El PSOE podría perder la mayoría en el Senado
El sistema electora! para la elección de doscientos ocho senadores es enteramente distinto del aplicado
para elegir ei Congreso de los Diputados. De acuerdo con el artículo 69 de la Constitución, el Senado es
la Cámara de representación territorial: en cada provincia, sea cual sea su población, se eligen cuatro
senadores, con un régimen especial para los dos archipiélagos, y dos senadores elegidos por las
poblaciones de Ceuta y Melilla. Las Comunidades autónomas designan, además, un senador y otro más
por cada millón de habitantes de su respectivo territorio. La Cámara Alta es una pieza indispensable para
el equilibrio de las instituciones. Un acuerdo entre la Coalición Popular y los reformistas podría traducirse
en ana mayoría de senadores de centro-derecha. El PSOE tiene hoy 134 senadores, frente a 72 de centro-
derecha. El próximo Senado podría contar con 114 escaños centro-derecha, frente a 94 del PSOE¿
EL sistema de elección en el Senado es mayoritarío; el método de Hondt no es aplicable al Senado. La
regla mayoritaria es la más simple. Cada ciudadano debe elegir señalando cuatro senadores en una
papeleta en las que constan todas las candidaturas. Cada partido puede designar tres candidatos; esta
precaución actúa como garantía contra el monolitismo, para impedir que un solo partido hegemónico
pueda copar todos los escaños de una circunscripción. Como en una carrera de caballos, los que llegan
delante ganan. Por la misma regla elemental, si un partido de centro-derecha dividiera el voto podríamos
encontrarnos con que las fuerzas de centro-derecha, ampliamente mayoritarias en la circunscripción,
pierden la elección al conceder tres escaños del Senado al PSOE y uno sólo al siguiente competidor. Si el
PRD sustrajera, por ejemplo, en Soria tan sólo 4.000 votos a la Coalición Popular, no obtendrían nada los
reformistas, pero darían la victoria a! PSOE por tres escaños a uno. Esta aplicación estricta de la ley
mayoritaria ha servido de base al abogado Francisco Segrelles para publicar recientemente en ABC un
estudio sobre el Senado, cuya conclusión fundamental es ésta: «Es difícil entender qué razones justifican
la presentación de candidatos destinados sin remedio a no ser elegidos. Además de gastar dinero
innecesariámente, ¿qué beneficio reporta a cualquier partido proponer un claró perdedor? Porque, salvo
alguna excepción, sólo la primera y la segunda fuerza político de cada circunscripción pueden ilegar al
Senado. Y, por otra parte, la presen-cia de estos "candidatos-kamikazes" en ei centro y derecha puede
perjudicar gravemente las posibilidades de éxito de otros de la derecha y el centro, también contrarios a
estatificar la sociedad. Sirva de ejemplo clarificador la comparación entre los senadores que fueron
elegidos en 1982 y ¡os que hubieran podido ganar escaño en aquella ocasión, con la suma de los votos de
centro y derecha, en las provincias relacionadas en el cuadro que abre este informe. El PSOE obtuvo en
diecinueve provincias concretas menos votos y, sin embargo, consiguió uno o dos senadores más por
cincuns-cripcíón. Ahora bien, si las opciones no estatificadoras, en aquellas provincias donde saben con
certeza que rio van a conseguir un acta, hicieran por pragmatismo el sacrificio de retirarse, canalizados
sus votos hacia los más afines, éstos podrían obtener los tres escaños y el PSOE, por tanto, sólo uno.
Repetida esta operación, de evidente economía, en los diecinueve ejemplos reflejados en el cuadro, podría
llegar a darse nada menos que e! cambio de signo ai restado total.» Sólo los dos partidos mayoritarios
pueden obtener una fuer representación en el Senado: Partido Socialista y Coalición Popular; en los casos
de Cataluña y el País Vasco, CiU y PNV; ex muy contadas excepciones c independientes en los archipiél
gos y alguna circunscripción ai lada. Aquí la norma es distinta, pe la conclusión es aún más radie que en
el caso del Congres quien divide el voto lo despere cia, el que rompe la unidad > las grandes tendencias
favore> una ficción: ía segunda íendei cia obtiene tres escaños, mier tras que la primera tendencia, >
comparecer dividida, obtiene sólo uno. Es un peligroso modo de hacer el sistema más artificial, menos
representativo. Un estudio, no partidlsía^d cada circunscripción electon nos lleva a la siguiente conclu-
sión: en la próxima elección d 22 de junio el Partido Sociaüs´ podría perder cuarenta escafk en el Senado,
con lo que su p sieión actual (134 senadores quedada reducida a 94 señad res. El centro y la derecha, o el
predominio neto de Coalición Popular, contaba antes con escaños en el Senado. El cent derecha podría
obtener 42 es> ños más (total, 114 escaños) se aplicara el principió de no dividir a tos afines. De este mo>
el Senado durante la legislatura próxima podría convertirse en decisivo contrapeso frente afán de
predominio del PSC una pieza clave en el juego las instituciones para hacer de democracia española un
siste más equilibrado y seguro.