínimos y, en ningún caso, revistieron especial gravedad. El más relevante ocurrió en el País Vasco,
donde varios comuni-cantes anónimos, que dijeron hablar en nombre de ETA militar, anunciaron la
colocación de artefactos explosivos en colegios electorales de Irún y Amorebieta, en la Diputación de
Guipúzcoa y en el Ayuntamiento de San Sebastián. En todos los casos, la Policía comprobó la falsedad de
las amenazas. También en Euskadi, un joven, al parecer con sus facultades mentales alteradas, rompió
a martillazos las tres urnas instaladas en el colegio de la localidad vizcaína de Cruces, El agresor fue
detenido poco después para ser identificado. Otro joven, con métodos más pacíficos, protestó por ser
obligado a formar parte de una mesa electoral en la villa cordobesa de Fernán Núñez, Este, de ideología
anarquista, según confesó, se colocó un cartel en el que se podía leer: «Estoy aquí a la fuerza».
En el capítulo de incidentes cabe también reseñar la huelga de los 280 estibadores del puerto de
Tarragona, iniciada al comprobar que eran sustituidos por personal contratado durante las horas de
votación. Las irregularidades en el censo fueron una fuente de conflictos en varios puntos de la geografía
electoral. Por este motivo, diversas fuerzas políticas impugnaron las elecciones en Denia (Alicante) y
Cieza (Murcia), además de denunciar anomalías en Albacete, Málaga, Madrid y Barcelona. Los
problemas en el censo impidieron a destacadas personalidades políticas y a varios candidatos ejercer su
derecho al voto. No fue el caso) de la Familia Real que, como en otras consultas electorales, se
abstuvieron de votar para permanecer al margen de cualquier opción. Entre quienes vieron frustrada su
voluntad de votar, destacan los presidentes de AP e Izquierda Unida, Antonio Hernández Mancha y
Gerardo Iglesias; el vicepresidente del Senado, José-Luis Rodríguez Pardo; el candidato aliancista a la
Alcaldía de Santiago, Conde Roa; el gobernador civil de Málaga, Plácido Conde, y también una
octogenaria de Torrevieja (Alicante), quien´pidió ser buscada en la lista de «las tontas», al comunicársele
que su nombre no aparecía en la relación oficial.