ELECCIONES GENERALES
MIÉRCOLES 28-5-86
Cuaderno de notas::
MOLINOS DE VIENTO
Hace cuarenta y ocho horas, Agustín Rodríguez Sahagún, uno de los hombres fuertes del CDS suarista,
fue la viva imagen de la cólera del español sentado. Estaba rodeado de periodistas en el transcurso de un
almuerzo y le transmitieron la opinión de que la ayuda financiera recibida por su partido podría ser
bastante superior a los comentados ciento cincuenta millones. Como se comprenderá, un jefe de filas
como Adolfo Suárez, que no duda en llamar «madrastra» a (a Banca después de compararse con «La
Cenicienta» y esperarlo todo de ese «Príncipe» que es el pueblo español, no iba a ser gratificado con
nuevos e invisibles suministras. Sencillamente ha de bastarse con lo que obtiene. Y si algo añade tendrá
que ser a base de particulares ayudas. Es probable que entre esas ayudas figure alguna perfectamente
atribúible al propio Rodríguez Sahagún mediante la venta de algún meritorio cuadro de su pinacoteca
particular. Lo cual explica su cólera y ese puñetazo que, según las referencias conocidas, le propinó a la
mesa. El pueblo español tiene que saber que Suárez no es santo de ninguna devoción institucional. Y son
su presencia estropea, indudablemente; el redondeo de la operación Roca. Los cálculos están establecidos.
Y los sondeos del CIS -Centro de Investigaciones Sociológicas— le dicen al Gobierno, y a personalidades
situadas fuera de él, hasta qué punto la teoría de un CDS sin apoyos populares por la vía de las encuestas
de opinión, es una teoría falsa. Otra cosa es que el Gobierno, sabedor de las posibilidades de unos y otros,
ensaye la gran operación anti Roca sobre la base de utilizar la fuerza o la presencia de sus más directos
competidores. Es lo que seguramente pone nerviosos a los poderes financieros en la medida en que
contraría sus cálculos políticos. Hay otra operación análoga, por la izquierda, que ya ha denunciado ABC
y que sencillamente consiste en frustrar las expectativas de la Izquierda Unida por el procedimiento 6e
lograr que Santiago Carrillo, con su Unidad Comunista, se deje querer. Tarto en el caso de Carrillo como
en el de Suárez, tos dosificados amores gubernamentales, en forma de presencias televisivas o referencias
de información privilegiada, son favores del cielo a los que sería casi heroico renunciar. Si es que incluso
renunciar fuese posible. Estar en una lucha es estar con todas sus consecuencias. Y con todas sus
circunstancias. Acabararon tos tiempos de la caballería andante. Es muy difícil´ conseguir que Suárez y
Carrillo arremetan contra molinos de viento. Y et primero que to sabe es Felipe González. Con permiso
de Alfonso Guerra.
Lorenzo CONTRERAS