VIERNES 30-5-86
ELECCIONES GENERALES
Sainz de Robles ve claros síntomas de mía vuelta social hacia la libertad amenazada
«Los Gobiernos han conseguido un poder ilimitado»
Madrid. S. N.
«Utilizando los propios mecanismos que brindan las Constituciones de las democracias occidentales los
Gobiernos han conseguido un poder ilimitado», manifestó ayer Federico Carlos Sainz de Robles en una
conferencia en el Club Siglo XXI. El candidato reformista insistió, durante toda su intervención, en
liberar a la sociedad frente al Estado. Y sobre esta idea dijo: «El sistema construido por Montesquieu y
por los creadores de la Constitución norteamericana para garantizar la libertad individual se ha
desarrollado en dos siglos de forma tal que ha llegado a convertirse en el más serio peligro para la
libertad.» «Demodo convergente, el Estado del bienestar, invadiendo zonas propias de la sociedad y la
persona, ha prometido seguridad vital a cambio de libertad. Finalmente ha resultado que la seguridad
tampoco ha quedado garantizada. Y mucho menos la calidad de vida. Se han entregado parcelas
sustanciales de libertad a cambio de prestaciones inciertas.» »La situación —añadió durante su confe-
rencia "El poder de la libertad"- ha tocado fondo. Hay claros síntomas en la realidad social que claman
por una restitución de la libertad, de la iniciativa, del protagonismo de la sociedad civil. Que desean que
el Estado ocupe tan sólo aquellos ámbitos que la sociedad no alcanza a ocupar. «Por medios estrictamente
constitucionales, los Gobiernos han conseguido disponer de todos los poderes que Montesquieu y los
padres de la Constitución americana habían repartido, con el fin de asegurar y garantizar la libertad. Se ha
producido un reagrupamiento de ios fragmentos en beneficio del Ejecutivo. Es un hecho. Y no sólo
observable en España, sino en el área occiental de la democracia. La libertad viene a quedar amenazada
por el desarrollo natural de las técnicas ideadas para preservarla: división de poderes y limitación de las
funciones asignadas a cada poder. Los poderes del Estado no pueden ejercer más funciones que las
atribuidas expresamente por las leyes y la Constitución, en tanto que la persona, el ciudadano puede
actuar, como y donde quiera, siempre que no haya impedimento legal. »La amenaza a que me refiero es
quizá la más grave, por más sutil. Se cubre con el ropaje, de larga tradición, de la legalidad. »Esta
inquietante situación explica dos observaciones, apenas distancidas en el tiempo, que marcan dos
extremos opuestos en el planteamiento de los sistemas políticos occidentales. C. Friedrich, en 1941
(Constitucional Government and Democracy), podía afirmar pacíficamente que "la Constitución es el
proceso por el que la acción gubernamental queda limitada de modo efectivo". R. Wollheim, en 1962 (A
paradox in the theory of Democracy), hubo de consignar que: "La moderna concepción de la democracia
es la de una forma de Gobierno en la que no se pone restricción alguna a las instancias gobernantes."
Entre ambas, una pregunta angustiada, la de A. Camus en "L´homme révolté" (1950): ¿Es, pues, necesario
elegir entre una sociedad libre y una sociedad justa? La denuncia de una situación como ésta indica, sin
embargo, que ai temerse por el futuro de la libertad sigue creyéndose en la libertad.»