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ELECCIONES GENERALES
Ceuta, ante las urnas
La división del PSOE pone en peligro la hegemonía que ostenta actualmente
El Estatuto de Autonomía, eje de la campaña en la región
Ceuta. G. Ruiz
El análisis de las consultas electorales desde 1977 en lo que respecta a Ceuta nos lleva a la conclusión de
que sus resultados son un fiel reflejo de lo acontecido en el resto de la nación. Atrás quedó, pues, la
leyenda que situaba a la ciudad ceutí como un reducto del pasado más reciente, que dio pie a una
situación de recelo sobre todo de las fuerzas políticas de izquierda.
Por si hubiera alguna duda, la clara victoria del PSOE en 1982, con mayoría de votos socialistas en los
treinta y seis colegios electorales de la ciudad, fue Ja prueba definitiva de una equiparación plena con los
criterios políticos predominantes en el resto del territorio nacional.
De cualquier forma, sí es evidente la peculiaridad electoral de Ceuta, derivada de su reducida extensión y
población, lo que se manifiesta en que al dirimirse únicamente un escaño para el Congreso be los
Diputados, el sistema proporcional no tiene aquí virtualidad práctica: el escaño se puede ganar o perder
por la diferencia de un solo voto, situación que penaliza a las fuerzas políticas, que a pesar de obtener un
tanto por ciento importante de votos se quedan sin representación en el Congreso, que sólo puede obtener
la más votada. Quiere decirse que aquí opera el sistema mayoritario, tanto para el Senado como para el
Congreso.
Pero entrando en el análisis de la evolución del voto en tos comicios celebrado desde el inicio de la etapa
democrática, hay que decir que en 1977 el triunfo fue claro para la lista de la Unión de Centro
Democrático, integrada por Antonio Domínguez Garfa, para el Congreso y Francisco Lería y Serafín
Becerra para el Senado, si bien ya el PSOE obtuvo una presencia significativa, con más de siete mil votos
de un censo de algo más de cuarenta mil electores, con un nivel de abstención de un 40 por 100.
En 1979 se produjo la victoria de UCD, pero con menos diferencia de la obtenida a nivel nacional. La
candidatura de Francisco Olivencia para el Congreso y Antonio Domínguez y Serafín Becerra para el
Senado, obtuvo un 52 por 100 de los votos emitidos, y )a de los socialistas alcanzó un 44 por 100.
Siguieron después las elecciones municipales del mismo año, que aquí sí arrojaron un resultado sorpresa
al barrer prácticamente una candidatura independiente, que obtuvo hasta catorce concejales, por siete de
UCD y cinco el PSOE. Fue un desenlace atípico ciertamente, pero que tenía su explicación en la gran
popularidad en aquel entonces de dos médicos que encabezaban esta lista, los hermanos Calvo Pecino.
Y llegamos así hasta las elecciones generales de 1982, en las que el PSOE copó los tres escaños, con
Francisco Fraiz para el Congreso y Fructuoso Miaja y Antonio Rallo para el Senado. Frente al 30 por 100
obtenido por Coalición Popular, los socialistas superaron el 50 por 100 de tos votos emitidos,
destacándose por los observadores el dato de que el PSOE venció con claridad en los colegios electorales
de población eminentemente militar, aunque también fue alta la abstención registrada en los mismos.
Después, las elecciones municipales de 1983 refrendaron la victoria socialista, obteniendo el PSCE-PSOE
trece puntos, por siete Coalición Popular.
Por último, en el reciente referéndum sobre la OTAN hay que resaltar que la abstención en Ceuta superó
el 63 por 100, la más alta de todo el territorio nacional, aunque el voto afirmativo fue mayoritario en la
totalidad de los colegios electorales, por lo que el análisis de los resultados de esta consulta presenta
diversas lecturas.